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Más allá de sus errores defensivos, el problema del Real Madrid es que no tiene un delantero con garantía de gol para cubrir el hueco que dejó Cristiano Ronaldo.

El Real Madrid perdió una final continental tras 18 años en los que jugó 13 de ellas y consiguió la misma cantidad de títulos. Lejos había quedado aquella noche por la Copa Intercontinental en la que Boca Juniors derrotó a los merengues 2-1. Desde entonces, de la mano de Zinedine Zidane y, en su mayoría, Cristiano Ronaldo, el Madrid tocó el cielo internacional en varias ocasiones. Hoy ya no están ni el ordenado francés ni el ambicioso portugués y el hueco del segundo no lo ha podido llenar nadie.

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Florentino Pérez pudo reemplazar a Zidane con el Julen Lopetegui, al que rapó de la Selección de España a dos días del Mundial en un negocio desleal. Con el hueco de Cristiano el tema ha sido menos polémico, pero no por eso efectivo. No ha derrumbado la ilusión de un país antes de un gran torneo, pero el mercado se cierra pronto y no hay noticias de un goleador top que vaya a llegar al Real Madrid.

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A diferencia de otros años (como cuando llegó James), los merengues no deberían buscar un fichaje por capricho comercial sino por necesidad deportiva. En el plantel hay dos grandes delanteros, como Karim Benzema y Gareth Bale, pero ninguno se traduce en 30 o 40 goles por temporada. Además, si uno de los dos se lesiona, poner la responsabilidad de la ofensiva del Madrid en Lucas Vásquez, Marco Asensio y Borja Mayoral no es suficiente. No hay un goleador de garantías en el equipo y, aunque igualar lo de Cristiano es imposible, la hinchada madridista lleva todo el verano pidiendo a un killer tipo Harry Kane, Romelu Lukaku o Robert Lewandowski.

Así quedó demostrado el miércoles en Tallin tras la derrota contra su rival de barrio Atlético de Madrid. El Real jugó mal, su defensa falló siempre y su ofensiva se vio débil. Esto ya le ha pasado varias veces, solo que antes había un líder claro en el ataque que con cada toque generaba peligro. Cristiano es de esos bichos raros que contagia al resto de esperanzas en un partido complicado y su ausencia se notó sobre todo ahí, en lo anímico. Los goles del Madrid fueron en jugadas aisladas. Contrario a otros años, no aprovechó su ventaja para liquidar sino que se vio débil con el 2-1 a favor y retrocedió. Ni Bale ni Benzema y mucho menos Asensio (que salió cuando el partido iba 1-1) supieron manejar los tiempos.

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Queda (poco) tiempo para traer a un rematador. Es cierto que hay nuevo proyecto y nuevo entrenador, pero la historia ha demostrado que el Madrid no espera a nadie. El equipo de Lopetegui no puede volver a jugar como lo hizo esta semana si quiere mantener su racha victoriosa de las temporadas pasadas. Lo de Cristiano es un hecho, pero si deciden no fichar, no puede convertirse en una excusa para pasar el año en blanco. Florentino ahora tiene que calmar los aires de aficionados y jugadores (porque hay otros con ganas de partir, como Luka Modric) si aspira a que el proyecto de Lopetegui dure más de un año. Por ahora, hay más dudas que certezas.

Foto: Eurosport

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