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El sábado 3 de junio, siete personas fueron asesinadas y 48 heridas cuando un camión chocó con unos peatones en el puente de Londres, antes de que tres hombres empezaran a apuñalar al azar a algunos transeúntes que estaban en el lugar.

Este evento trágico sucede a menos de dos semanas desde que una bomba fue detonada en un concierto de Ariana Grande en Manchester, en el que 22 personas murieron y otras 116 resultaron heridas;  también en un acto de terrorismo que el Estado Islámico se atribuyó la autoría.

Normalmente, tras actos tan horribles como estos, el público tiene poco control sobre la respuesta del país. Sin embargo, el Reino Unido está a sólo dos días de una elección general que ofrece una oportunidad única para forjar el tipo de enfoque tomamos para combatir el terrorismo. Theresa May, primera ministra del Reino Unido, y Jeremy Corbyn, líder del Partido Laborista, defienden dos estrategias muy distintas.

El domingo, Theresa May declaró que “¡Ya está bien!” y que hay demasiada tolerancia al extremismo en el Reino Unido. Ahora bien, May representa al mismo partido que ha vendido billones de libras de armas a Arabia Saudí. Pese a que han pasado 18 meses desde que el Primer Ministro anterior, David Cameron, encargó una investigación sobre el financiamiento extranjero y el apoyo de grupos yihadistas en el Reino Unido, Theresa May sigue reprimiendo el informe.

Theresa May fuera de Downing Street

May sostiene que es culpa de las grandes empresas de Internet que el terrorismo se arraigue en el Reino Unido. Proclamó que: “No podemos permitir que esta ideología tenga el espacio seguro que necesita para crecer”. Sin embargo, desde que ella se convirtió en Ministra del Interior en 2010, el número total de policías en Inglaterra y Gales ha disminuido en 46.700 (un  19.5%). Ciertamente, esta reducción en la seguridad ha ayudado a crear suelo fértil para el crecimiento del terrorismo.

Poderes más intrusivos y más monitoreo en línea no son la respuesta. El anuncio reciente de May, que rasgará las leyes de derechos humanos que impiden una nueva legislación sobre el terrorismo, es desconcertante. Combatir el terrorismo por la drástica restricción de la libertad de los ciudadanos es pervertir la democracia en la medida que pretenden los radicales.

Contrariamente, Jeremy Corbyn, por su parte, ofrece un enfoque más pragmático al terrorismo. El partido laborista había prometido poner 10.000 policías adicionales en las calles de Inglaterra y Gales y 1.000 más servicios de seguridad antes de los dos ataques recientes.

Invertir los recortes en las cifras policiales para asegurar la acción más rápida a la inteligencia local es una respuesta mucho más eficaz. Uno de los tres hombres involucrados en el ataque había sido reportado a las autoridades por dos personas diferentes, pero no se tomaron medidas.

Uno de los sospechosos del ataque terrorista de Londres apareció en el documental Channel 4 el año pasado

Uno de los sospechosos del ataque terrorista de Londres apareció en el documental Channel 4 el año pasado

Además, Corbyn tiene una mejor comprensión sobre las diversas causas de la radicalización. Tras el ataque en Manchester, manifestó que “debemos ser lo suficientemente valientes como para admitir que la guerra contra el terror simplemente no funciona.”

Mientras reiteraba que no hay excusa racional ni justificación para los ataques, Corbyn señala que se puede perder de vista las conexiones entre las guerras que el gobierno británico ha apoyado o enfrentado en otros países con el terrorismo en el Reino Unido.

Corbyn ha hecho campaña por la paz hace mucho tiempo y ocupaba una silla presidencial de la coalición Stop the War. Un gobierno laborista ofrecería un enfoque de política exterior que tiene mucho más potencial para ser eficaz en la reducción del número de personas radicalizadas por EI.

Su manifiesto promete detener la venta de armas a los regímenes represivos y las tropas sólo serían enviadas al combate si existe una clara necesidad de intervención militar y un plan para una paz duradera después.

Además de estos enfoques prácticos, podemos combatir el terrorismo con tolerancia y unidad. La retórica inflamatoria y divisoria de los políticos y la prensa derechistas sólo sirve al objetivo de los terroristas.

Gran Bretaña tiene una elección sobre cómo combatimos el terrorismo. Es de esperar que su elección sea guiada por esperanza en vez de miedo.

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