Fácil es especular y crear una campaña que busque contribuir a la reconciliación de nuestra sociedad tras aproximadamente cincuenta años de conflicto armado en el país, supuestamente generando un cambio de mentalidad. Lo difícil es ver resultados y cambios positivos. Ponerse en los zapatos del otro es ilusorio, irreal y ficticio, compartir una pena es muy fácil, pero ¿Cómo las solucionamos? Ya no se trata de perdonar, se trata de solucionar. Las grandes empresas del país que se han vinculado a esta campaña también pueden ser capaces de compartir sus recursos económicos con quienes más lo necesitan en ese aire de perdón y solidaridad.
Sabemos que el país tiene problemas y que necesita de un cambio realmente significativo, pero con empaques blancos, hashtags bonitos y publicaciones que hacen ver todo muy bien, nada va a cambiar. Bueno es buscar la transformación del país, pero todo se genera con actos, la paz solo se encuentra con justicia y se genera a través del cambio de cada uno de nosotros desde los detalles más mínimos, somos nosotros los promotores de la paz! Sin necesidad de hacer tanto show. Tomando la mano del otro y caminando hacia la paz como dice la canción todo va a seguir igual.
Ver una vida desde las tarimas y grandes cargos ejecutivos, imaginar y soñar es muy fácil. Nuestra realidad, tristemente es otra, ¿hemos visto un solo día de paz? Siempre es lo mismo, me atrevo a decir que lo más triste de todo es que con esta tonta campaña, nada va a cambiar. Nosotros somos capaces de perdonar, pero no queremos, no sirve para nada, no se trata de olvidar, se trata de ver nuevas soluciones, propuestas y ver que quienes más daño han causado estén pagando lo que deben.
Claro que anhelamos la paz, pero sabemos que va más allá de una propuesta, no se trata de ser negativos, la idea es ser realistas, con tantas cosas bonitas no llegaremos a nada. Somos nosotros los constructores de esta tan anhelada paz que nunca hemos tenido.
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