C- Jerónimo sufre desde niño una depresión severa que con el paso de los años y de la farmacéutica se fue tratando con tres pastillas diarias. Por eso les dejó esta nota, para que yo les pudiese explicar. Su depresión no se podía curar, se podía reducir y aún así eran inciertos los momentos en que le fuese a suceder un episodio, era algo que solamente él podía sentir y que podía vivir.
J- Pare, no más, no quiero escuchar más.
M- Juliana, necesitamos saber.
C- Yo entiendo lo que esto puede causar, sin embargo, solamente yo les puedo explicar todo esto que ustedes ven.
J- Continúe.
C-Las paredes con fotos de su infancia no son un misterio, es un patrón que siempre se repitió, vemos a su mamá, a sus primas y a sus tías. Lo que nunca había estado son las rosas blanca, roja y amarilla. Si la depresión era muy profunda, empezaba por lastimarse, se hacía cortadas o moretones en su piernas. La verdad no entiendo cómo pudo pasar; lo teníamos controlado, en espacios tranquilos, hasta su alimentación era controlada.
M- ¿Usted por qué sabe las cosas con tanto detalle?
C-Una de las razones para que el tratamiento funcionara era que cada vez que ocurriera un episodio él debía comunicarse, para juntos poder llegar al motivo que la había provocado.
J-¿Como así? ¿ Siempre había un detonante?
C- Sí, al principio eran las discusiones con su mamá o las frustraciones de los adolescentes, problemas que aunque no menos significativos, sí eran más sencillos de entrar a solucionar, pero al crecer las cosas se complican y las decepciones amorosas, las crisis económicas, los odios entre familiares y demás problemas que trae la vida, entraban a afectar su psiquis. Al principio son cambios de ánimo fuertes en tiempos muy cortos y al final todas estas cosas se volvieron más difíciles de canalizar para una persona como él.
J-¿Cuál fue su último episodio?
C- Hace unos ocho meses quizá.
J-¿ Sabe por qué?
C-Había perdido una de sus mascotas. ¿Saben si había pasado algo grave los últimos días?
M- No, aunque habíamos hablado mucho, siempre se le notó feliz.
C- Sí, eso siempre hizo las cosas más complejas para el tratamiento. Su felicidad eterna contagiaba.
J- Pero si había tenido tres cambios fuertes. ¿Eso pudo afectarlo?
C- Claro. ¿Cambios cómo cuáles?
J- Primero tuvo una ruptura amorosa. Segundo perdió el trabajo y, no sé si esto tenga que ver, pero uno de sus sueños era ser pintor y los últimos meses se sentía estancado, en algún momento me manifestó que lo había dejado de hacer.
C- Bueno, verá, no eran cosas que no hubiesen pasado antes. Lo del trabajo es nuevo, el arte siempre había sido y seguirá siendo para pacientes como Jerónimo una ayuda inmensa. No me sorprende que haya tenido que ver ¿Saben con quién salía? Quizá es importante que sepa.
J- Salía conmigo.
C-Lo siento mucho señora. Antes de retirarme solo quisiera preguntarles algo, ¿por qué las flores son blancas, rojas y amarrillas?
M- No sé,
J-Eran las tres flores que me había regalado para reconciliarnos, las tres flores que le devolví. ¿Por qué?
C- Esos son los colores de cada pastilla: blanca, roja y amarilla. En teoría lo que lo mantenía vivo…
El doctor, con un dolor en su pecho que trataba de evitar se retiró de la sala en donde habían encontrado el cuerpo de Jerónimo.
@1albarracin
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