Ingresa o regístrate acá para seguir este blog.

la foto (2)

@japritri

Yo no entiendo a la gente (a la mayoría). No entiendo por qué las personas piden renovación en política, pero critican cualquier intento de hacerlo, cualquiera. ¿Cuál sería el problema con que el Pibe quisiera ser senador, si pudiera serlo? Quiénes somos para prejuzgar sus motivos, convicciones e ideología si apenas hemos sabido lo bien que jugaba fútbol y parte de su vida por una novela, que muy seguramente tergiversó muchos detalles –no sé, no la vi–. Ahora el Pibe es malo, ahora se vendió, ahora es un payaso, ahora es un… usted, colombiano, ¿quién sabe qué propondría? ¿Por qué duda de sus capacidades para algo más que tocar el balón con sus mágicos pies? A caso porque fue futbolista, no puede tener buenas ideas, no puede proponer buenos proyectos de ley, actos legislativos, mociones de censura, etc.

No con esto estoy diciendo que votaría por el Pibe, si se lanzara; no he escuchado sus propuestas, no lo he visto desenvolverse en un escenario público para ver si puede llevar un debate serio y coherente. Si alguna vez se lanzara y lo escuchara lo consideraría, tanto para votar por él o para denunciar su incompetencia (si fuera el caso): cuando sepa quién es como político podré hablar de una futura postulación y así lo deberían hacer ustedes, no solo con el Pibe, sino también con Alerta, don Jediondo (que me cae pésimo), Bonner Mosquera y los otros mil candidatos al Congreso; si llegado el caso, después de escucharlos, no le gusta ninguno, vaya a buscar aval, si no puede lanzarse puede votar en blanco.

Por otro lado, creo que es mucho más reprochable que algunos candidatos que dicen proponer renovación lo hagan con mentiras, tratando de generar opinión con maniobras mediáticas falaces, como  el candidato a la Cámara de Representantes Edward David Rodríguez por el Uribe Centro Democrático, quien esta semana se fue al Congreso con mermelada (dos tarros de mermelada en físico) a decir que a los congresistas los están comprando con su dulce sabor. Sin embargo el señor Rodríguez no cuenta que él ya fue candidato a esta corporación hace cuatro años por el Partido de la U y recorría las calles de Bogotá al lado de los hijos de Uribe, prometiendo esa misma mermelada a diestra y siniestra, porque él iba a ser representante: cómo no ­–pensaría él– si andaba con los hijos del Presidente e iba a ser de la coalición del gobierno Santos. Su aspiración se frustró con algo más de ocho mil votos, pero la historia no quedó ahí, porque él, que había prometido tanta dulce mermelada, no se podía quedar sin un poco y fue contratado por la Vicepresidencia en la que trabajó algo más de dos años, mucho después de que las relaciones entre Uribe y Santos se deterioraron. Pero a él eso no le importó y no renunció para no estar en lo que ahora llama un Gobierno dirigido por un usurpador, traidor y oportunista, entre otras: él continuó estando en el Gobierno.

No digo que no sea cierto, no digo que no den prebendas a congresistas, incluso se las dan a personas quemadas como a Edward Rodríguez; ¿cómo le supo ese sueldo en la vicepresidencia? Me imagino que fue dulce. Lo que quiero hacer ver es que a veces discriminamos a algunas personas porque fueron futbolistas, comediantes, modelos, zapateros, etc., y favorecemos a personas ‘desconocidas’ que dan golpes mediáticos fuertes como los de Rodríguez (que salió en “La cosa política” y otros medios) y se quedan con eso, con la imagen de un tipo con dos tarros de mermelada al frente del Congreso criticando todo, todo lo que él ya demostró que es.

Yo preferiría votar por el Pibe –si alguna vez se lanza– si tiene un discurso serio y convincente, por él que ha estado apoyando las causas de las mujeres con cáncer y la reintegración de los grupos armados, preferiría votar por él y no por un tipo que ve una oportunidad para figurar en medios como Rodríguez y la aprovecha, engañando a los bogotanos y colombianos, todo porque es el cuarto en la lista del Uribe Centro Democrático y espera no quemarse esta vez. Yo lo veo complicado: yo lo veo haciendo fila, otra vez, en el gobierno de turno pidiendo un puesto (incluso si es Santos de nuevo), dispuesto a comer mermelada de la alta, porque su lista en Bogotá sacará máximo tres representantes, si les va bien.

Compartir post