Primera caída de Lillonarios (Millos 0 – Equidad 1)
La desazón y preocupación marcadas en los rostros de los miles de fieles azules al abandonar las graderías del Nemesio la tarde noche de ayer, era fiel muestra de la sensación que dejó en la hinchada la primera presentación del Millonarios de Lillo en condición de local.
El marco era inmejorable. La hinchada, como suele suceder, respondió de forma generosa al reto de acompañar masivamente a esta nueva versión del equipo que, tras la salida del triunfante cuerpo técnico anterior y la forma en como se ha venido “reforzando”, genera más incertidumbre que esperanza.
Acaso el triunfo conseguido en Envigado fue el aliciente que la hinchada necesitaba para demostrarle a la dirigencia del equipo que los enunciados problemas en el flujo de caja no pasan por falta de acompañamiento del hincha. Si el equipo responde, si el equipo gana, si el equipo presenta nombres atractivos la hinchada siempre va a estar.
Lamentablemente, en la cancha el equipo no apareció. Equidad desde el principio dejó ver sus claras intenciones de abroquelarse en su propia zona, esperar el error del azul y aprovechar algún descuido de esa imberbe línea de tres defensores que presentó ayer el DT español. Tal cual sucedió.
Luego de un córner, como casi siempre en los últimos tiempos, mal ejecutado, Equidad se apropió del esférico y dio cátedra de cómo sacar adelante una contra. Aprovechó la lentitud de Cadavid improvisado como lateral zurdo, y el pésimo regreso de los defensores centrales logrando dejar a Moreno solo frente a Ramos. El atacante asegurador pifió el remate, pero la respuesta de Ramos fue bastante floja en la jugada lo que permitió al visitante irse en ventaja y armar, de ahí en más, el partido apropiado a su planteamiento.
El trámite del juego de Millos fue lento, exasperantemente parsimonioso. El único que trataba de mostrar una velocidad distinta era Dayro. De resto, toque lento lateralizado o hacia atrás, con pésimas entregas cada vez que se intentaba jugar más frontal.
Quizá el equipo no apareció, porque las individualidades no aparecieron: Lewis, Mayer, Vargas, Vásquez, y Robayo se vieron erráticos, confundidos. Elkin Blanco fue el mejor en la mitad de la cancha, aguerrido y pundonoroso.
Ramos, para mi gusto, seriamente comprometido en el gol, no solo porque el balón pasa por debajo de su cuerpo, sino porque se demoró en salir a cerrar la trayectoria del esférico y del atacante.
De los de atrás el de mejor actuación sin duda fue Henríquez, sobrio, seguro y práctico en los cierres. Cadavid improvisado como lateral zurdo hizo lo que pudo; en el primer tiempo trato de darle salida al equipo por su costado, pero definitivamente las excursiones al ataque no son lo suyo.
Agudelo con mucha movilidad, procurándose los espacios, muestra buenos gestos técnicos pero el balón poco le llegó. Dayro como siempre, ¡fuera de serie! No quisiera imaginarme qué sería del equipo sin la presencia del tolimense.
A mi modo de ver, no es el momento de pedir cabezas. La Liga apenas empieza y, de alguna manera, la victoria conseguida en Envigado permite minimizar el efecto negativo de esta derrota sufrida en casa. Por lo observado con los resultados globales de esta segunda fecha, está resultando más dificultoso ganar de local que en condición de visita (Tan solo Itagüí y el DIM hicieron respetar sus feudos).
Como el fútbol te otorga revanchas, la de Millos se viene el próximo jueves ante uno de los tres líderes que hoy por hoy tiene la Liga: el flamante Boyacá Chicó de Eduardo Pimentel. Millos tiene la obligación de ir a Tunja con el firme propósito de sumar, pues no hacerlo significaría dar ya enormes ventajas en la tabla de posiciones.
Espero que Lillo cumpla con la premisa que ha pregonado desde su llegada en cuanto a que no llega a imponer en Millos un determinado estilo de juego, sino que le daría al equipo el estilo que mejor se acomode a los jugadores de los que dispone. En mi humilde opinión, nuestro equipo no contaba para el partido del domingo con los jugadores con las características que requiere el esquema que el DT quiso utilizar ante Equidad.
Otro motivo para no angustiarse y no “quemar las naves” desde la segunda fecha de la Liga, es que aún Millos no ha mostrado todas las cartas de las que dispone. Quizá contando en cancha con jugadores como Román, Harrison, Wesley y, si finalmente se concreta, con el camerunés, la cara de Millos mejore notablemente frente a lo mostrado ayer en el Campín.
Como hinchas no nos queda otra que seguir alentando, acompañando y conservando la fe. Insisto, si a Lillo le va bien, a Millos le va bien y, por lo tanto, a nosotros los hinchas nos irá bien.
Cordial y albiazul saludo
@azulhstalatumba
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