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Fui a Chocó en busca de entender más profundamente las influencias culturales de Colombia. Fui de la mano de una madre fuerte pero sin poder, que lucha por sí misma y por sus hijos. Luego regresé desde Chocó a Bogotá en un viaje con un joven que huyó de la violencia solo para encontrarse con una vida igual de dura en la urbe. Finalmente, me adentré en una travesía desde el puerto de Buenaventura a lo largo de la Costa pacífica rumbo a Panamá. Todo lo hice a través de una pantalla en la fría Bogotá que ahora habito.

A la semana siguiente de ver estas películas, comenzó el festival de documentales, Ambulante, y me di cuenta que lo que había visto no era tan distinto al estilo en el que se hacen los documentales…choco_001 (1)‘Chocó’ no solamente se refiere a la tierra, sino también a la película y a su protagonista: una mujer luchadora y olvidada. La película se enfoca en la búsqueda de conseguir un ponqué para el cumpleaños de su pequeña hija Candelaria. La seguimos a través del pueblo con el tendero pervertido; de la selva dónde sueña a la mina dónde lava oro; en el camión con todas las mujeres y a su cabaña, donde le reza al santuario. Sin la música atmosférica y sensible, y la cinematografía tan linda, no habría podido reconocer si la peli era un documental o ficción. La simple meta que forma la trama permite al espectador sentir cómo se vive en la selva de Chocó con su belleza y sus múltiples desafíos.

‘Manos sucias’ es una representación íntima del viaje realizado por unos hermanos que transportan drogas por la Costa Pacífica. Se siente en tiempo real la tensión, el temor y la prisa. Por la cercanía, el espectador logra ponerse en los zapatos de los hermanos, haciendo el duro y paranoico viaje a través del mar. Aunque los protagonistas son guapos, y la película incluye una escena de amor y una persecución automovilística, no es irrealista; es más tensa que emocionante, se asemeja más a un cuento real que a una peli Bond. Las etapas del negocio son transparentes, los escenarios, originales y verosímiles. Un ejemplo de la originalidad de la cinta es la persecución automovilística que sucede en vagones de ferrocarril motorizados.

En ‘La playa D.C.’, seguimos a Tomás en su misión de encontrar a su hermano y un trabajo. Ambientada por el sonido de las llantas y cláxones de la ciudad, Tomás intenta sacar su talento artístico cortando pelo. Dentro de ese arte reside un legado histórico de los esclavos, que trazaban en los peinados de los niños mapas con rutas de escape. A través del cabello, logra echar sus raíces en la nueva ciudad, alcanza a hacer dinero, a ganar herramientas, a usar su talento y a no sentirse tan extranjero.

‘La playa D.C.’ Fotos: Proimágenes Colombia

Un tema transversal en estas historias es el contraste. La discordancia entre la naturaleza y la metrópoli está expresada en sentimientos de nostalgia. Esas escenas de memoria y sueños se expresan en montajes que hacen paralelismos muy arraigados en la música.

Cuando Tomás toca las plantas afuera de su casa en el sur de Bogotá, y hace fogatitas en las colinas, lo transporta a Chocó; le permite sentirse más cercano a sus raíces, a su tierra. Suenan harmonías yorubas y las voces se multiplican. Las colinas se transforman en la selva. De pronto está sentado al lado del río, entre las hierbas altas, su madre haciendo trenzas en el cabello de su hermanito. Él toca las trenzas, que se transformaron en los caminos en las montañas del sur de Bogotá. La marimba suave hila una mezcla de tonos estáticos y tambores electrónicos que representan el retorno de la ciudad.

 

‘Chocó’ también teje diferentes capas visuales y sonoras, de cantos, movimientos y ritmos: el golpeteo de gotas de lluvia en las hojas, la seguida en marcha de sus botas sobre la tierra, el ruido de las ramas al quebrarse, el canto africano, la resonancia de la marimba cuando el padre le enseña a su hijo a tocar. El esposo era músico y conoció a Chocó a través de la música y el baile en el carnaval local, pero durante los años se convirtió en un borracho egoísta. La música, en estas tres películas, simboliza una fuga nostálgica.

El contraste también se revela en las fuertes corrientes de racismo que atraviesan las cintas. En busca de su hermano, Tomás va a la morgue. Se destaca el blanco clínico de la sala: el blanco de las batas y la gente adentro; de las sabanas que cubren los cuerpos; de los cuerpos debajo de las sabanas. El color de la piel de Tomás y su lugar de procedencia subrayan en esta escena la sensación de sentirse extranjero y diferente.

Música en ‘Chocó’. Fotos: Proimágenes Colombia

En las películas vemos la pérdida de inocencia y el deber de luchar por la vida, de crear una identidad que acepta el cambio a pesar del choque. Chocó debe ser una madre fuerte. Pero cuando juega con sus hijos, vemos otra vez su suavidad. Jacobo y Delio, los hermanos en ‘Manos sucias’, deben ser fuertes, cautelosos en su negocio e invisibles. Pero hay momentos de autenticidad, cuando se permiten a sí mismos dejarse ir, ser hermanos, niños. Hablan de chicas buenas, de su juventud. En un momento tan sincero en la lancha, Delio gradualmente convence a Jacobo de unírsele a cantar, le provoca cantando la letra sin las últimas palabras. De pronto están cantando en unísono. Gritan con gestos de orgullo mientras cantan “Son niches como nosotros, de alegría siempre en el rostro. A ti mi Buenaventura con amor te lo dedicamos.” Es un descanso inspirador en medio de la adversidad.

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La persecución automovilística, ´Manos Sucias’. Foto: Proimágenes Colombia

¿De todo este viaje, qué he aprendido?

En un plano más técnico aprendí que la acción es más importante que el diálogo, y ayuda a crear bellas escenas originales que presentan esos momentos especiales.

A través de mostrar una realidad diaria, el espectador puede sentir el ritmo de un terreno, la manera en que sobreviven un pueblo y por qué es así. La diferencia entre las historias en las que basé esta entrada y un documental, es la presencia audiovisual de la memoria. De cantos tradicionales y de qué sucedió en la vida de los protagonistas antes de ese momento. Este estilo vívido narra de una forma muy personal y es muy efectivo para que el espectador se sienta más cercano a los protagonistas.

Pero a nivel personal, la mentalidad de conseguir dinero a toda costa y de sacar provecho lo más que se pueda, no va de la mano con la subsistencia de la selva, ni con mucha gente. Estas películas nos ponen en la experiencia de una persona olvidada por el sistema de provecho y nos cuestionan. ¿Qué pasa con el mundo que un pedazo de oro, un bote de petróleo, una bolsita de cocaína, vale más que una vida?

Sí, es una prueba esta vida, para muchas en este país. Pero la naturaleza es abundante, la música es exuberante, el paisaje y la gente son hermosos. Todo el mundo tiene que luchar y dependiendo de dónde vivas y a quién conozcas, la lucha varía. A pesar de estar en un paisaje rico y vibrante, no todo es tranquilo. En una ciudad en donde se supone que las oportunidades abundan, la vida es ardua, y no es justa. Para sobrevivir, acá en Colombia como en todas partes, tenemos que luchar, y aprovecharnos de los lindos momentos.

 

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Los hermanos en la lancha, ‘Manos sucias’. Foto: Proimágenes Colombia

 

 

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