Ingresa o regístrate acá para seguir este blog.

Sí señores, cómo no. En el día de hoy les vengo ofreciendo una fórmula infalible para encontrar a aquel que deba tomar las riendas de la ciudad en el próximo período. No digo fórmula mágica, porque no tiene nada que ver con magia. Y como soy tan buena gente, no se la voy a vender al mejor postor. Se las voy a contar acá, a ustedes, mis lectores, gratis. Un instituto de estudios superiores en Johannesburgo ofreció miles de millones de dólares, pero mis intereses están en ayudar a mi país, y no a Sudáfrica. Allá ellos que se arreglen como puedan.

Pero entremos en materia. No es secreto que los gringos acostumbran armar simuladores de todo, sobretodo en el campo militar, con el objeto de entrenar a sus soldados, o pilotos, o marines, y con eso se aseguran dos cosas: Una, que en el ejercicio real, en combate, van a llegar con un entrenamiento previo y no van a morir en el intento, literal. Y dos, que no se van a gastar una millonada soltándole un avión a un aspirante a piloto para que vaya y lo estrelle en la primera loma. No, ellos son inteligentes, así que hacen un simulador muy MUY parecido a la realidad y se lo prestan al personaje de turno. Si es un piloto de aerolínea, en lugar de matar 350 pasajeros, sale letrerito de «PERDISTES» y listo.

Simulador de vuelo. Fuente: sportlandcostarica.com

Simulador de vuelo. Fuente: sportlandcostarica.com

El concepto de simulación se aplica para todo, y no necesariamente es tecnológico. Los integrantes de SWAT cada nada hacen simulacros de tomas de rehenes, de ataques a bancos, ataques terroristas, etc. También se usan los simuladores de conducción, antes de darle licencia a cualquier pendejo. Imagínense si acá usáramos simuladores de conducción para los taxistas y conductores de bus. (Ahí les dejo el dato, amigos de Transmilenio, y señor Uldarico). Sin ir muy lejos, Juan Pablo Montoya aprendió mucho jugando maquinitas en VideoPlay, en Unicentro. Si no me creen pregúntenle. Y todo podrán decir de él, pero el man es un duro manejando.

Simulador de conducción. Fuente: pixfans.com

Simulador de conducción. Fuente: pixfans.com

Todo muy bonito pero, como siempre, hay que ponerlo en práctica. Nos resultaba muy jodido poner a Petro a ensayar en Zipaquirá un tiempito como para que fuera cogiendo cancha, y luego sí que agarrara Bogotá. Así no funciona la vida real (aunque me habría encantado, con el perdón de los Zipaquireños). ¿Qué tal si lo hubiésemos sentado en un simulador? Lo máximo. En vez de acabar con la ciudad habría salido un letrero de PAILAS GAME OVER INSERT COIN, y listo. Vuelva y arranque. Claro, con Samuel Moreno el mensaje habría sido «NO SE ROBE LA MONEDITA, PARA VOLVER A JUGAR TIENE QUE INSERTARLA», pero mejor en un juego que con el erario público, ¿no creen?


Los que me conocen de hace tiempo saben que soy un Gamer apasionado. O lo fui porque el tiempo ya no rinde, mano. Sin embargo volví a una de mis pasiones de hace unos años, pero versión mejorada: SIM CITY, Deluxe Edition. Literalmente traduce eso: Simulador de Ciudad. Y, créanme, es buenísimo.

Esto que estoy escribiendo lo digo muy en serio, es que ustedes creen que todo en este blog es el chiste y la joda. Pues no. Este simulador es increíble. La versión más reciente tiene cualquier cantidad de variables, como que si hay mucha industrialización, eso va a afectar la salud de la población, así que tendrás que invertir más en parques, o en hospitales. Que si aumentas los impuestos, la ciudadanía va a protestar, o sencillamente se va de tu ciudad, disminuyendo los ingresos. Hay que ser equilibrados.

Tiene cosas tan interesantes como que si las vías son muy pequeñas o escasas para las necesidades de la ciudad, habrá más trancones, que no solo harán disminuirán la calidad de vida (y tu calificación como administrador de la ciudad), sino que si hay un incendio, los carros de bomberos no alcanzarán a llegar a tiempo y la cosa será más grave (por ejemplo), o los vehículos de carga no entregarán a tiempo los recursos necesarios para la ciudad, lo que causa disminución en productividad. Como en la vida real.

En SimCity hay PetroEmergencias. ¿Coincidencia?

En SimCity hay PetroEmergencias. ¿Coincidencia?

En fin, les estoy dando solo un par de cositas que tiene este simulador que es bastante completo. Y lo más importante: allá no sirve prometer que vas a construir escuelas para que te suba la calificación, allá tienes que hacerlas. No basta con pararse en la plaza principal de la ciudad y decir que todo es un complot de las mafias. Eso allá no existe. Los indicadores de desempeño están dadas por tus habilidades como administrador y la capacidad de equilibrar los gastos con los ingresos, fomentando el crecimiento saludable de la ciudad. ¡La locura!

En SimCity hay muchas variables que afectan todo el ecosistema.

En SimCity hay muchas variables que afectan todo el ecosistema.

Pues mi propuesta es esa. En vez de hacer tanto debate, tanta promesa falsa y tanta joda, sentemos a cada candidato frente a un computador con Sim City, y les soltamos esa vaina por dos semanas, aislados del resto de la sociedad, sin conexión a internet (para que no hagan trampa, no olvidemos que son políticos) y el que tenga la ciudad más grande y con mejores indicadores a las dos semanas, ESE ES. Aparte nos ahorramos un platal en elecciones que, ya todos sabemos, son manipulables.

Y para que no haya dudas, lo hacemos reality. Los de RCN son buenos en eso. Los metemos en la Casa Estudio y llenamos eso de cámaras transmitiendo 7×24. No solo nos ahorramos la plata en elecciones, sino que le sacamos plata cuando se lo vendamos a algún canal. Y también podemos vender el modelo a CBS o a FOX. Es un negocio redondo, por donde se le mire y lo mejor es que la ciudad quedará en las manos mejor calificadas para lo que se nos viene encima.

Vea, cuando yo le diga…


Aprovecho para pedirles a todos los lectores que se tomen en serio las siguientes elecciones. Voten por quien crean que va a hacer el mejor trabajo. No voten con el corazón sino con la razón. No voten en contra de un candidato, sino a favor de su ciudad. No voten porque Pepito les dijo que ese candidato les prometió un colegio en el barrio, aunque se tire el resto de la ciudad. Por favor, seamos juiciosos a la hora de votar. Tampoco los estoy invitando a que en los comentarios nos llenemos de odio y escribamos que Sutanito es el peor porque [inserte aquí cualquier frase rencorosa y grosera]. No estoy haciendo campaña política, estoy invitándolos a que aprovechemos esta oportunidad histórica de enderezar el futuro de nuestras ciudades.

Y también invito a los que viven en Bogotá y que no sean de acá, a que inscriban sus cédulas y voten en Bogotá. Sean conscientes de que ustedes viven y disfrutan o padecen esta ciudad. Como todos nosotros. No es justo que, viviendo acá, ese fin de semana viajen a votar en sus ciudades de origen (en donde ya no están viviendo) o que, aún peor, no voten. Esta ciudad es tan de ustedes como nuestra. Ayúdennos un poquito con el futuro, que también les afecta, para bien o para mal.

Por cuestiones de tiempo, publico primero la entrada sin el podcast prometido. Cuando lean esto yo estaré en una reunión con un cliente. Pero tan pronto pueda vuelvo para grabarlo y empezar nuestro ensayo podcastero. Ya es un logro que haya publicado un jueves, como era la costumbre inicial. ¡Vamos bien!

Muchas gracias a todos por leer y comentar amablemente. Y obvio por compartir. Es bonito ver cómo en Facebook mucha gente comparte las entradas, y en Twitter, y en LinkedIn, y en todo lado, o sea. Un saludo especial para los que han escrito desde otros países. Ya me dijeron que escucharán el podcast desde el metro de Viena.

Hagamos ese otro ejercicio, cuéntenme desde dónde están leyendo y aprovecho para saludarlos en el podcast. Marmotazos Internacional INC.

Eso era todo por hoy. Nos estamos leyendo. ¡Chau!


 

Entradas anteriores: «Sal con alguien valiente«, «Bogotá tiene la ventana rota«, «La novia no-modelo«.


También estoy en Facebook, Linkedin e Instagram.

Compartir post