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Fachada de Donostia

Hace unas semanas invitaron a un grupo de periodistas de medios importantes a celebrar los 10 años del restaurante Donostia. Yo, de colado, estuve ahí como bloguero para contar algo de este festín.
 
Pues bien, Donostia está en una calle perdida y empinada de La Macarena, lejos del baile de los otros restaurantes que ven todas las noches un desfile interminable de comensales. Y esto tiene mucho mérito.

Por eso, yo me pregunté: ¿a quién en sus cinco sentidos se le ocurre abrir un restaurante en este lugar? Y, con lo que escuché ese día, solo pude responderme que semejante disparate solo lo podía hacer alguien muy convencido de la causa, alguien que las tiene bien grandes, y no solo por la ubicación del sitio, sino por querer quitarle tanta pose y arribismo a la comida.

Este señor, el genio de la idea, asumió el riesgo de reemplazar los espárragos por habichuelas (vea aquí fotografías de los platos en el restaurante Donostia), quitó el jugo de mandarina de la carta, puso el de guayaba y le dio al de guanábana el lugar que se merece. Toda una colombianada.

Ese día hubo una ronda de platos, todos muy sabrosos, mientras tiraban datos del restaurante. Se dijo, por ejemplo, que todos los ingredientes con los que cocinan son nacionales -menos el aceite de oliva y el vino-, que el pescado se le compra a pequeñas comunidades en Bahía Solano y, por eso, a veces, si la pesca del día no es buena, pues en el restaurante sencillamente no hay pescado. La verdad, no creo que esto último pase mucho, pero lo que me gustó es que tienen todo un tema de buen trato con los proveedores, que a la final son los mismos campesinos y pescadores.

Como era una invitación, no tuve la oportunidad de ver la carta, pero después hice la tarea de buscarla y puedo decir que los precios están un poco más arriba del promedio que a todos nos gusta, pero créame que no le va a doler pagar, porque de todos esos platos que llegaron a la mesa no recuerdo uno que me haya defraudado. En serio. Solo vea las fotos y se dará cuenta de que es una cocina honesta y bien hecha (vea aquí las fotografías de los platos en el restaurante Donostia).

Precios:

Entradas: entre $11.000 y $35.000 (langostinos con garbanzos). Una de las entradas más famosas son los raviolis en suero costeño, que cuesta $22.000.

Platos fuertes: de $34.000 (estofado de ternera) a $40.000 (trucha de río).

Postres: de $10.000 a $12.000

Teléfono: 2873943
Dirección: calle 29 bis # 5 – 84 La Macarena (Bogotá)

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