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La Conmebol, como ya hizo la UEFA, eliminó el gol de visitante de sus competiciones porque “apunta a una mayor justicia deportiva”. ¿Es un debate de justicia?

El gol de visitante no va más en Conmebol. Al igual que la UEFA en Europa, la entidad encargada del fútbol profesional en Sudamérica eliminó la mecánica de desempate para los duelos directos de todas sus competencias. Explicaron en un tweet que su objetivo con esta acción es velar por una mayor justicia deportiva. Esta aclaración, creada para endulzar el oído de los consumidores, suscita la duda: ¿La regla del gol de visitante era una cuestión de justicia?

El desempate por anotaciones fuera de casa es, como el fuera de lugar, un concepto más sencillo de entender que de explicar. De pequeño, recuerdo que me decían que en un ida y vuelta, en caso de empate final, los goles anotados en el patio del rival valían el doble. Yo, muy literal en mi comprensión, iba multiplicando todo por dos en las fases finales. Entendí después que la explicación ambigua era en realidad una manera de decir que, en caso de empate final, se daría por ganador al equipo que más goles anotara fuera de casa. Me pareció una idea justa, pues siempre he sido amigo del fútbol que arriesga y juega a la ofensiva, así sea en el patio del rival.

Pero, conforme pasa el tiempo y veo eliminatorias directas, me queda la idea de que la regla del gol de visitante es un añadido divertido, pero no necesariamente justo o injusto en el equilibrio del juego. Su intención principal, más que aportar balance, es invitar al visitante a atacar en un terreno que le puede resultar incómodo. Ahora, ambos equipos pasarán un tiempo parecido en dicha situación. Sufre un visitante contra su rival cómodo en la localidad, pero luego los roles se invierten en el siguiente partido. En ese ejercicio de intercambio está la justicia, no en un premio por atacar durante la adversidad.

La regla del gol de visitante, por lo tanto, es un premio a la valentía, pero también un castigo al temerario. Riesgo contra recompensa. Salir muy osado en tierras desconocidas puede suponer una goleada en contra que te habrías evitado si jugaras más cauto y esperaras a estar más cómodo en el partido de local. Además, alrededor de este criterio de desempate hay varias opiniones de cómo usarlo mejor. Están los que prefieren jugar primero de visitante para pegar fuerte, anotar algunos goles y jugar en casa con ese crédito. También están los que prefieren jugar en casa el primer partido y luego solventar cualquier error con unos goles de visitante en la vuelta. Los técnicos, alrededor de ello, especulan y arman estrategias que se adecuen a las reglas.

Ese es el aporte de este criterio de desempate: diversión, debate y dificultad. Es una mecánica en el juego que no lo hace más o menos justo, sino diferente. El gol de visitante condiciona la actitud de los equipos y a veces premia a quien merece pasar, pero también hay casos en los que lo deja afuera. Las consecuencias con o sin él en el fútbol son parecidas: no siempre gana el mejor.

El juego es justo en la medida en que sus reglas crean unas dinámicas equilibradas para ambas partes. El fuera de lugar aporta justicia porque sin él, los defensores quedarían injustificadamente en desventaja al tener que proteger más terreno del que humanamente pueden. Las faltas y sus sanciones son justas, pues evitan lesiones y actos contrarios a los valores del juego. En cambio, un criterio de desempate, como el gol de visitante, el gol de oro, la prórroga o la tanda de penales, es una injusticia necesaria, pues pretende buscar diferencias entre dos equipos que han igualado justamente.

Dicho eso, me gusta el gol de visitante. Puestos a impartir injusticias, me entretiene ver cómo una mecánica genera que un equipo esté al borde de la eliminación, pero que con un gol se clasifique y condene a su rival. Le da vértigo a la competición y lo hace menos predecible para quienes pretenden calcular cada detalle. La justicia no llegará. ¿Acaso merece más el que clasifica por penales o prórroga que el que lo hace por gol de visitante? No me lo creo. Por mí, que vuelva el gol de oro si hace falta. Bienvenidas las mecánicas de desempate que fomenten los finales épicos, los nervios y la emoción.

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