– Hola tía, ¿Cómo estás?
– Llevando las buenas nuevas.
– ¿Cómo así tía?
– Betico, pues mis oraciones cada vez son más efectivas, imagínate que gracias a éstas tu tío y tu prima han encontrado trabajo.
– Tía deberías incluirme en tus plegarías para que compartan mis columnas.
– No, Beto, tú eres una oveja perdida, que pierdes el tiempo escribiendo, nadie te lee, además ya te dejó el tren, y así vaya a misa todos los días, no voy a perder mi gloria de ser una beata efectiva por culpa tuya.
– Pero tía, ¿cómo el procurador Ordoñez un siervo de Dios se opone a un acuerdo de paz y no le da miedo perder su gloria?
– Ay, Betico, se nota que lo tuyo no es la política, pues el Procurador no apoya la paz porque eso le da votos.
– ¿Votos de perdón, tía?
– No seas tonto Beto, votos de elección.
– Tía, para las presidenciales falta tiempo, ahora la tendencia en las redes es hablar de paz, mi amiga Molena, publica fotos y estados apoyando la firma del fin del conflicto entre el Gobierno y las Farc.
– Mijito, seguramente porque Molena es una santa, que al igual que el procurador tienen el poder de perdonar genuinamente a sus enemigos, pero aún más a sus amigos, no es como tú, que eres un hipócrita.
– ¿Por qué dices eso, tía?
– Porque llevas a los políticos a tu programa de radio, y luego los estás criticando a sus espaldas, te comportas como si fueras un político cualquiera, y con ese comportamiento estás deshonrando a la familia.
– Tía, lo que pasa es que los políticos de nuestro tiempo son mediocres e incapaces, y bueno no puedo dejar de criticar así me pagaran. Es inaudito que aquellos que nos gobiernan les falte valor para reprender a quienes controlan el dinero, la energía, la agricultura, la salud; es decir, los que mandan en el país, mientras que los miembros de izquierda o de derecha, se acomodan a los intereses de la corporatocracia de quienes financian las campañas.
– Betico, a todo le pones melodrama, lo sobreactúas, la tal corporatocracia no existe, en Colombia hay es una democracia y ahora la paz ya viene.
– Sin embargo no crees, tía Ceci, ¿que todo se ha vuelto propagandístico incluso la paz?
– Beto, ¿cómo se te ocurre decir eso?
– Tía Ceci, ¿te acuerdas de los de la camisa negra?
– Querrás decir betico, la camisa negra de Juanes. Me acuerdo de esa estrofa donde dice: “tengo la camisa negra porque negra tengo el alma”
– No, tía, Juanes no tiene nada que ver, te menciono a los de las banderas y camisas negras, que marcharon el 20 de julio en contra de la Corte por su decisión en torno al plebiscito.
– Te refieres al expresidente Uribe.
– Si tía, imagínate que hizo un acto de reconciliación con Hollman Morris.
– Betico, esto demuestra que no todos pueden estar de acuerdo con el proceso de paz, y que a nadie se le puede obligar a estar en contra o a favor de la misma, ya que cada quien elige con quién estar en paz.
– Te refieres tía, ¿a algo así como quiénes acompañan y garantizan la paz?
– Sí, algo así, los países garantes y acompañantes de la paz traen buenas nuevas, no hay más interés que traer inversión y bienestar a los colombianos, ya verás que pasen algunos años y seremos como Sudáfrica.
– Es decir, tía Ceci, que tendremos nuestro partido de fútbol con Noruega o Suecia, o te refieres a que no habrá apartheid social como el Bronx, Chocó, la Alta Guajira o Altos de Cazucá.
– Lo que importa aquí, Beto, es el partido, espero que no vayas con tu hipócrita presencia a asistir a un evento de tan magna naturaleza.
– Tía, pero al parecer la paz ha sacado lo peor de cada uno, ¿viste la cara del Presidente Santos usando a los deportistas para la paz?, o la rechifla que recibió el senador Navarro por defender el plebiscito, y ¿qué me dices del expresidente Pastrana? Desde su yate en el mediterráneo, que calificó al mecanismo de refrendación como una falsedad.
– ¡Cállate beto! Ya empezaste con tu hablantín dramático.
– Razón tienes, tía Ceci, soy un histriónico hipócrita.
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