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Por Albita Neira

La educación emocional es una alternativa en la prevención de la violencia contra la mujer. Violencia de la que se habló el pasado 25 de noviembre, día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.

Es que, sin duda, la violencia contra la mujer es uno de los problemas de salud pública más preocupantes de nuestro país y del mundo, no sólo por los daños físicos, sino por los daños a nuestra salud mental que generan ansiedad, indignación, humillación y desesperanza.

Afecta directamente a las mujeres, pero además a nuestras niñas, niños, jóvenes y a todo el entramado social. Por todo ello, es importante erradicar toda forma de violencia en las relaciones humanas, comenzando por nuestras familias, así como en las escuelas y las calles.

Esta fecha busca, principalmente, llamar a la reflexión a todos los actores de la sociedad para que, con acciones afirmativas y conjuntas (estado y sociedad), se logre el fin de la vulneración de los derechos de las mujeres, niñas y adolescentes del mundo entero. Reconocer este derecho universal es responsabilidad de todos.

Mujeres y niñas constituyen la mitad de la población mundial y por consiguiente la mitad de su potencial, la igualdad de género, el respeto, la tolerancia y la vida, son imprescindibles para alcanzar sociedades pacíficas, hombres y mujeres con educación emocional, valores y para lograr que el amor sea el pilar de la transformación.

Para vivir con plenitud, todas las personas necesitamos estar libres de violencia, pero para ello es fundamental generar en todos los escenarios sociales ese cambio de conciencia, dar oportunidades a mujeres, creando sinergia y uniendo lazos de cooperación internacional, teniendo como misión la creación de un mundo mejor y equitativo, estableciendo como base principal los objetivos de desarrollo sostenible y la Agenda 2030. Bajo esta premisa se celebró el pasado 10, 11 y 12 de diciembre el I Congreso Internacional Mujer MIM (Mujer Impacto Mundial).

Este evento, organizado por la Organización democrática Mundial España (ODM), en cabeza de su directora Montse Bonilla, buscó liderar este proceso con el lema ‘Contigo tejiendo el cambio y sin dejar nadie atrás’. Convocó hombres y mujeres líderes de fundaciones, asociaciones, federaciones, confederaciones y ONGs, que han trabajado conjuntamente y que han producido un impacto en el mundo y la sociedad.

Hoy más que nunca son necesarias las acciones afirmativas para lograr la equidad de género.

La casa rosada ubicada en Paipa, Boyacá, vive una crisis sin precedentes; mujeres víctimas de todo el departamento llegan a buscar ayuda y en el hogar de paso no cuenta ni siquiera con servicios públicos por la ausencia del Estado. Antes que retórica necesitamos que los gobernantes lideren desde el ejemplo. Por ese motivo quiero resaltar los eventos, el activismo y la inclusión de soluciones urgentes para proteger las mariposas de todo el mundo, mujeres que son templo de vida y amor.

Twitter @neira_albita

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