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 “El 80% de las personas buscan felicidad en el consumo. Curiosamente, mientras más consumen, son menos felices”. Marcos Sorrentino

Luego de casi 50 años de la publicación del libro “Los límites del crecimiento”, escrito por Donella Meadows, la humanidad no ha parado de crecer y consumir. Esta publicación marcó un hito en 1972 ya que hacia un análisis futuro de las condiciones de presentes la Tierra. El libro indicaba en pocas palabras que, si seguíamos consumiendo y viviendo de una manera insostenible, tal y como se comenzaba a hacer en esa época, podíamos entrar en una era de grandes riesgos ecológicos y sociales.

Después de conocer esto, vale la pena preguntarse ¿qué está sucediendo ahora?. Nuestro planeta ciertamente está atravesando una grave situación donde la contaminación, la degradación y la extracción de recursos naturales se está volviendo uno de los principales desafíos del siglo XXI. Y mientras tanto, nuestra población no para de crecer. De acuerdo a datos de diversos estudios, la población mundial probablemente aumentará en 2.500 millones de personas en los últimos 43 años, pasando de los actuales 6.700 millones a 9.200 millones en 2050. ¡Más de la mitad de la población mundial vivirá en ciudades, y no estamos preparados para ello!

En los próximos 15 años, se espera que la población mundial aumente aproximadamente 1.000 millones de personas y muchas de ellas se convertirán en nuevos productores y consumidores. Este abrupto incremento poblacional, naturalmente generará una competencia sin precedentes de recursos energéticos, minerales, agua y productos forestales a medida que los principales países emergentes (con grandes cantidades de habitantes) como Brasil, India, Rusia o China persiguen el “confort”, la prosperidad y la seguridad económica para un número de habitantes cada vez mayor. Y solo estamos en el comienzo…

Si los 7.000 millones de humanos viviesen igual que los norteamericanos, los europeos o los japoneses (sin ofender a ninguno), el mundo sería hoy una auténtica catástrofe a causa del consumo per cápita de agua, energía, minerales y suelo pata cultivos o infraestructuras.

David Douglas (vicepresidente para la ecorresponsabilidad de Sun Microsystems) se pregunta, por ejemplo, que ocurrirá si a cada uno de estos 1.000 millones de habitantes, le damos una bombilla incandescente de 60 vatios: “Cada bombilla pesa poco (unos 20 gramos incluyendo la caja), pero 1.000 millones de bombillas pesan una 20.000 toneladas métricas. Ahora encendámoslas. Si todas están encendidas al mismo tiempo, son 60.000 megavatios. Con suerte, solo utilizaran sus bombillas durante cuatro horas al día, con lo cual el consumo desciende a 10.000 megavatios. ¡Caramba! Es como si necesitáramos unas 20 nuevas plantas de 500 megavatios alimentadas con… ¿carbón?” -¡Y solo para que los próximos 1.000 millones de nuevos habitantes de la tierra puedan encender la luz!-.

¡El planeta está en números rojos!. Y el problema va mucho más allá de lo que realmente podemos mirar. Personalmente pienso que no es solo por el hecho de que vivimos en un planeta de una forma extremadamente insostenible, sino que también, consumimos de una forma desproporcionada y voraz: recursos forestales, animales, plantas, contaminamos extensas zonas acuáticas o terrestres, producimos alteraciones terribles en hábitats, etc.

No hay ningún botón “fácil” que podamos pulsar para que el mundo sea verde pero si existe en cada uno de nosotros, la capacidad de proponernos ciertos límites que vayan al unísono de conductas más éticas y responsables. En este orden de ideas, entra la importancia vital que tiene el consumo responsable a la hora de escoger y adquirir productos. El consumidor a la final, es quien tiene la última palabra: si elegimos un producto bio o eco, estamos ayudando al planeta y al mismo tiempo, a nosotros mismos.

La principal tarea que debe hacer la sociedad es aprender a no consumir de la forma como lo hacemos actualmente. Con el tiempo, siendo más sostenibles, nos ayudará a tener una mejor calidad de vida y aprender a ser “más humanos”. A mi modo de ver, ese será el gran reto para una sociedad tan globalizada como es la nuestra…

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