Recientemente se celebró en Colombia el Día de la Excelencia Educativa o “Día E”. Durante todo el día, las instituciones educativas públicas y privadas conocieron y discutieron los resultados del “Índice Sintético de Calidad Educativa”, una medición integral del desempeño de cada escuela oficial y privada producido por el Ministerio de Educación Nacional (MEN) y el Instituto Colombiano para la Evaluación de la Educación (ICFES).
Cada institución educativa recibió un “Reporte de la Excelencia 2015”, en el que se detalla su desempeño, en una escala de 1 a 10, por nivel educativo: básica primaria (grados 1-5), básica secundaria (grados 6-9) y media (grados 10-11). El Índice mide el aprendizaje de los niños según pruebas estandarizadas (desempeño), la promoción estudiantil (eficiencia), el ambiente o clima escolar y la mejora mínima de la escuela respecto al año anterior (progreso). Para ver una descripción de cómo se calcula el índice y conocer más sobre el “Día E” vea la presentación del enlace. Para ver un reporte ejemplo, ingrese este código (111001100021) en el vínculo.
Según el Índice, los actuales niveles de rendimiento de Colombia son: 5,13 en primaria, 4,90 en secundaria y, 5,53 en Media. Para el 2025, el Presidente Santos se ha propuesto que Colombia sea el país más educado de la región. En términos del Índice, esto implicaría elevar los puntajes a cuando menos 7,1, 7,4 y 7,1, respectivamente. El reporte también incluye el rendimiento del establecimiento con relación al promedio nacional y la entidad territorial o secretaría de educación certificada a la que pertenece, por lo que les permite a las instituciones comparar entre sus pares.
El Índice pone de nuevo la lupa en la escuela, la institución social que, luego de la familia, está llamada a educar a nuestros niños y jóvenes y que debe, como mínimo, lograr que desarrollen las competencias básicas en lenguaje y matemáticas. Por lo general, en nuestros sistemas educativos los estudiantes son a los únicos que evaluamos y calificamos. Y son quienes, al final de cuentas, “pagan el pato” de la mala calidad educativa. Son los estudiantes, desde edades tan tempranas como los 6 años, a quienes nuestros sistemas educativos califican como “fracasados”, “reprobados”, “repitentes”, “desertores”, “expulsados”.
Hoy, la lupa dejó de estar sobre los estudiantes y pasó a donde debe estar: el sistema educativo y sus escuelas. Hoy, tal como indicó la Ministra de Educación, Gina Parody, “Nadie se puede lavar las manos cuando hablemos de calidad educativa”. Hoy, como dice Mario Yepes, ex capitán de la selección de fútbol de Colombia, “todos estamos convocados a jugarnos el partido más importante”. Hoy, nos toca a los adultos arremangarnos las mangas, asumir las responsabilidades que nos corresponden y evitar que nuestros niños y jóvenes sigan cargando solos con el peso del fracaso de nuestros sistemas educativos
Esperemos que cumplan la meta para el 2025
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