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La entidad que decide las normas del fútbol analiza cómo cambiar la regla del fuera de juego, usada de maneras absurdas desde la llegada del VAR.

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La IFAB (International Football Association Board), encargada de definir las normas en el fútbol, hará una nueva revisión al reglamento vigente. Así suele suceder a final de cada temporada. Con la llegada del VAR, el fuera de juego ha cogido protagonismo en la polémica. Su aplicación con la asistencia del video llega a puntos absurdos en los que un ataque puede ser invalidado porque el receptor está unos pocos milímetros delante del penúltimo rival, situación que no supone ninguna ventaja real para el atacante. Por esa razón, la IFAB estudia dos alternativas. Si deciden aplicar una, entraría en vigencia en todas las competencias que inicien después del 1 de julio.

El entrenador francés Arsene Wenger propuso al Board una solución. Para el ex técnico del Arsenal, no debería haber fuera de juego siempre que el receptor tuviera alguna parte de su cuerpo con la que pudiera anotar un gol en la misma línea que el penúltimo rival al momento de hacerse el pase. Esto implicaría que, por ejemplo, quedaría habilitado el atacante que corriera primero que el defensa y en el momento del pase tuviera una parte de su pie en la misma línea que su rival. 

Si bien esta opción podría llevar a un fútbol más ofensivo, desequilibraría demasiado la situación en favor del atacante y en detrimento del defensa. El fuera de juego, además de ser una mecánica que obliga a los equipos a jugar en un espacio más reducido del campo y añade ritmo al fútbol, impide que el delantero aproveche una zona muy difícil de defender para su rival. El metro extra que podría usar el delantero con la regla de Wenger entra en esa zona y crearía dinámicas injustas para los defensas.

La otra propuesta que evalúa la IFAB también incluye un espacio de gracia que no se sancionaría, pero sin poner al defensa en una situación de desequilibrio. Si el problema de la regla actual es que se sancionan jugadas en las que el atacante está más adelante que el penúltimo rival, pero dicha diferencia no supone una ventaja real para el primero, la solución debería ser incluir esas situaciones en el juego válido. En otras palabras, la segunda opción que estudia la IFAB es analizar a partir de qué distancia entre el atacante adelantado y el penúltimo rival existe una ventaja que genere un desequilibrio injusto para el defensa. El resultado podría ser que, desde julio, el árbitro sancione como fuera de juego aquella situación en la que, al momento de hacerse el pase, el receptor se encuentre 10 centímetros (por ejemplo) más adelante que el penúltimo rival.

La solución, claro, solo podría ser usada en competencias con VAR. En partidos sin ayuda de video, como en nuestro mal armado fútbol colombiano, no es posible que el árbitro asistente aplique la regla con esa exactitud, por lo que toda jugada con un atacante adelantado debe invalidarse. Sin embargo, en un partido con VAR, la nueva norma generaría un juego más justo. Eso sí, sería necesario invertir en tecnología que pueda determinar los centímetros de diferencia. Si vamos a abrazar la tecnología en el arbitraje del fútbol, que sea con sus consecuencias y nuevas necesidades.

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