@NataliaGnecco
Si te gusta ser el centro de todas las miradas, tu Instagram está saturado de selfies, que te perciban como una persona exitosa, te consideras más atractivo (a) que resto de la humanidad, si tienes una muy alta opinión de ti mismo y te ufanas de ser mejor que tus compañeros, no es necesario hacer un test de personalidad, eres irremediablemente narcisista.
El típico narcisista tiene un sentido inflado de su propia popularidad, éxito y autoestima, piensa que es una persona realmente muy especial, más que el resto de nosotros y que somos afortunados al estar cerca de ellos. Pero nunca antes la oda al narcisismo había estado tan en apogeo como en estos momentos y las redes sociales han incubado el fenómeno de manera magistral, apoyados en celebridades como el futbolista Cristiano Ronaldo, quien es hit en Internet, o el clan Kardashian, imbatible en el ranking del narcisismo fotográfico… ¿En realidad es tan cool ser narcisista?
El padre Luis Zazano, Sacerdote Católico Diocesano, originario de Tucumán, Argentina, se opone rotundamente diciendo: “un narcisista le gusta que todos los reflectores le apunten, siempre le encanta aparecer, relucir, pasar por encima de los demás, eternamente quiere tener la última palabra y no le gusta perder. Es decir: quiere tener a la mujer, pero también a la amante; poseer dinero, pero al mismo tiempo gastárselo en todo; le gusta poseer y no perder. Solo le interesa estar bien, lleno de todo y no sentir la falta ni la necesidad. Es capaz de ir, buscar a donde sea con tal de no sentirse solo. Es una persona que en el fondo es tan egoísta que no le importa destruir una familia, o un amigo …Solo le interesa servirse, relucir, cueste lo que cueste. En el fondo son personas que brillan, pero están solas y vacías. Muy solas y ausentes de todo”.
Lamentablemente está tan en boga este tipo de personalidad, que muchos se convierten en adictos de narcisistas sin darse cuenta, incluso hay mujeres que están inmersas en ese círculo vicioso, pero, ¿por qué siguen saliendo con estos tipos? Sara de 36 años cuenta que logró reaccionar a tiempo: “al principio era emocionante y divertido estar cerca de Jhon porque es muy carismático, a todo el mundo le caía bien, a eso se le suma que es bien plantado, inteligente, tiene confianza en sí mismo y le iba súper bien en su trabajo. Después de la etapa de «luna de miel» de nuestra relación, su verdadera naturaleza comenzó a aparecer, me manipulaba tanto que me sentí atrapada.
Hice todo lo posible para mantener el control en nuestra relación, pero cada día se volvía más tóxica. Comencé a perder confianza en mí misma, a creer en sus críticas y a caer en sus viajes de manipulación, etc, etc. La verdad, ninguna mujer merece ser maltratada por nadie, si sientes que es tu caso, es hora de defenderte y romper el patrón. Salir con narcisistas impide volver a encontrar una relación sana y satisfactoria con un hombre.”
Del campo del amor pasemos al laboral con Karen Arluck, psicoterapeuta clínica, quien explica lo difícil que puede resultar trabajar para jefes con Trastorno Narcisista de la Personalidad (TNP) porque viven en una constante necesidad de admiración y cuesta lidiar con todos los posibles efectos emocionales negativos en la autoestima, el nivel de ansiedad, etc. La buena noticia es que cuanto más comprendamos cómo es el (TNP) sus patrones emocionales y de comportamiento generales (así como las preferencias, idiosincrasias individuales de esta persona), más predecible será su jefe, y más fácil, por lo general, de tratar. Arluk remata diciendo: “si decide permanecer en su trabajo recuerde que esta es su elección, puede establecer sus límites, y lo más importante, simplemente porque su jefe lo llame estúpido, no significa en realidad que lo sea”.
Por su parte Patricia abogada de 42 años siente que la recomendación de psicoterapeuta clínica de fijar límites le llegó muy tarde, porque no soportó más las ínfulas de grandeza de su jefe, sus ganas de protagonismo, su afán por figurar en los medios de comunicación y sus continuos insultos: “al doctor Francisco se le hincha el pecho de tanta auto-importancia, auto-admiración y cero empatía por los demás. El stress estaba acabando con mis nervios porque era un amor de puertas para afuera, pero nos trapeaba cada vez que podía con sus gritos … ¡Eso es abuso! Duré 9 meses en ese infierno y he recuperado la paz, hasta tengo tiempo para mí, porque no nos dejaba descansar con ese chat. Quienes siguen en la firma viven cada día más y más enfermos”.
Pero si hay jefes narcisistas los políticos no se quedan atrás, la mayoría de los líderes mundiales, con la posible excepción de la canciller alemana Angela Merkel, están obsesionados con su imagen pública, aunque algunos analistas van más allá y aseguran que ningún líder actual está tan involucrado consigo mismo y con la imagen que proyecta, como presidente francés Emmanuel Macron. No olvidemos que la icónica foto de Macron en la final del Mundial de Rusia, donde rompió con todo el protocolo en el palco del estadio Luzhniki de Moscú apareció en los más importantes portales de internet del planeta, brilló tanto que hizo palidecer a Donald Trump y a Justin Trudeau.
Fotos: Shape Magazine- joanncohen.com- eHarmony- The Independent – TooFab- La Vanguardia
Es triste que las nuevas generaciones le resten valor a la experiencia de aprender y conocer sobre los demas. Aunque yo creo que eventualmente habra un efecto rebote en las sociedades y este fenomeno egolatra decrecera.
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Que susto tanta vanidad en los seres humanos. Tuve hace varios años un jefe así, un jerk total., son personas infelices que nos hacen la vida de cuadritos, pero se supera! Hay que seguir adelante! Gracias Natalia por esta interesante reflexión.
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