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juan fernandezPor: Juan Carlos Fernández Andrade

Entre abril y mayo se definirá el futuro de casi 80 millones de personas, incluidas nuestras familias y amigos. Las elecciones presidenciales en Venezuela y Colombia serán claves en las nuevas relaciones de poder del continente. Qué difícil es aceptar, que quien era el principal aliado de Colombia en materia económica y social, es ahora su principal problema.

Cada vez se hace más evidente que los temas que generan mayor impacto en la opinión pública colombiana están relacionados con el país vecino y por supuesto que están siendo utilizados por los candidatos presidenciales para ganar votos. Por ejemplo, el fallido modelo económico implementado por Chávez y Maduro preocupa a todos los sectores de la sociedad. Y más aún, cuando quienes lideran las encuestas de opinión a la presidencia, han demostrado tener coincidencias ideológicas con la dictadura.

Otro asunto que llama la atención del país, es la ya perdida guerra contra las drogas, de la cual el régimen Maduro es cómplice. La relación de su gobierno con rutas del narcotráfico lideradas por las Farc y el Eln, sigue poniendo en problemas a Colombia ante la comunidad internacional.

Pero el tema que más toma fuerza es el de la llegada de más de 796.000 venezolanos, en el año 2017 según migración Colombia. Sin contar los que llegan por las más de 250 trochas ilegales en 2219 kilómetros de frontera. Sobre todo, es en el departamento de Norte de Santander, donde se percibe la dificultad por la que atraviesan los venezolanos que han huido de la miseria impuesta por el régimen. Santos pasará a la historia como el presidente que reaccionó tarde ante la peor crisis humanitaria de la época en nuestra región.

Absurdo resulta, que hasta ahora se estén buscando recursos ante la comunidad internacional para frenar el impacto económico y social de la migración venezolana. A pesar de que todo el mundo sabía lo que iba a pasar en la frontera, Santos reaccionó tarde y el problema deberá asumirlo quien llegue a la casa de Nariño.

Nunca antes había sido tan importante las decisiones que se tomen en materia de política exterior. El futuro presidente de Colombia deberá poner orden en las zonas fronterizas, pero, sobre todo deberá ejecutar proyectos que dinamicen la economía de éstas. Con grandes inversiones económicas, es hora de saldar esta deuda histórica con las fronteras que no han recibido más que migajas de todos los presidentes.

En suma, quienes gobiernan parecen querer condenarnos a la inestabilidad política y económica. Sin mencionar la inseguridad que provocan los grupos ilegales que siguen de paseo entre el Táchira y Norte de Santander.

El atraso en el debate electoral es evidente. Mientras nuestros países continúan estancados hablando de grupos armados ilegales y dictaduras, el mundo habla de inteligencia artificial, energías renovables, economía circular y ciudades inteligentes. Mientras la Unión Europea impulsa las startups y atraen talento a sus ciudades, en nuestros países peligra la seguridad jurídica y aumentan los impuestos. Es hora de subir el nivel de debate y elegir a quien nos inspire a construir un país moderno, un país en el que podamos vivir mejor.

Twitter: @fernandezjca

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