Incentivar el uso continuo del transporte público entre los ciudadanos obliga a ofrecer un servicio en cuanto a la eficiencia del servicio, frecuencia, servicio nocturno, características de la flota, velocidad, integración del sistema, interconectadores.
Ahora bien, si se cuenta con todos esos incentivos de calidad, pero las tarifas son percibidas como elevadas, sencillamente se tendrá un acceso limitado al sistema, sin importar qué tan bueno sea.
Buscando satisfacer a los diversos tipos de clientes, muchos sistemas de transporte de grandes ciudades ofrecen variadas opciones tarifarias, pues hay usuarios que usan continuamente el transporte público, otros lo hacen con menos frecuencia; los hay que necesitan hacer largos trayectos frecuentemente y también los que realizan viajes cortos, pero frecuentes. O los turistas que se quedan en las ciudades cuatro o cinco días.
Los abonos tarifarios, que bien podrían ser vistos como combos, en definitiva salen menos costosos que si se se compran los billetes al menudeo, y el pasajero puede optar por el que se adapte mejor a sus necesidades.
Al hacer un repaso por los sistemas de transporte de algunas ciudades del mundo, se encuentran estas opciones:
En Berlín hay tres zonas tarifarias: La zona A comprende el centro urbano. La B llega hasta el límite del territorio urbano. Y la zona C abarca los alrededores limítrofes con Berlín. El usuario puede obtener billetes combinados para las zonas AB, BC y ABC. Por supuesto, un billete combinado AB es más costoso que uno ABC.
Los tiquetes tienen una validez de dos horas a partir de su validación, pero hay opciones ilimitadas hasta por 24 horas o por siete días.
Además existe la opción del billete de viaje corto (Short Trip Ticket), que es válido para recorrer 3 estaciones de metro, 3 de tren o 6 de autobús o tranvía.
En Madrid existen los abonos de 30 días o el abono anual, ambas con varias modalidades: joven, normal, tercera edad, familias numerosas, personas con discapacidad y para quienes estén buscando empleo. El precio de los Abonos Anuales equivale a 10 Abonos de 30 días.
Existen ocho zonas tarifarias, desde la A hasta la E2, y el usuario puede comprar el billete de una sola zona o uno interzonal, que abarca varias. Esta última opción es más económica.
En París existen distintas opciones para todo tipo de usuarios, se puede adquirir la tarjeta de transporte (Navigo) para ser usada de manera ilimitada en todos los sistemas de transporte por una semana o un mes, dentro de las zonas tarifarias escogidas, que van de la zona 1 a la 5. También está la opción anual, que permite viajar ilimitadamente por todas las zonas.
También está disponible el pase Paris Visite, disponible para viajar uno, dos, tres o cinco días consecutivos, en las zonas tarifarias escogidas.
El sistema de transporte de parís ofrece además precios especiales para los estudiantes de hasta 26 años, para los jóvenes que estén en proceso de inserción profesional, para los discapacitados, los excombatientes o para los jubilados de escasos recursos.
En Buenos Aires, con la tarjeta SUBE es posible acceder al servicio de metro (subte) o al de buses colectivos. El usuario puede cargar su tarjeta con la cantidad de dinero que considere suficiente, y este crédito se irá descontando a medida que haga uso de alguno de los medios de transporte. En los buses se puede pagar una tarifa según la extensión del viaje, pero la diferencia no es significativa. Con esta tarjeta de transporte tienes un saldo a favor de 20 pesos por si el usuario se queda si crédito.
En Río de Janeiro y en São Paulo existe el denominado Bilhete Único, que se acepta en buses, metro y trenes. Desde el momento en que un usuario valida su pase en un medio transporte, podrá hacer uso de ese mismo pasaje en distintos medios durante dos horas, sin que se le descuente de su saldo.
En Santiago de Chile está la tarjeta Bip! Este es un medio de pago a través de una tarifa integrada para buses y metro. Se pueden realizar hasta dos combinaciones en dos horas y se paga solo un pasaje. Además, el sistema cuenta con tres horarios (Bajo – Valle – Punta) con tarifas diferenciales.
Por supuesto, en estos ejemplos hay que analizar el precio de cada pasaje con respecto al salario mínimo de cada ciudad, pero en general la integración de los sistemas de transporte redunda en beneficios económicos para los usuarios y en un efectivo desestimulo al uso de vehículos particulares. Los sistemas de transporte deben identificar los distintos tipos de usuarios de sus ciudades y responder a las necesidades y habitudes de desplazamientos de ellos.
Si las ciudades cuentan con sistemas desarticulados, con múltiples operadores que obligan a disponer de diversos modos de recaudo para cada uno, el mayor perjudicado será el usuario que tendrá que pagar más por sus viajes rutinarios.
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