Por: Sebastián Zapata Callejas
En medio de la penosa situación por la que pasa Venezuela, decidí entrevistar al líder estudiantil Héctor Milano, estudiante de sociología de la Universidad Central de Venezuela, para que me contara acerca de la situación en la que se encuentra hoy la juventud venezolana. A continuación, presento la entrevista.
Sebastián Zapata: ¿Cuál es la situación del movimiento estudiantil en Venezuela? ¿Hay represión?
Héctor Milano: Ya hace aproximadamente un año, como juventud, logramos algo completamente significativo para la historia de Venezuela, y fue el llamado “Congreso Nacional de Juventudes”, así cohesionamos a toda la juventud venezolana y le dimos voz a aquellos que no tienen alguna participación política.
S.Z.: ¿Tienen ustedes represión por parte del establecimiento?
H.M.: Hemos tenido que pasar por situaciones bastante difíciles porque intervienen teléfonos, porque te amenazan con la fuerza de seguridad del Estado, porque muchos de ellos buscan a tus amigos, a tus familiares, los perfiles en las redes sociales, de una u otra forma buscan debilitarte.
Ha sucedido el caso de que representantes juveniles de los partidos tienen meses en cárceles no convencionales, que son cárceles militares o en calabozos de la fuerza del Estado. Entonces sin duda alguna el hecho de expresarse libremente cuesta en Venezuela. Como jóvenes cuesta expresarse.
S.Z.: ¿Cómo está hoy la educación universitaria en tu país?
H.M.:Si de algo se ha encargado el régimen, es de desvirtuar las discusiones que necesita el país. Antes de que yo llegará a Colombia, en Venezuela tenían ya dos meses de no pagar la nómina del personal administrativo y profesores de nuestra universidad.
Sin contar que es una universidad donde no tienes electricidad en muchas de las facultades, donde no tienes acceso a los sanitarios en general, donde no hay agua, donde los profesores se ven obligados a acortar sus horas de trabajo para poder tener otros trabajos en otra universidad para sobrevivir, donde el éxodo estudiantil es algo increíble. Nos quedamos sin nuestros estudiantes y la universidad se ve vacía, de hecho, a las 6 de la tarde la universidad se ve totalmente en la penumbra.
S.Z.: ¿Qué tan grave es el éxodo juvenil venezolano?
H.M.: A grosso modo, la Universidad Central de Venezuela contaba con aproximadamente 60.000 estudiantes hace unos 5 o 10 años. Hoy ni siquiera podemos contar cuántos somos porque si hoy hay 1000 en una escuela, por ejemplo, mañana hay 700, pasado mañana hay 600 y así vamos. Entran nuevas generaciones de las cuales aproximadamente el 30% y 40% de ellas no va durar ni siquiera un solo semestre la universidad.
Entonces, nuestros jóvenes se han visto obligados a cruzar la frontera caminando, se han visto obligados a cruzar el páramo de Berlín sin saber a dónde ir y sin tener esperanza alguna. Esto es grave, porque nuestras juventudes sin graduarse, sin tener un buen conocimiento, dejando carreras a medias, han tenido que desplazarse en específico a Colombia, Ecuador, Perú, Chile, América Latina en general.
S.Z.: ¿Qué está pasando con el desempleo juvenil en tu país?
H.M.: Con el tema de los aumentos de salario que ha impuesto Nicolás Maduro, como si fuese una medida que solucionara la inflación, lo que hemos visto en muchas de las empresas, es que estas no cuentan con los recursos necesarios para siquiera pagarle a sus empleados. Por lo cual han tenido que limitar la cantidad de empleados.
Es así como las empresas han tenido la necesidad de cortar la cantidad de empleados y con esto generalmente se perjudica directamente al joven, porque se quedan solo con el personal esencial calificado, con 20 o 30 años de experiencia, pues esas son personas que han trabajado toda la vida en las empresas.
S.Z.: ¿Cómo es la radiografía de la violencia juvenil en Venezuela?
H.M.: En esencia, el tema del adoctrinamiento en Venezuela ha sido un punto clave dentro de todo. Hay células del pasado chavismo, del madurismo, que son las UBCH, los llamados «colectivos de paz» que son células armadas, son paramilitares.
En época de elecciones, dentro de las universidades, se dan los casos que esas células o colectivos llamados «colectivos de paz» lanzan bombas lacrimógenas en los salones de clase para que no vayan a votar nuestros estudiantes.
Es que el tema de la violencia nos afecta, incluso el tema de la delincuencia común. Vemos que en las calles por las noches no se puede caminar, resulta que vemos que, desde nuestro campus universitario, a las 2 o 3 de la tarde, a plena luz del día roban a 8 o 9 personas, o en las noches se roban el cableado de nuestras facultades.
S.Z.: ¿Qué le quiere decir usted a los jóvenes colombianos?
H.M.: Que sean irreverentes… Irreverentes con sentido. Porque como jóvenes somos los que portamos la voz, somos aquellos que no tienen miedo a decir lo que pensamos, y somos ese motor de impulso para movilizar de una u otra forma a la clase política, a la clase empresarial, a la clase obrera y a la ciudadanía en general. Somos nosotros los jóvenes quienes debemos llevar toda lucha, toda bandera, siempre con el pecho y la frente en alto.
Aperturando este foro, sólo veo una salida a la tragedia venezolana, pero hay que intervenir con fuerzas de diferentes países para salvar lo que queda, es mejor que se mueran unos pocos de la laya de bandidos que gobiernan, y nó muchos inocentes.
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