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Manizales – Colombia. Llegamos al final de la Feria de Manizales y nos
duele irnos de esta maravillosa ciudad, y de su plaza, emblemática y con
duende. Si duende que hace que las corridas tengan algo especial. Hoy
fue uno de esos días, siete orejas, tres toros de vuelta al ruedo,
quizás el trofeo a la mejor faena, sin duda un segundo encierro para el
trofeo a la dehesa, y quien quita la réplica de la catedral como máximo
trofeo, aun no sabemos, pero para los jurados la cosa no está clara.
Se corrieron astados de la ganadería de Ernesto Gutiérrez, desiguales de presentación entre ellos, buenos mozos por individual, algunos muy en el tipo de la casa y otros con más cara. Un garbanzo negro que no llego a tapar lo bueno de los demás.

La terna compuesta por el nacional Pepe Manrique, el español Julián López – El Juli y el francés Sebastián Castella, todos de buenas actuaciones en la menor de las calificaciones.

Pepe Manrique, lució un traje azul marino, oro y cabos blancos. Se llevo dos buenos toros, sobre todo el primero al que le cortó una oreja. Sus actuaciones estuvieron entonadas, con muchos deseos y voluntad.

El Juli, que llego por el camino de la sustitución, remplazando a José María Manzanares, inicialmente anunciado. El español se llevo el mejor lote y en ambos se llevo los trofeos. El capote y la muleta se trasformaron en materiales de orfebrería, la inteligencia, maestría y tauromaquia de El Juli brillaron en el ruedo manizalita. El toreo a la verónica, variado, de manos desmalladas y muy ceñidas, sus oponentes dieron buenos inicios a las faenas. Con la muleta, la demostración de maestría fue excelsa, en cada tanda bajo más y más la mano y prendió como con imán las embestidas de los Gutiérrez.

Castella, de frambuesa y oro con cabos blancos, abrió su temporada 2011 en Manizales y lo hizo con el garbanzo negro del encierro. Sin embargo, le propino una faena de gran envergadura en lo complicado de la misma. Le saco lo poco que tenia dentro, y a difícil que fue. Con el que cerró la tarde y la vez a la Feria, nos deleitó con una faena de antilogía, que bien podría ser premiada como la faena de la Feria. Tanto con el capote como con la muleta las cosa estuvieron repartidas entre un buen toro y un magnifico torero. Saludo al toro muy cerca a las tablas sin que mediara la intervención de ningún subalterno, a la verónica, con seis plásticas y estéticos lances dieron pie a la ilusión del triunfo. Luego de la pica con chicuelinas y espaldinas fue encrechendo la emoción. Con la pañosa, en todo el centro del ruedo cambiándole el viaje en dos ocasiones al toro y luego facturando pases de diversas denominaciones, construyo tandas de mando dulzura y mucho arte. Mató de estocada y las dos orejas a las manos del francés.

Al final del festejo, El Juli, Castella y el ganadero Miguel Gutiérrez pasearon por el albero de Manizales en medio de la ovación de un público que no se quiso retirar hasta cuando salieron los triunfadores de la plaza. Broche de oro en la Feria de Manizales.     

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