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Durante las últimas semanas, la crisis de WeWork ha sido tema de gran interés, especialmente en relación a las salidas que se plantean para afrontarla. Según un comunicado reciente de la empresa, se ha acordado una medida crucial: la firma de un acuerdo de reestructuración con el respaldo del 92% de los tenedores de pagarés garantizados, con el propósito de reducir considerablemente la deuda mediante un canje por acciones.

WeWork, que en su apogeo alcanzó una valoración de USD 47 mil millones, se encuentra ahora inmersa en una reestructuración tras su declaración de bancarrota. El plan contempla la aceptación mayoritaria de sus acreedores para eliminar aproximadamente USD 3 mil millones de deuda, a pesar de contar con activos por USD 15 mil millones, enfrentando pasivos por USD 18.6 mil millones. Las acciones han disminuido en un 99% desde su oferta pública inicial en 2021. Adam Neumann, cofundador, ha expresado su pesar por la situación, confiando en que una reorganización estratégica permitirá el resurgimiento de WeWork.

La compañía, respaldada por SoftBank, ha enfrentado desafíos desde su intento fallido de salida a bolsa en 2019, evidenciando importantes pérdidas y críticas a la gestión de Neumann. Después de ser rescatada por SoftBank, su valor ha declinado progresivamente, agravado por el impacto de la pandemia que forzó a las personas a trabajar desde casa. A pesar de ser una de las startups más valiosas, la empresa se ve obligada a una profunda reestructuración para sobrevivir.

Este escenario guarda similitudes con el vivido por LATAM (aerolíneas) hace algunos años, donde, además de medidas tradicionales de reducción de gastos, la compañía implementó un masivo plan de capitalización de acreencias. Cuando las cosas van mal y las deudas se vuelven impagables, las estrategias para reducir niveles elevados de deuda suelen ser recurrentes, aunque nunca sencillas. Habitualmente, la reducción de la deuda en empresas que generan un flujo de caja operativo interesante se apoya en la dación en pago de activos, la capitalización de deudas, quitas de deuda o la reestructuración de pasivos en términos que permitan una quita económica en los plazos de la reestructura.

El desafío radica en las distintas preferencias de los acreedores; mientras a algunos les conviene la capitalización de acreencias, otros, especialmente los garantizados, podrían obtener mejores recuperaciones en la liquidación de su garantía. Es por ello que los acuerdos tienden a fundamentarse en leyes de protección de quiebras como el Chapter 11 o la Ley 1116 que permiten que los acuerdos se aprueben por mayorías de acreedores, aunque con posibilidades mucho más limitadas en este último caso.

En resumen, la gestión de la deuda se revela como un punto crucial en la supervivencia empresarial en tiempos de crisis. El caso de WeWork, con su estrategia de reestructuración basada en el canje de deuda por acciones, refleja una práctica común en situaciones financieras adversas. La reducción de deudas, ya sea a través de la dación en pago de activos, la capitalización de deudas, quitas o reestructuración de pasivos, es una senda necesaria para encontrar soluciones financieras en empresas con dificultades.

La complejidad reside en las distintas preferencias de los acreedores, lo que demanda acuerdos que consideren sus diferentes posiciones. En este contexto, las leyes de protección de quiebras, como el Chapter 11 o la Ley 1116 en Colombia, proporcionan marcos legales para negociaciones que buscan el concurso de mayorías de acreedores. Aunque las herramientas puedan variar en su alcance, la gestión de deudas sigue siendo un camino crucial para la supervivencia empresarial en momentos críticos.

info@concordiainvestments.com

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