En el desarrollo del Hay Festival, la Ministra de Educación Gina Parody, pronunció unas desafortunadas palabras que no hacen honor a su profesión de abogada, ni se encuentran a la altura de la dignidad que ostenta.
Ante los micrófonos de una emisora, Parody asevero que «en la medida en que una sociedad como la colombiana vaya avanzando debe ir teniendo más artistas y escritores y menos politólogos (…) Me fascinaba escribir, quería ser bailarina y terminé estudiando derecho por deseo de mis padres”. Palabras precedidas por la frase de John Adams ¨entre más vamos avanzando como sociedad más vamos a tener artistas y escritores¨. Cita, que la Ministra sacó a colación durante la entrevista, intentando justificar el gazapo verbal que lanzaría después.
De lo anterior queda en evidencia un error interpretativo por parte de Parody y un profundo desconocimiento de la Ciencia Política como disciplina y profesión.
En ese orden, cabe preguntarse si es función de la Ministra en la cartera de educación, ponderar las profesiones y, extrapolar sus frustraciones como bailarina a toda una comunidad académica como los politólogos. No nos condene Ministra, no es su labor, y raya en el irrespeto. Si quiere, opte por la danza como un hobby, es que ser abogada y bailarina no son actividades excluyentes. Hay excelentes escritores y artistas cuya profesión es la Ciencia Política, la invito a leer la obra de Mario Vargas Llosa, quien estudio derecho y literatura, así como también sirve de ejemplo Alejo Vargas Velásquez, doctor en Ciencia Política y autor de numerosos libros.
Del mismo modo, existen artistas con gran conocimiento acerca del estudio de los fenómenos sociales y las relaciones de poder. Por tal motivo, las palabras de Adams, le comento, apuntan a resaltar la importancia de los escritores y los artistas en una sociedad avanzada, toda vez que entre más lectores y escritores tenga una sociedad, su nivel cultural permite una convivencia más pacífica y civilizada, pues el arte y la literatura son profesiones que sensibilizan y propenden a la creación de espacios de reflexión y esparcimiento, vitales para el desarrollo humano.
Nefasto seria seguir reproduciendo profesionales que ignoran la historia del país. Seguir contando con funcionarios y servidores públicos que desconozcan el funcionamiento del Estado, y el sistema político colombiano. Nefasto también seria, que los 10 mil becarios de su programa ¨ser pilo paga¨ se vieran coaccionados a optar por disciplinas distintas a la Ciencia Política y el Derecho, pues resulta que hay conmigo colombianos a quienes les interesa comprender los orígenes y dinámicas del conflicto armado interno, profesionales que en un posible escenario de postconflicto contamos con las herramientas teóricas, prácticas y la sensibilidad para emprender las construcción de un proceso complejo e imperfecto como es la Paz.
Defiendo con vehemencia mi profesión y a mis colegas, dado que sus palabras cercenan los espacios de los politólogos especialmente en el sector público, y cuánta falta no le hace al entramado institucional colombiano, profesionales íntegros con una formación interdisciplinar que contribuya a la Democracia, la defensa de los Derechos Humanos y la obtención de la Paz.
Adicionalmente, Ministra, los politólogos ayudan a la construcción de memoria histórica junto con el acompañamiento a las víctimas, gestionan programas y proyectos que propicien espacios de desarrollo territorial para empoderar las regiones y contribuir a la descentralización, asesoran y orientan la toma de decisiones en cuanto a la administración de los recursos públicos, entienden la importancia de las tecnologías de la información para lograr mayor eficacia, eficiencia y equidad, y lideran el diseño, la implementación y la evaluación de políticas públicas. Politólogos no sobran, escasean.
Por tanto, Ministra Parody, siendo usted una especialista en Resolución de Conflictos, no se subestime ni nos desprestigie. Su afirmación fue tan atrevida como cuando en otra emisora pusieron en comparación su hoja de vida y la de Alfonso Prada, para dar a entender que aunque usted contaba con menos títulos profesionales, a usted le otorgaban el Ministerio de Educación y a él su reemplazo en el SENA como consecuencia de una decisión burocrática.
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