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Luego de la destacada participación en el certamen International Blues Challenge en Menphis,  -entrevista el colombiano Carlos Elliot Jr., anda de gira nacional, lanzando su nueva producción ‘Raise The Fire America’, estuvimos tras las huellas de uno de los 4 shows que presentó en Bogotá. Bienvenidos.

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Algo que hace fascinante entrar en el mundo del rock, es que nunca deja de sorprender a quien lo sigue, pero cuando aparece su padre el Blues, la historia toma otro rumbo sin perder la conexión y da cuenta que al igual que su hijo, el Blues es tan extenso y precioso que se hace imposible no impregnarse de su esencia. Ahora, cuando músicos colombianos toman como estilo de vida exponer este género contando nuestra propia realidad, se hace aun más digno de admirar.

Anclado al sur de la cuidad en la reconocida calle octava, más específicamente en el barrio Ciudad Montes, donde abundan por obvias razones lugares de música tropical o bailaderos que llaman, se encuentra el bar Louisiana Blues. Ubicado en un segundo piso y con un espacio limitado, este lugar no necesita de una gran zona para hacer sentir a quien ingrese, no como un cliente más, sino como un amigo que viene a tomarse un par de tragos, a charlar, a cantar  y si se atreve, terminar en el escenario tocando y bailando junto a los músicos. Similar a aquellos bares al sur de los Estados Unidos de la época de 1930, llamados ‘Juke Joint,’ donde llegaban los negros a descargar sus penas luego de extensas jornadas de trabajo, al son de la música, guardada las proporciones es como estar en el propio Mississippi, todo es mera camaradería.

El bar ya tenía un noventa por ciento de su capacidad cuando sobre las 11 de la noche el señor Carlos Elliot Jr. abordó el escenario junto a Raúl García, dueño y amo de la percusión. Las luces tenues pero multicolores pegaron sobre las figuras de este Power Blues Duo, mientras el kit de batería y parte del escenario estaban adornados por las populares luces enredadera, frecuentes en navidad. Último retoque a los instrumentos y las primeras palabras del anfitrión fueron de agradecimiento para quienes estaban allí, acompañando la segunda presentación de una gira que se extenderá a otros países. Elliot, lanzó un breve “aullido”,  llamado de atención a la tribu quien correspondió de inmediato, luego, introdujo la canción diciendo que estaba dedicada a todas aquellas personas que creían en el amor y la libertad por los animales, así, “Slaughterhouse” abría el camino conductor hacia la danza del fuego.

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Que empiece la fiesta

El público, aun tímido, tan solo se movía levemente en sus sillas, a pesar que canciones como la rítmica “All Nigth Long” invitaban a la pista, intentando romper un tanto el hielo, Carlos Elliot,  salió de su lugar y mostró a las personas ubicadas en la parte posterior, el toque de su guitarra en primer plano y en el tema “The Juke Joint Blues” el espigado músico camino entre las mesas  para terminar finalmente tocando arriba de una silla. La fiesta era un hecho y de lo profundo de las entrañas de esta música amarrada en la pena pero resucitada en alegría, danzaemergió la figura femenina para engalanar ahora la entrante madrugada, la esencia había sido inhalada y el efecto transitó en ellas hasta que se hizo imposible rechazar más la danza, solo interrumpida cuando entró en escena la voz de la conciencia, con “Ritual Fire”- del nuevo disco- canción instrumental  inspirada  en las ceremonias realizadas por los ancestros indígenas para conectarse con la madre tierra y a través del fuego liberar la maldad, rito que permanece vivo entre las pocas comunidades desplazadas de nuestro país.

Respirado los primeros aires místicos de una mezcla diáfana de Blues, Country y ritmos latinos, el Bluesman de sombrero y camisa leñadora, de nuevo fraseó su guitarra llevándola hasta la barra del bar, desde allí, sentado, mientras casi todos continuaban bailando, extendió deliciosamente la canción por más de 10 minutos, bajo el soporte de un hombre que tiene el seudónimo bien ganado, “The Beat Machine”, como se le conoce a su fiel escudero, Raúl García, quien en verdad es una maquinita del sabor, sin esfuerzo acaricia con enorme técnica la batería. El Góspel también tiene cabida en las melodías de este dúo e interpretaciones como la preciosa “Right in your Heart” dio para ver a uno que otro enamorado estrechar el lazo junto a su pareja, al ritmo tierno de este bálsamo. O la instrumental “Drums & Fire posada en vientos que conjugó solo flauta y batería, himno marchante de libertad.

Y con ustedes… los amigos de la improvisación

El reloj marcaba ya la 1 y 20 minutos de la madrugada, la verbena estaba en su punto alto y no había como desprenderse ya de ese manto afroamericano hecho música, entonces a la silla de los tarros fue llamado un amigo del grupo quien estuvo capturando la acción con su cámara, Daniel Mercado, también el dueño del hogar Louisiana, Alejandro Díaz,  quien empuñó la esbelta 6 cuerdas sellada por una pegatina marca del bar y cuyos colores blanco y negro definen perfecto al estilo. AleCarAsí inició el set final, con los amigos de la casa, a los cuales se sumó luego una joven del público que endulzó con su armónica una de las tantas interpretaciones sin fin, grandioso toque. Como si aun no bastara la ya palpada batería recibió otro reconocido galope, entrega de baquetas en medio de la canción y otro amigo de la casa con impresionante fluidez dejo ver que la edad no es obstáculo cuando aun se transpira buena música. Faltaba la cereza del pastel, un joven de chaqueta de cuero,  tomo su armónica, sopló su viento melodioso y luego rasgó su voz,  matiz que atravesó hasta el alma más dura, ‘Jam sesión’, cargada de punteos, ritmos, voces, y vientos, sensacional epilogo para una fiesta colosal.

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Espiritualidad, ancestros indígenas, recursos naturales, historias de nuestra América,  pioneros del blues, todo sumado a ese talento a la hora de interpretar, son los ingredientes de la música de Carlos Ellliot Jr., sin embargo, nada de esto sería consecuente, sin los principales condimentos que afortunadamente posee este gran Bluesman: humildad y respeto, pilares que a la hora de obturar este encantador son del alma, le brotan naturalmente. En la bitácora de cada uno de los aproximados 50 asistentes, está apuntado el memorable  viernes 16 de mayo, como el día en que todos  bailamos alrededor del fuego.

En este enlace pueden encontrar las próximas fechas del tour de Carlos Elliot, una de ellas será en Bogotá.

Y aquí el registro en vídeo de los mejores momentos

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Permanezcan Rockosos

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