Un trino sincero de un colaborador de la campaña de Sergio Fajardo me inspiró a escribir esta columna postergada desde aquel día en el que la alcaldía de Peñalosa señaló que la violación y asesinato de Rosa Elvira Cely había sido “culpa de la víctima”
El trino pertenece a Felipe Duque, sugiere que quien esté indignado por el aumento del salario mínimo debe estudiar mucho para aspirar ganar mejor, la misma lógica se ha usado para decir que quienes protestan en las calles porque sienten vulnerados sus derechos, son culpables de acabar con la armonía de la ciudad, no importa si protestan contra los pésimos gobiernos, la culpa no es del gobernante, es de las víctimas.
Joseph Stiglitz, premio Nobel de economía en el 2001, afirma que uno de los mitos que se ha instalado en nuestras sociedades, a partir de la hegemonía de un modelo económico diseñado para beneficiar al 1%, es que los pobres únicamente pueden culparse a sí mismos de su situación y cuando se plantean propuestas para mejorar las terribles situaciones de desigualdad, éstas son calificadas como populistas, reafirmando la culpabilidad de la víctima.
En el plano laboral, los simpatizantes del 1% aun cuando pertenecen al 99% como el seguidor de Fajardo, echan la culpa a los trabajadores por exigir demasiada seguridad en los trabajos y salarios muy altos, por socavar el mercado laboral, diversas crisis en el mundo han demostrado lo equivocadas que son esas ideas, en tiempos de desempleo y bajo crecimiento nos obligan a olvidar el New Deal, la más famosa recuperación de la que se tenga memoria en la economía global y embuten a la fuerza la idea de que la austeridad trae consigo la recuperación, aunque no exista evidencia de ello.
Ese atentado contra la evidencia, la teoría macroeconómica y el sentido común, no es fortuito. La economía es una ciencia normativa, por lo tanto está sujeta a juicios de valor, la instalación de la filosofía según la cual La Culpa Es De La Víctima, denota el éxito económico en la disputa por el poder, para el grupo del 1% mantener el poder pasa por naturalizar la dominación sobre el 99%, la famosa serie de tv “Juego de Tronos” lo explica muy bien en una escena en la que un esclavo le pide a Daenerys que por favor no los libere, porque él prefiere seguir siendo esclavo que obtener la libertad.
El 2018 nos trae la oportunidad de romper las cadenas, sólo necesitamos determinarnos. La actual situación del país ha sido determinada por el grupo del 1%, nosotros los del 99% somos sus víctimas, los elegimos o los vencemos, si acudimos al sentido común lo lógico sería votar por la lista de los decentes al congreso y por Gustavo Petro a la presidencia, de lo contrario la culpa seguirá siendo de la víctima.
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