El devorarme en menos de 3 días la cuarta temporada de la serie de Netflix, House of Cards, me llevó a recordar un texto que leí en la universidad. Se llama ‘Cómo nos venden la moto’ y allí los intelectuales Ignacio Ramonet y Noam Chomsky reflexionan sobre las estrategias de manipulación que ejercen los poderes políticos y económicos a través de los medios.
Uno de los postulados más claros era que luego del cuarto poder, el de los medios, estaba de manera omnipresente el poder económico por el cual muchas de las denuncias de la prensa quedaban opacadas.
Toda esta introducción bastante acádemica tiene que ver con la irrupción de Netflix como plataforma aparentemente independiente de esos poderes que han concentrado la emisión de medios. Curiosamente House of Cards y su fascinación mundial me sirven para ejemplificar cómo Netflix nos está vendiendo la moto.
Como tenaz consumidor de series online no me pude escapar a una ficción bien hecha como es esta que retrata la vida del matrimonio Underwood y su ascenso a la Casa Blanca en Estados Unidos. Sin embargo, no todo el mérito está en el contenido sino en ciertos aspectos que llevan a que por más online, su realización sigue conservando las mismas mecánicas de producción de los gigantes de Hollywood.
Allí en ese terreno de los grandes estudios, como en el de la política, la lucha por el poder y los ingresos económicos son feroces. Analicemos un poco los nombres de House of Cards: Kevin Spacey, doble ganador del Oscar y otros galardones de la industria cinematográfica. Robin Wright, esposa de Spacey en la ficción y actriz con amplia carrera en el cine. Kate Mara, promesa de mundo de las películas. Todos ellos bajo la sombrilla de David Fincher, el responsable de grandes cintas como Zodiaco, La chica del tatuaje de dragón, El curioso caso de Benjamín Button y El club de la pelea.
Esto solo es una muestra de que son los mismos integrantes del star system hollywoodense los que ahora han migrado al escenario televisivo. Alguien me diría que los dineros no están allá pero cuando uno revisa los créditos de la serie empieza a encontrar los espejos retrovisores de la moto. Tanto Fincher como los alter egos Claire y Frank Underwood fungen como productores de House of Cards e incluso Wright aparece dirigiendo algunos de los episodios. Esto significa que trabajan para sus propias ganancias.
No estoy acá juzgando la actividad solo analizando un poco más este fenómeno de series online llegando a entrever algunos de los factores que han contribuido a su éxito. Si algo tienen de ganancia estas series de Netflix es que te posibilitan ver los episodios en maratón y sin comerciales. Esa ganancia como espectadores lejos de la publicidad, a la que creemos haber escapado resulta volviéndose en nuestra contra en forma de product placement.
El emplazamiento de publicidad consiste en la aparición o mención en pantalla de marcas comerciales dentro de una ficción audiovisual. Este mecanismo no es nuevo pero con el incremento en la competencia se ha visto cada vez más presente en los productos televisivos y de cine.
House of Cards no es la excepción y curiosamente muchas de las ficciones de Netflix cuentan con el mismo sistema de marcas asociadas, que llevaría a pensar sobre quiénes podrían estar pautando con ellas. En una revisión más o menos descuidada, a la que los invito también a ustedes, encontré varias marcas que se repiten una y otra vez a lo largo de la trama y en episodios clave, sobre todo en la segunda y tercera temporada.
Se muestran o mencionan: marcas y dispositivos de Apple, Samsung y Blackberry. Se menciona el uso de Uber. Se usan referencias visuales a programas de televisión, canales de cable, revistas y periódicos existentes. Los protagonistas consumen productos de cierta marca de donuts, de cierta gaseosa que da felicidad, de cierto Whisky de nombre Jack, de cierta cerveza con apelllido Artois y de otra que se hizo famosa por unos sapos cantantes en una publicidad de hace muchos años.
Claro, muchos dirán que hilo demasiado fino pero, ¿justamente a eso no nos ha enseñado Frank? Los invito a mirar con ojo agudo las marcas que se ven o mencionan en la serie y así entenderán cómo nos están vendiendo la moto en streaming.
Escena post créditos: No iba desperdiciar esta oportunidad de hablar de la cuarta temporada y decirles que me sigue sorprendiendo. Para mí funciona como un cierre perfecto de la serie, con la aparición de varios de los personajes de las temporadas pasadas y la llegada de algunos nuevos. La presencia de la grandísima Ellen Burstyn es uno de los platos fuertes de estos nuevos episodios. Algo que aprecio como periodista en esta temporada es ese estilo a lo Spotlight que adoptó hacía la segunda mitad.
Ya nos anunciaron una temporada más y se siente ese alargue, es como si en esta temporada hubieran empezado a escribir el THE END y a último momento se hubieran arrepentido para retroceder el cursor.
No está hilando delgado sr. Calderón, simplemente esta descubriendo el agua tibia… Para un artículo con observaciones tan obvias, no era necesario citar a Chomsky para añadirle el tono intelectualoide… soso ejercicio de análisis nivel primer semestre de comunicación…
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Excelente serie, me la vi en un solo día hace una semana, bueno lo q comenta su mercé considero q para nada es nuevo, quizás de pronto por ser en streaming. Pero considero q la serie y el espacio q ud dispone con este blog debiera de ser mejor aprovechado
Sin demeritar que hay ciertos atisbos de buen crítico..
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Yo estaba pensando exactamente lo mismo sobre el cambio de hacer publicidad. Muy acertado su artículo. A mi me paso con un capítulo de la cuarta temporada estaban jugando agar.io y empece a jugar al otro día. Lo que pasa en la serie no es muy distinto a lo que pasa en Washington yo vivo en Florida hace mucho y se que es asi. Un saludo.
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Gracias Luis por leer y comentar. Lo de agar.io tenía la duda, gracias por resolvermela… es que muchas referencias se nos escapan. Claro en plena campaña deben haber muchos paralelismos.
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Tres días? Muy lento. Se lanzó a las 3 am, y para las 9 pm ya la habia visto. Vivo en EEUU y tuve la oportunidad de conocer un set móvil que Netflix expuso de manera itinerante en ciudades donde habían procesos electorales antes del lanzamiento. Ver ese despliegue en medio de los agites de la «realidad» causaron un impacto importante.
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si si Pedro… es necesario trabajar para poder pagar la suscripción a Netflix,jeje.
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No existe nada mejor, pero eso sí solo ora mentes brillantes, los cortos de materia gris se pierden en las tomas de Washington.
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Que deje de verla, además después de ese «gran descubrimiento», que se consiga un canal cubano, para que descubra como es que «venden un dinosaurio «
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Sr Calderon. Desconozco su especialidad. Pero si bien es cierto la labor del periodista es comunicar e informar a su vez indagar y House of Cards es una Drama muy interesante de analizar que da pie para una serie de artículos en su blog. A manera de sugerencia sin pretensiones «académicas» seria interesante exponer como la forma de ver television esta cambiando tornándose cada vez mas especializada.
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Genial sugerencia. La tendré en cuenta para próximos escritos… igual si le interesa puede revisar mis post anteriores sobre el tema de las series:
http://blogs.eltiempo.com/la-burbuja/2015/12/06/el-crimen-en-tv-si-paga/
http://blogs.eltiempo.com/la-burbuja/2016/02/15/tv-netflix-remake-fullerhouse/
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Sr Calderon: Como seguidora de House of Cards encuentro su articulo muy vago pues habla de muchas cosas y no profundiza en detalle para llegar a un punto real. (Habla de la manipulacion política a través de los medios -Netflix como medio – Publicidad de marcas asociadas en el drama – La interacción de Underwood con el televidente) Aclaro, House of Cards esta basada en la serie Britanica House of Card adaptada por Michael Dobbs que a su vez es una adaptación de la novela de Andrew Daves. Así que no es una serie original Americana, es una adaptación. Al leer libro original y observar el drama Británico y todas las series de la version Americana. Considero House of Cards es una serie fascinate, y demasiada adictiva. (entiendo su punto de consumir la serie en 3 días).
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Gracias María por leer y comentar. Es un articulo vago es cierto pues los tópicos ( que identificas muy bien) darían para un gran ensayo académico. Solo me interesa dar las primeras puntadas para que el mismo lector aguce el ojo cuando consuma. El impacto de Netflix es tan grande que conviene mirarla más allá. Este auge de la televisión es importantísimo… ahora a la espera de Game of Thrones.
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La elección es suya nadie lo obliga a ver. No nos venda conspiraciones que parece ser lo único que los periodistas ven ahora. Uña análisis ligero y poco contundente
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Gracias por comentar Juan. No vendo nada solo doy una opinión y como usted mismo dice nadie lo obliga a leerme y mucho menos a estar de acuerdo con lo que pienso.
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Por rato da sueño osea que cumple otro objectivo mas
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Tal vez Ud lo percibió así porque es uno de sus intereses, en mi caso deje únicamente la mente en la serie y esas marcas pasaron desapercibidas. Algo que sí es cercano para mí es el matrimonio y el éxito está es la llave de esta serie. Sl2.
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