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La respuesta corta a este interrogante es: mercado. Así funciona el mercado. Adam Smith lo explicaba en la paradoja del valor. Las cosas no valen por lo que son sino por la utilidad que generan. Todos hacemos parte del mercado y aportamos para que sea así en mayor o menor medida, sólo que en redes debemos posar de moralistas. “Los demás son los que se equivocan, yo no”.

Para la respuesta larga y con argumentos he tomado como referencia a un personaje inventado, que representa a muchos con estudios profesionales más uno o dos postgrados e, incluso, algunos con doctorados que se indignaron con el dinero que puede hacer un ‘influencer’. La llamaré Camila.

Camila, con pregrado y dos maestrías, está indignadísima porque una ‘influencer’ -La segura, como se llama en redes- se compró una camioneta de más de 300 millones de pesos producto -según Camila- de publicar basura en internet consumida por una horda de iletrados que no son como ella: estudiada, de clase y trabajadora incansable.

La segura, youtuber colombiana. Foto: https://www.instagram.com/la_segura/

Por otro lado, la misma Camila, tan estudiada ella, toma Coca Cola y compra ropa en Falabella. Dice que la hamburguesa sin Coca Cola es una comida incompleta, y aprovecha los madrugones de Falabella para comprar la última moda en ropa.

Es decir, ella consume mucho esa chatarra llamada Coca Cola -todos sabemos que el aporte nutricional de la Coca Cola es nulo así sea muy rica- y da su pequeño aporte para que los dueños de Coca Cola hagan más dinero. Mucho más dinero.

Así mismo lo hace con la ropa. A Camila le gusta tener ropa de marca y la consigue en Falabella.  No le interesa que mucha de esa ropa sea confeccionada en China, Pakistán, India, Indonesia o donde un trabajador puede ganar un dólar al día de salario sin las mínimas condiciones de estabilidad laboral, para ser vendida 100 o más veces que su precio de costo. Ahí a Camila no le parece injusta la vida, pero paga 200 mil pesos colombianos por una blusa ‘Made in China’. La vio en una publicidad donde la modelo era Paulina Vega.

Por cada blusa que compra Camila algunos pesos van para pagar campañas de ‘influencers’ que persuaden a que gente como ella, profesional y con maestría, compre más blusas. Y como son miles de blusas que se compran al día, entonces Falabella se puede dar el lujo de pagarle, por ejemplo, varias decenas de millones a Paulina Vega por una campaña publicitaria que se hace en una semana. Dinero que Camila con varias maestrías no haría nunca en el mismo lapso, ni yo, ni tal vez usted que lee esto.

Entonces frente al caso de la ‘influencer’ La Segura, Camila grita: “¡Qué tristeza de país! Yo trabajando duro y apenas gano para pagar la cuota de un pequeño apartamento. ¡Y vienen estos ‘influencers’ que ganan millones por no hacer nada!”

Camila ignora de forma acomodada que esto pasa no solo en Colombia, sino en Suiza, Alemania, Dinamarca, etc. Allá los ‘influencers’, modelos, futbolistas, entre otros, ganan mucho más que un científico, un profesor, o alguien que estudió mucho en la universidad. Un ejemplo: El ‘youtuber’ sueco Felix Arvid Ulf Kjellberg, conocido como PewDiePie, ganó sólo en 2019 $13 millones de dólares. Un médico especialista en Suecia gana en promedio $720.000 coronas suecas al año (Aprox $82.000 dólares estadounidenses). ¿Es injusto? Posiblemente. Pero el mercado es así.

Por otro lado, Camila, con un reduccionismo monumental, asegura que Colombia está mal debido a los ‘influencers’. Que antes de ellos en Colombia las profesiones ‘más importantes’ eran bien pagas, no había desigualdad, pobreza y mucho menos corrupción. Nulo raciocinio, demasiada emoción.

La estudiada e incansable trabajadora Camila no sabe cómo funciona el marketing, aunque con su aporte de los productos que consume haga que haya más ‘influencers’ y figuras públicas “ganando millones sin hacer nada”. Cristiano Ronaldo cobra por un tuit de 280 caracteres más de 500 mil euros. Aclaro que Cristiano posee un gran talento como futbolista, producto de años de entrenamiento, sacrificio y disciplina. Pero gana más plata por sus contratos publicitarios. Es una máquina de hacer dinero -y de evadir impuestos-.

Por otra parte, Camila cree que el paso por la universidad es garantía de éxito. Que la vida debería ser así de justa. Si estudias duro y trabajas duro, deberías ser exitoso y millonario. Pero la vida no es así. Es como si por ser vegetariano, un león no te va devorar porque has sido justo. En muchos casos la vida es cruel e injusta en proporciones inimaginables.

Ir a la universidad no garantiza el éxito, aunque sí da más herramientas para lograrlo. Personalmente creo que la universidad no es necesaria como sí lo es el conocimiento.

A cada persona en Colombia deberían garantizarle su derecho a la educación superior libre, gratuita y, en especial, de calidad; y que después de eso decida con libre albedrío a qué se va a dedicar.

Si quiere ser profesor, científico, médico, empresario, etc… Si se hace millonario con eso, genial. Así mismo, si alguien quiere tener otra profesión y un oficio sin pasar por una universidad y le genere millones en ganancias, maravilloso también.

Infortunadamente, en Colombia son muy pocos los colombianos que tienen el privilegio de ir a una universidad, tal vez, como el caso de Camila. Eso nunca será culpa de los ‘influencers’, ‘youtubers’, etc. Es más una responsabilidad del Estado.

Si todos tuviéramos el derecho de ir a la universidad posiblemente se entendería mejor cómo funciona el marketing, por qué un ‘youtuber’ puede ganarse 30 millones de dólares al año sólo por jugar videojuegos, por qué Colombia es tan profundamente desigual, o por qué un gato caga en una caja de arena.

¿Por qué hay tanto resentimiento y violencia contra los ‘influencers’?

Ha habido una reacción negativa, desmesurada y agresiva contra esta ‘youtuber’ La Segura por la noticia de su carro. Los comentarios, en su mayoría, han sido ofensivos, sexistas y clasistas con una agresividad inimaginable. Las redes son la palestra pública para desfogar la ira de las personas. Yo no justifico esto, pero sí tiene una explicación desde la sociología. Lo resumo en pobreza y falta de oportunidades.

En Colombia la falta de oportunidades, la pobreza y la desigualdad generan en las personas sentimientos reactivos frente a otro, que por sus propios medios, busca salir adelante. Y si lo logra y tiene mucho éxito, peor. Bien lo decía el exciclista Cochise Rodríguez: «En Colombia se muere más gente de envidia que de cáncer». Esa ‘envidia’ es consecuencia en parte de la desigualdad que se vive en Colombia. Pero lo entiendo de estas personas, no de alguien que pasó por una universidad y su único argumento es el insulto. Porque en el post original en Facebook que escribí y que dio pie a esta columna leí bastantes insultos, lo que demuestra un bajo nivel de raciocinio.

Si todos tuviéramos las mismas oportunidades en igualdad de condiciones para progresar, tal vez la agresividad hacia este tipo de personas no existiría o sería mínima. Está probado que entre mejor es el Estado de Bienestar de los países hacia sus ciudadanos, la violencia, la agresividad e incluso ‘la envidia’ se reducen en forma bastante considerable.

Por mi parte me parece muy bien que todas las personas, sin importar sus estudios o sus actividades -siempre que sean legales-, logren salir adelante, montar empresa, hacer dinero o ser reconocidos.

Y si les parece muy fácil el trabajo de esta ‘influencer’ pues inténtenlo. Tomen una cámara, grábense, edite, desarrolle sus habilidades histriónicas y consiga cinco millones de seguidores. Sencillo.

¡Qué lejos estamos!

Nota: Estoy estudiando pastelería y horneando tortas en Bogotá. Si se antojan, me piden o síganme en Instagram en @acomolastortas. Espero vender muchas para, si bien no comprarme un auto de 300 millones, sí un camioneta más modesta para repartirlas.

  Sobre el autor de esta columna:

 

LuisÉ Quintero


En Twitter @donluiseduardo (censurada por Twitter) entonces estoy como @donluiseduardos
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