«En la vida uno puede vivir un motón de buenos momentos, al igual que una cantidad de malas situaciones. Sin embargo hay algo que tiene valor y relevancia en la vida de todos, y es la gente que está ahí sin importar qué tan cálido esté el día o lo fuerte que esté la tormenta. Definitivamente esos seres son un regalo de Dios, esos seres son los Amigos».
Qué rico encontrar personas con los cuales tengamos química de esa que se convierte en una hermandad. Dios nos hizo de una manera tan variada y no escatimó detalle alguno al crear seres completamente diferentes en la forma de pensar y de ser, es por eso que no con todo el mundo nos la llevamos bien. A veces encontrar amigos puede ser fácil, otras difícil; pero tan sólo contar con uno puede ser lo suficientemente significativo para la vida de cada quien.
Muchas veces confundimos lo que es una amistad, quizás es culpa de nuestra cultura, la cual nos ha llevado a decirle a cualquier conocido: “Amigo”. Debido a eso, en ocasiones llegamos a tener ciertas desilusiones con personas que no eran lo que esperábamos, a quienes brindamos nuestra confianza y terminan dándonos una puñalada. Lo que puede terminar sintiéndose como una ruptura amorosa; Créanlo, no sólo por amor uno puede pasar una tusa, por problemas con amigos, también.
Podemos cometer miles de errores y lastimar personas sin querer. Nos podemos también cuestionar muchas veces sobre nuestra forma de ser e incluso creer que ni nosotros mismos nos entendemos. Quizá por ello mucha gente que llega a nuestra vidas se van sin hacer ruido, otras que se van y provocan hacer una fiesta. Esto sucede porque somos seres cambiantes, nunca somos las personas que fuimos años atrás e incluso minutos antes. Ese es un juego de la vida en el que estamos en constante cambio mientras giramos sobre nuestro propio eje, necesitando siempre cambiar para poder avanzar a la siguiente etapa.
Y en ese cambiar, es un privilegio contar con alguien que gire en la misma dirección junto a ti, ya sea más rápido o más despacio. Puede pasar que uno se aleje un poco y dure meses sin hablar con esa persona, resultado de las ocupaciones cotidianas y lo tedioso que puede ser crecer. Pero a la final, se sabe que en el momento de que se vuelvan a ver, todo sería como si nunca se hubiesen alejado. En eso consiste la amistad, en algo que te llena y reconforta con simplicidad, algo que siempre está ahí.
Es muy lindo tener amigos pues la vida se hizo para compartirla con otras personas, pero más rico es:
- Tener de esos que aunque la distancia los separe, no importa el medio, pero logras comunicarte con ellos.
- De los que pasan los días sin verse y cuando se ven arman un carnaval de sonrisas y abrazos.
- Esos que cuando sabes un chisme, cuentas los segundos porque tienes que decírselo de una.
- Los mismos con los que salir a pasear o irte de rumba son diversión segura.
- Con los que no te da pena decir que estás sin plata.
- Esas personas que no tienes necesidad de decirles que estás triste y que con sus palabras de aliento te suben los ánimos.
- Aquellos a los que les tomas sus cosas sin permiso, porque sabes que no se enojarán.
- De los mismos a los que te le sabes hasta el último dato de su vida.
- Los que por nada del mundo te harían un desplante.
- Esos que son los primero a los que les escribes o llamas cuando te sucede algo importante.
- Aquellos con los que cuando peleas, sientes que estás en una crisis matrimonial.
- Con los que no te da vergüenza emborracharte, cantar y bailar.
- Los que no tienes que acosar para que te saluden, ni comprarlos con regalos o dinero para que siempre te den una sonrisa y te hablen con agrado.
- Simplemente con los que eres tú mismo.
Durante la vida llegamos a confundirnos y no tenemos claro quiénes son nuestros verdaderos amigos. Gracias al cielo existen los momentos difíciles, pues en ellos podemos saber con quién contamos. Por algo es tan cierto el dicho que: “Amigos pocos y conocidos muchos”.
No siempre con quien creemos tener una amistad en el fondo la tenemos. En muchas ocasiones somos idealistas y confiamos en cualquier persona, desperdiciando así nuestras buenas intenciones y sentimientos con gente que no lo merece. Es por esto que toca aprender a distinguir y valorar a esos verdaderos ángeles que Dios nos coloca en el camino, los que podemos llamar «Amigos». Porque cualquier conocido no lo es.
Pero, ¿Cómo identificar un verdadero amigo? Pues es completamente sencillo. Si las características que anteriormente mencioné coinciden con alguien que conoces, ¡Siéntete feliz! No tienes un(a) amigo(a), tienes ¡Un(a) Hermano(a)!
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Alvaro J Tirado R.
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