La Universidad de La Sabana recientemente quedó como un cuero luego de que la Facultad de Medicina emitiera un concepto dirigido a la Corte Constitucional según el cual las conductas homosexuales “constituyen de alguna manera una enfermedad”. Por supuesto, el exabrupto cometido por la universidad no es un hecho aislado, la fobia a la homosexualidad es un mal bastante arraigado en nuestra nefasta cultura que se manifiesta de diversas formas y a través de muchos medios, y uno de esos medios es la música.

Por ejemplo, en el contexto de la música tropical colombiana tenemos una canción llamada Se le moja la canoa de Los Embajadores Vallenatos, un outing musical que exalta el machismo y ridiculiza la homosexualidad. A muchos colombianos les parece muy divertida esta música y la bailan hasta emborracharse, pero, eso sí, cuidándose de que no les pase lo que dice la canción.

Conozco a un amigo bien serio y bien presentado
le gustan las hembras y siempre anda enamorado
pero hay un detalle que es muy bien sabido
se porta bien raro cuando está bebido
le da por sentársele en las piernas a sus amigos

Pero la homofobia no sólo se encuentra en esa canción del floclore vallenato, grandes músicos de salsa como Willie Colón también han caído en esos infortunados lugares comunes. En la canción El gran varón, escrita por Omar Alfanno y popularizada por Colón, pareciera que nos hablara sobre la falta de tolerancia, sin embargo al final deja entrever que la homosexualidad es percibida como una desviación malsana.

No se puede corregir a la naturaleza
palo que nace doblado, jamás su tronco endereza

Y en el rock, ni más faltaba, también hay famosas referencias homofóbicas, algunas de las más conocidas son Money for Nothing de Dire StraitsOne in a Million de Guns N’ Roses. Esta última en particular, a pesar de que Axl Rose incluyó una disculpa en la portada del álbum Lies, generó una fuerte polémica en su momento por contener toda una gama de agresiones prejuiciosas, desde homofobia hasta racismo, que despertaron la ira de todo el mundo.

 

Portada del álbum Lies de Guns N’ Roses

Immigrants and faggots
They make no sense to me
They come to our country
And think they’ll do as they please
Like start some mini Iran,
Or spread some fuckin’ disease

 

 

 

 

 

 

Además, es común cierta actitud y uso de un lenguaje homofóbico entre algunos melómanos de géneros extremos del metal cuando se trata de despreciar a grupos que suavizan su sonido (por ejemplo: Dimmu Borgir eran respetables hasta Stormblåst, después se volvieron muy «gays»), o en general contra la homosexualidad, ¿qué pensarían los seguidores de Gorgoroth cuando se hizo público que al vocalista Gaahl se le «mojaba la canoa»?

En fin, las agresiones en general hacia lo que se percibe en contravía de ciertos valores retrógrados establecidos están a la orden del día, ya sea a través del «eminente» concepto de una prestigiosa universidad o en cosas tan aparentemente inofensivas como la música popular y nuestro «lenguaje musical».

@tornamesa_blog

 

Entradas anteriores:

El cine y sus escenas musicales memorables

Calle 13: ¿la nueva música protesta latinoamericana?

Everlong de Foo Fighters y la generación dorada de realizadores de videoclips

Sympathy for the Devil: las obsesiones rockeras de Carlos Lehder

Gustos culposos: la música tropical navideña

Música para lubricar

El lado cursi del Heavy

Luz Verde a los Grammy Latino

The Smashing Pumpkins aplastan de nuevo

David Bowie y los niños del Zoo

El peor concierto de David Glimour