Señor, Duque, sepa usted que hay más de 8 millones de personas; en su mayoría NO petristas que estarán muy al pendiente de cada paso y decisión que tome como presidente.
Después de segunda vuelta, y con un poco más de tiempo para pasar la segunda tusa electoral, se debe aceptar que Iván Duque es el Presidente de Colombia (con la esperanza de que sea él y no su “jefe”, Álvaro Uribe; como lo dijo Alicia Arango en entrevista con La W). Los más de 8 millones de colombianos, con seguridad vigilaran que las decisiones tomadas por Iván Duque no vulneren ni a la población, ni a los acuerdos de paz.
Lo más importante para el beneficio del país es tener y crear una oposición propositiva que sea la encargada de velar por las garantías necesarias para que no se vulneren las arcas del Estado, los derechos de los ciudadanos y las leyes ya firmadas y publicadas.
Ser oposición no debe significar el querer frenar cada proceso propuesto por el primer mandatario. Ser una oposición propositiva significa realizar un control político y fiscal a toda la rama ejecutiva para que los dineros gastados y las alianzas que se realicen sean en beneficio de la sociedad; aquella que no está en los cargos políticos, ni en las cortes y que no vive en las mejores zonas de las grandes ciudades. Sino la que se encuentra en, lo que muchos llaman, la Colombia profunda.
La oposición que necesita Colombia es una que pueda dejar de lado las diferencias ideológicas y trabaje de la mano con todas las vertientes políticas para convencerlas que hay mucho para hacer en las regiones del país; que tenga la capacidad de convencer al presidente de invertir no solo en empresas “para la generación de empleo” sino también en las zonas rurales, en los cultivos, en el agro, en el campesino.
Una oposición que pueda demostrar que el futuro económico no puede depender de unos barriles de petróleo que se exportan a un precio para después importarlos (como gasolina) a un valor más elevado. Que pueda convencer a los congresistas de todas las bancadas de hacer políticas públicas que promuevan la buena utilización del campo e impulsen al sector de manufactura; que este año fue el pionero en exportaciones colombianas con un 18.6%, seguido del sector agropecuario con un 9% y después el grupo de combustibles o industrias extractivas con un 8.9% (Para febrero del 2018, fuente Revista Dinero). Una oposición que garantice el equilibrio de poderes, que se oponga a lo que sería inviable para el país en términos sociales, políticos, económicos y judiciales; pero siempre con ideas y propuestas claras. Y por último, una oposición que logre que el presidente electo, Iván Duque se mantenga en la posición de no hacer más tratados de libre comercio, a pesar que su bancada partidista en algún momento se lo exija.
La invitación es a no entorpecer los procesos que el ejecutivo quiera plantear, sino a que se realice un control político tan riguroso que cualquier irregularidad sea denunciada. La invitación es a ser una Oposición Propositiva.
Adenda:
Muchos dicen que le será más fácil a Gustavo Petro ser oposición con 8 millones de votos que gobernar a Duque con 10 millones. El problema con esa afirmación es que ni los 8 millones de votos son de Petro ni los 10 millones de votos son de Duque. Aquí la gente votó por temor al otro candidato.
Sebastian .Porque solo hasta ahora habla de la OPOSICIÓN ? Y porque desmeritar todo el trabajo que G.Petro ha hecho,según usted los los más de 8 millones de Colombianos que no votamos por Duque y que si votamos por G.Petro no cuentan como OPOSICIÓN .Con razon somos victimas de una gran división y absurda polarización, en un país que ha sido desangrado por una guerra de mas de 50 años
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