Algunos se hacen los mártires cuando les dicen que probablemente en Bogotá y en muchas ciudades y municipios del país, hay generaciones que le quieren dar un adiós a las corridas de toros, a las corralejas, a las novilladas, y en general a cualquier escenario que se alimente del maltrato de un animal.
Los taurinos se victimizan y dicen que acabarán con una minoría, que se está atacando el derecho al trabajo. Si fuera por ese argumento, también deberíamos defender el derecho al trabajo de los sicarios y asesinos a sueldo, al fin y al cabo, ellos también se alimentan de un acto violento y cruel. Ahora, los amantes de la “fiesta brava” en Colombia, dicen defender una tradición cultural que en primer lugar no es propia y segundo, evoca una época cavernícola de la humanidad, donde el hombre no entendía su relación con la naturaleza y los animales que lo rodeaban.
Los que defienden un cambio una manera diferente de ver el orden de la vida y la naturaleza, traen al debate un argumento progresista, que según la Real Academia Española es: “1. adj. Dicho de una persona, de una colectividad, etc.: Con ideas avanzadas, y con la actitud que esto entraña”, más no el significado que Gustavo Petro le dio a esta palabra. Ellos proponen darle fin a un espectáculo público del que se alimentan uno pocos y darle espacio a actividades culturales propias. Lo anterior, con el propósito de ser respetuosos con los demás seres vivos con los que vivimos en el planeta.
¿No cree usted que es justo acabar con ese escenario de muerte y parafernalia? ¿No le gustaría que al menos en Bogotá, la Plaza Santamaría fuera usada para conciertos, teatro o prácticas deportivas? ¿Eso en vez de ver a unos cuántos tomando whisky y gritando olé? ¿Quiere que sus hijos vean cómo algunos se mofan de la muerte de un animal que no quiere pasar sus últimas horas tratando de defenderse?
Mi generación y muchos de mis antecesores, queremos pedirle a ese grupo taurino que así como Colombia, a través de un plebiscito (1957) reconoció los derechos políticos de la mujer de elegir y ser elegida, también reconozcamos a través de una decisión democrática (consulta popular), que los animales son seres que sienten y que nunca fueron cosas, ni bienes inmuebles, una definición tan vieja como el mismo código civil.
Seamos progresistas (en el verdadero sentido de la palabra) y hagamos de este planeta un lugar más amable para todos, eliminemos tradiciones de barbarie y creemos espacios para propiciar una cultura de paz y amor en los más pequeños. No olviden que los niños siempre están observando lo que hacemos hoy, pues esas serán sus actitudes de mañana.
¡Toros si, toreo no!
Lorena, un cordial saludo. Muy bien ! le adjunto un gran aporte de Jeremy Bentham en 1789. – «¿Hay alguna razón para que se permita que atormentemos a los animales? Yo no veo ninguna… Ha habido épocas en que la mayor parte de la especie humana, bajo la denominación de esclavos, ha sido tratada del mismo modo….como ahora se trata todavía a las razas inferiores de animales. Quizá llegue el día en que el resto de los animales adquieran los derechos de los que nunca pudieron ser privados excepto por la mano de la tiranía. Los franceses ya han descubierto que la negrura de la piel no es razón para abandonar a un ser humano al capricho de su torturador. Quizá llegue el día en que se reconozca que el número de patas, la pilosidad de la piel o la terminación del hueso sacro son razones igualmente insuficientes para abandonar a un ser sensitivo al mismo destino… Un caballo adulto o un perro pueden razonar y comunicarse mejor que un infante de un día o de una semana o incluso de un mes. Pero la cuestión no es ¿pueden razonar?, o ¿pueden hablar?, sino ¿pueden sufrir?» Jeremy Bentham. Los principios de la moral y la legislación, cap.XVII, 1789)
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Un argumento con desconocimiento total de la tauromaquia , no le creas a Petro que hace politica falaz y escudado en los jóvenes incautos ,
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Eso no es un tema de generación sino de clase social: , la pequeña burguesía con su moralismo de siempre. Antes era la religión y el clericalismo. Terminada esa, ahora hay un nuevo mito sobre el cual poner a descansar las pretensiones de superioridad ética: los animales. Porque no importa que haya seres humanos que mueren brutalmente todos los días: la burguesía universal se rasga las vestiduras por el león Cecil: es más progresista y elegante y sobre todo «chic» que ocuparse de pobres malagradecidos. Y otra cosa: los animales nunca han sido inmuebles sino muebles por definición. Mal empieza el derecho de los animales.
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De todo mi gusto el escrito.
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Escenario de paz y amor? Ahhh mamertos bobitos….. Dediquen sus energías a proponer soluciones definitivas para los grandes males que aquejan a esta sociedad bogotana…. Ya habrá tiempo para dedicarse a estos temas baladíes cuando solucionemos el resto. Estos jóvencitos de hoy si son un poco de tontos que se creen los salvadores del mundo con tanta idea estúpida!
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Hermosa Lorena, tengo unos anos mas que tu y me agrada sobre manera saber que tenemos la misma filosofia de vida. El argumento de la cultura es un total absurdo. Como tenemos una cultura machista, pues maltratemos a las mujeres, como culturalmente somos deshonestos, pues sigamos robando y delinquiendo. Segun ellos, la cultura es estatica y nunca podra evolucionar a niveles mas altruistas y verdaderamente humanos.
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