Aunque el mundo se está globalizando a pasos agigantados, muchas empresas colombianas aún viven en el siglo pasado pretendiendo el proteccionismo que les otorgaron algunos gobiernos en vez de procurar ser más competitivas.
No es ningún secreto que a Colombia están llegando cientos de compañías a radicarse ya que ven a nuestro país como un mercado potencial a la vez que es la entrada a Latinoamérica y de manera específica, a Suramérica. Infortunadamente, algunas empresas nacionales no son conscientes de este fenómeno por lo cual están perdiendo participación en el mercado y poniendo en riesgo su propia viabilidad.
Muchas compañías no están preparadas para enfrentar una competencia que se incrementa cada vez más tanto a nivel nacional como internacional. Esto ha ocasionado que las empresas que no se adapten a la actual dinámica se vean amenazadas por distintos factores y en el peor de los casos, tiendan a desaparecer con las consecuencias que eso tiene para la nación.
Casi el 80% de las empresas colombianas son Mipymes y en el mismo porcentaje generan empleo en el país. Aún así, son muchas las que no han reaccionado esperando a que terceros actúen a su favor sin darse cuenta de la necesidad de cambiar paradigmas y adaptarse a los nuevos tiempos.
Por lo anterior, es indispensable que las mipymes trabajen en sinergia con el Estado y con el sector privado de modo que estén mejor asesoradas en diversos temas empresariales donde se incluyan componentes como las nuevas tecnologías de la información y la comunicación. Es por ello que hay que destacar las gestiones que adelanta ProColombia, la Cámara de Comercio de Bogotá y el MinTIC; las cuales buscan incrementar el nivel de competitividad del país.
Una de las maneras de ser competitivo es innovar y tal vez es en lo que más rezagadas están algunas Mipymes colombianas frente a sus rivales foráneas. Para hacerlo, es necesario comprender que innovar es un concepto muy amplio que se debe implementar como una práctica permanente y no como una medida temporal o específica.
La innovación no solo concierne a los productos sino que abarca todas las actividades de las organizaciones partiendo desde las funciones más simples hasta las más complejas. La innovación no solo consiste en mejorar un bien o un servicio, es todo un sistema orgánico que se debe adaptar a todas las áreas y departamentos de las compañías de manera que exista un flujo permanente de valor en pro de una mejora continua.
Tanto el Estado como el sector privado deben prestar más atención a las actividades que desarrollan las Mipymes pues de ellas depende, en gran parte, la generación de empleo del país. Una de las opciones sería crear programas sectoriales adaptados a la realidad de cada empresa mediante alianzas público-privadas. Dichos programas serían definidos por los gremios y por las Entidades del Estado correspondientes. De esa manera, se buscaría cumplir con los objetivos económicos gubernamentales y a la vez, con las metas comerciales de cada sector económico.
Con los programas sectoriales se lograría estandarizar procesos, mejorar la calidad ofrecida, establecer estrategias comerciales y detallar los temas de logística y distribución más adecuados con miras a la exportación. Algo que, como ya se mencionó, se ha venido trabajando de forma experimental a través de ProColombia, el MinTIC y la Cámara de Comercio de Bogotá; por lo que también deberían participar otras entidades, ministerios, universidades y organizaciones privadas debido a la importancia que todo esto representa para la economía del país.
Uno de los errores del comercio colombiano y latinoamericano es que se ha concebido a la globalización como un proceso de una sola vía donde las empresas extranjeras llegan a nuestros países en una especie de neo-colonización. Lo anterior sin percatarse de que también existen muchas oportunidades de incursionar en otros mercados no solo del hemisferio sino de otras latitudes.
La diversificación de mercados es clave en nuestros tiempos pues ya no se puede seguir pensando en exportar a un único destino sino que se deben buscar nuevas plazas a nivel internacional independientemente de toda ideología política o económica. Los actuales procesos comerciales también exigen que se empiece a trabajar de forma sinérgica en bloques de países como lo plantea la Alianza del Pacífico, el Mercosur y la Unión Europea.
Frente a tal panorama, las empresas colombianas y en especial las Mipymes deben procurar agremiarse de manera que se cambie el paradigma de ver a la competencia como enemiga y se construya valor compartido conformando clusters, asociaciones, cooperativas y todos los modelos que sean necesarios. Esto con el fin de competir a nivel internacional, de tener mayor poder de negociación y de obtener más utilidades.
Allí es necesario que interactúe el Estado direccionando los objetivos corporativos y las metas comerciales que se tengan. El sector público debe ser un verdadero socio del sector privado sin que ello quiera decir que se subsidien sus operaciones y sin que se intervenga en sus asuntos internos de forma directa. Se trata es de trabajar en sinergia para lograr optimizar los distintos procesos de manera que se cumpla con los estándares internacionales, se alcancen mayores niveles de competitividad y se obtengan mejores resultados económicos.
De igual forma, el Estado debe crear sus propias compañías para competir con el sector privado y así darle mayor dinamismo a la economía. También se deben conformar empresas de capital mixto con la misma finalidad, sobre todo en los sectores estratégicos pues es la única forma de garantizar la soberanía de los recursos y regular sanamente el mercado.
La protección a la industria nacional no debe basarse en impedir la entrada de productos del exterior ni en imponer altos impuestos, tampoco en otorgar subsidios. Esta debe hacer énfasis en ofrecer asesoría para que las empresas colombianas logren optimizar sus procesos con el fin de ser más competitivas en el mercado interno y a la vez, extenderse a nuevas plazas. Sí debe existir apoyo al pequeño productor, al comerciante minoritario y a las Mipymes en general; pero de una manera que no viole la libertad de empresa y no se dependa del Estado.
Es cierto que algunas Mipymes pertenecientes a sectores estratégicos de la economía ya deberían estar mejor asesoradas en materia de competitividad por parte del Estado. Por consiguiente, al no contar con dicho beneficio, es necesario que busquen capacitarse por su propia cuenta contratando a expertos en diferentes áreas, especialmente a profesionales en mercadeo y publicidad de manera que sean orientadas en todos sus asuntos corporativos.
Lo anterior con el fin de hacer énfasis en temas como la diversificación de productos, la capacitación en servicio al cliente, el mejoramiento de la calidad ofrecida, el desarrollo de nuevas tecnologías, la innovación, la apertura de nuevas plazas, la comercialización online y demás actividades empresariales. No hay una única medida ni una sola forma de hacer las cosas, cada compañía deberá determinar su rumbo y en lo que se quiere enfocar, pero lo importante es trabajar bajo una estrategia sectorial definida.
Mientras las Mipymes colombianas estén en desventaja frente a las compañías extranjeras, la economía de Colombia estará rezagada. Hace falta más sinergia entre el Estado y el sector privado de manera que no solo se consiga mayor competitividad, sino que se logren los objetivos y las metas comerciales que estableció el país para el beneficio de todos los ciudadanos. Solo así se generará empleo bien remunerado, se disminuirá la desigualdad económica y se logrará un mejor estándar de vida.
Es importante entender que a Colombia seguirán llegando empresas del exterior pues nuestra economía es muy atractiva a nivel internacional. Por consiguiente, se hace necesario optimizar todos los procesos empresariales y poner en práctica los que no se hayan implementado para conseguir un posicionamiento satisfactorio en el mercado nacional a la vez que se abren nuevas oportunidades en el exterior.
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