Durante toda la oleada de encuestas y sondeos de cara a las elecciones presidenciales, se ha creado una matriz de opinión entorno a las preferencias de los ciudadanos en las urnas, su intención de voto y la percepción sobre los candidatos. Sin embargo, lo cierto aquí, es que en su gran mayoría estas firmas encuestadoras han incurrido en serios problemas metodológicos que hacen muy difícil extrapolar sus resultados a los de las urnas el 27 de mayo, día de la primera vuelta presidencial.
Un hito que marcó la desaprobación ciudadana a las encuestas y sus proyecciones, sin duda fue el 2 de octubre de 2016 con la votación del plebiscito por el acuerdo de paz con las FARC, cuando se esperaba un triunfo del Sí por un amplio margen, y finalmente ganó el NO.
Nuestro sistema político, tiene una serie de particularidades y vicios que hacen aún más complejo el oficio de las encuestadoras, toda vez que tradicionalmente se han ido anquilosando una maquinarias político-electorales de clanes familiares y regionales, para los cuales a la fecha no se ha establecido un criterio de medición efectivo que permita un mayor asertividad en las predicciones. Esto, aunado al subregistro que tienen las encuestas del universo poblacional por cuenta del sector rural, porque en muchos casos estas mediciones no contemplan la ruralidad, y en un país como Colombia, este es un craso error.
Por tanto, en este espacio de opinión se pretende realizar un diagnóstico electoral, de los candidatos con 6 variables que atienden (i) a la edad, (ii) cargos que han ocupado, traducido en experiencia, (iii) equipos de trabajo, de quiénes están rodeados (jefes de debates, jefes de campañas, asesores), toda vez que estos podrían en un escenario hipotético llegar a conformar el gabinete ministerial, y de los apoyos recibidos también depende su libertad, es decir, el grado de independencia y autonomía con la que los candidatos puedan actuar si asumen la Presidencia, (iv) sus redes sociales y por último, (v) su lugar de procedencia, a qué región del país representan.
1.Edad: la edad no debe ser un factor que determine nuestra decisión, pero resulta relevante, puesto que se encuentra asociada a la salud y es fundamental que el jefe de Estado se encuentre saludable por la importancia que revisten sus decisiones. Así mismo, la edad nos permite especular cuales candidatos pueden tener un reencauche en las próximas elecciones y cuales ya se encuentran cerrando un ciclo, encontrando un margen de 30 años de diferencia entre el candidato más joven (Iván Duque – 42 años) y el de mayor edad (Humberto de la Calle – 72 años).
Experiencia: los cargos y dignidades que han ocupado los candidatos en su vida pública, arrojan nociones acerca de su experticia en la alta dirigencia del Estado, sobre todo si han tenido a su cargo el manejo de presupuesto.
Con base en los datos arrojados tras el análisis de la experiencia y los cargos de los candidatos, sobresale que Juan Carlos Pinzón, Alejandro Ordoñez, Iván Duque y Humberto de la Calle no han tenido mayor fogueo electoral, dado que Pinzón nunca ha tenido un cargo de elección popular; Alejandro Ordoñez lo hizo como concejal de Bucaramanga hace 32 años, lo cual no permite mayor trazabilidad; Iván Duque fue electo senador bajo una lista cerrada del expresidente Uribe, a quien se le atribuyen todos los votos; y Humberto de la Calle fue fórmula vicepresidencial de Ernesto Samper hace 24 años, cargo al cual renunció y no fue la figura principal.
Respecto al manejo de presupuesto público, el único que no tiene experiencia en el campo es Iván Duque, en parte por su corta experiencia y juventud.
- Equipos de trabajo: el margen de acción que tienen los candidatos para proponer y actuar con independencia será analizado por medio de los jefes políticos o sus mentores y los equipos de trabajo, aquellas personas que los rodean -sus jefes de debate y jefes de campaña-, quienes eventualmente pasarían a conformar el gabinete ministerial y en algunos casos tienen mucho poder de influencia sobre el candidato.
A Iván Duque lo acompañan su mentor el ex presidente Álvaro Uribe, Luis Alfredo Ramos como jefe de debate, Alberto Carrasquilla que es el responsable del plan de gobierno, Alicia Arango lo asesora en temas políticos y también cuenta con el respaldo de la bancada del Centro Democrático, donde se destacan el decidido apoyo que le han brindado Alfredo Rangel, José Obdulio Gaviria, Everth Bustamente y Ernesto Macías.
Marta Lucía Ramírez se rodeó de Fernando Araujo como jefe de campaña, de Camilo Gómez quien fue su fórmula vicepresidencial hace cuatro años, Carlos Holguín Sardi como director político, Emilio Archila Peñalosa estuvo a cargo del programa de gobierno junto con expertos en materia económica como Juan Ricardo ortega y Carlos Rodado noriega. Por su parte, Jorge Hernando Pedraza, Jairo Clopatofsky, Ángela Orozco, María Elisa Uribe y el Gral. Reinel Castellanos la apoyan en temas de mujer, giras territoriales y Fuerzas Militares.
Germán Vargas Lleras conformó su equipo de la mano de su fiel escudero Luis Felipe Henao, donde están Juan Gabriel Uribe Vegalara –hermano de María Elisa Uribe, quien apoya a Marta Lucía-, Elsa Noguera como cuota de los Char, Clemencia su hija coordinando las juventudes y Jorge Enrique Vélez en representación de Cambio Radical y toda la bancada.
Al interior de la Coalición Colombia, a Sergio Fajardo le hablan al oído su fórmula vicepresidencial Claudia López, Antanas Mockus y Jorge Robledo, quienes actualmente aspiran al Senado y son los encargados de cohesionar a la militancia de la Alianza Verde y el Polo Democrático, donde se han evidenciado brotes de indisciplina para apoyar a Gustavo Petro.
Tras ganar la consulta liberal en octubre, Humberto de la Calle ha ido sumando apoyos y conformando un equipo de campaña cuya fórmula vicepresidencial es Clara López, el jefe de campaña es Daniel Quintero Calle, en temas económicos y de paz lo apoya Ana María Ibáñez y en los asuntos políticos tiene a Juan Fernando Cristo y a Roy Barreras, quien suma un sector del partido de la U.
Juan Carlos Pinzón se encuentra haciendo equipo con Jorge Mario Eastman -su jefe de campaña, Juan Abel Gutiérrez en marketing y estrategia, Andrés Villamizar en los asuntos políticos, y también cuenta con algunos apoyos del Partido de la U, a pesar de su renuncia a esta colectividad y posterior inscripción como candidato independiente.
De cara a la carrera presidencial Gustavo Petro creó la lista de la “decencia” junto a Clara López, sin embargo, López posteriormente optó por ser formula vicepresidencial de Humberto de la Calle, pero una vez la lista fue conformada, entre sus principales figuras se encuentran Gustavo Bolívar, María José Pizarro, Aída Abella, Tatiana Piñeros, Gregorio Pernía y Susana Muhamad. Adicionalmente, aun cuando Carlos Caicedo es su competencia en la consulta del 11 de marzo, muy probablemente después de la consulta afinen diferencias y trabajen en alianza.
El ex procurador Alejandro Ordoñez tiene el nicho cristiano plenamente identificado, pero no conquistado, pues si bien la mayoría de sus apoyos provienen de sectores cristianos y muy conservadores, esto no significa que todos los cristianos lo apoyen. Hasta el momento cuenta con el respaldo de la diputada Ángela Hernández, su jefe de campaña es el pastor David Name y goza del apoyo del candidato conservador al Senado, Jefferson Vega, esposo de la diputada Ángela Hernández y el del ex gobernador de Risaralda Víctor Manuel Tamayo.
- Redes sociales: la acogida de los candidatos en redes sociales, medida en número de seguidores, permite establecer una correlación con el voto de opinión, cuya importancia en ciudades capitales como Bogotá resulta definitivo.
Al indagar sobre el número de seguidores que tiene cada candidato en Facebook, Twitter e Instagram, no pretendo extrapolar los resultados de la gráfica a los de las urnas, pero sí predecir una tendencia por la relación que estos escenarios tienen con el voto de opinión.
Con esa salvedad, se debe destacar el éxito de Gustavo Petro en las redes sociales, debido a que en twitter está próximo a alcanzar los 3 millones de seguidores y en Facebook el millón. En contraste, con la gráfica se puede interpretar que los más jóvenes –Duque y Pinzón-, tiene más acogida en Facebook que en Twitter, y por su parte los candidatos de mayor edad – De la Calle y Ordoñez-, cuentan con pocos seguidores en las tres redes aquí analizadas.
- Procedencia
De la anterior imagen se reafirma que “nadie es profeta en su tierra”, debido a que Sergio Fajardo pese a haber realizado su carrera política en Antioquia, en las regionales del año 2015 ninguno de sus aliados fueron electos ni en Medellín ni en Antioquia; en el caso de Gustavo Petro, su carrera política ha sido en Bogotá pero su movimiento político “Progresistas” en la capital solo tiene un concejal, no obstante en las encuestas le va bien con la intención de voto en Bogotá; En cuanto a Germán Vargas Lleras, quien tiene un terreno abonado en Bogotá, su fortín electoral se encuentra en la costa caribe; Por su parte, los otros dos bogotanos, Duque y Marta Lucía, aun cuando en su ciudad natal gozan de respaldo, sus mejores plazas son Antioquia, y para el caso de Marta Lucía, de extracción conservadora junto con Alejandro Ordoñez, tiene una gran acogida en Santander.
En suma, encontramos que en la baraja de candidatos presidenciales existen un grupo de candidatos de todos los espectros ideológicos, con hojas de vidas muy nutridas y un gran bagaje. Por tanto, no existe excusa para decir que “todos son iguales” ni mucho menos que “no hay por quien votar”. La invitación a es salir del lugar común y tomar la mejor decisión.
NOTA: el presente diagnóstico lo realice con la motivación de que usted vote informado, por lo cual espero haya sido útil para que se anime a votar y para que tome la mejor decisión. Si tiene algún aporte o corrección, infórmelo al siguiente correo electrónico: jorgecamargotovar@hotmail.com
Pertinente y oportuno artículo para tomar la mejor decisión al momento de votar.
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ReportarExcelente investigación y trabajo. Muy buen artículo para compartir
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ReportarLean vagos: https://www.las2orillas.co/el-mito-de-alvaro-uribe/
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