@hugoleonrojito
En el anterior post donde enumeraba algunos comportamientos de los pasajeros que no nos gustan a los taxistas pude evidenciar que definitivamente la comunidad nos tiene estigmatizados.
Basta con leer lo que escribieron muchos de los comentaristas autorizados de EL TIEMPO para darse cuenta de lo encasillados que nos tienen.
“Gamín, ñero, asesino de extranjeros, ladrón, mal hablado, ordinario y con olor a chucha”, fueron algunas de las expresiones que utilizaron para referirse al gremio que represento. (Eso sin contar que me mandaron a jugar bolirana y en mi vida lo he hecho). Realmente fueron muy pocos los que fueron autocríticos y aceptaron que la mala educación no respeta profesión o estrato.
Partiendo de la base que la mala fama de los taxistas es lamentablemente bien ganada y que en mi opinión en este caso no aplica esa frase de que «los buenos somos más», las personas no pueden cometer el error de generalizar pues aunque pocos, conozco excelentes personas que se dedican a este oficio y no son nada de lo que la gente los acusa.
Pero estas líneas van dirigidas no solo a los pasajeros para que no sean injustos, también creo que deben servir como reflexión a los taxistas para que hagan un alto en el camino y se den cuenta de las proporciones que va tomando este problema.
Gracias a los bárbaros disfrazados de taxistas que asesinaron al agente de la DEA James Terry Watson, la mala fama ya es internacional. Los turistas internacionales que escriben sobre viajes y recomiendan en Tripadvisor la primera recomendación que hacen es, «cuidado con los taxistas de Bogotá»
De igual manera el visitante nacional que se contagia de ese temor le pide a alguien conocido en la capital que lo recoja o recomiende a un buen taxista.
Lo que más me preocupa del tema es que ya por el solo hecho de ser taxista están negando la entrada a algunos sitios. A mí me pasó ya hace un buen tiempo cuando quería ingresar a un reconocido centro comercial en el norte de Bogotá ( que no quiero decir cuál es pero queda en la calle 127 con carrera 15), cuando al querer ingresar al parqueadero me abordó un vigilante que no me dio mayores argumentos de la negativa. Era orden de la administración. Yo estaba con una pasajera que me había contratado por horas y se dirigía a sacar un dinero. Para no alargarles el cuento, se formó un gran trancón debido a la discusión que generó el inconveniente, pues yo quería que me explicaran cuál era el motivo.
El celador me dijo que no fuera a decir eso pero lo que pensaba la Administración de ese centro comercial era que los taxistas éramos una amenaza para ellos. Ese día comprendí lo que puede sentir un afrodescendiente si le niegan la entrada a una discoteca o cualquier otro lugar.
Afortunadamente, las empresas parece que se están dando cuenta del problema y se están moviendo para tratar de cambiar ese estigma. En meses pasados la empresa Taxis Libres, que agrupa la mayor cantidad de afiliados me invitó muy amablemente para que apreciara una graduación de taxistas que hicieron un diplomado de turismo que busca que el conductor preste un mejor servicio y atienda de manera idónea al nacional y al extranjero que nos visita.
http://youtu.be/QgO95U8OMRA
La responsabilidad para lograr un cambio está en el Ministerio de Transporte que debe exigir más requisitos para obtener un pase de servicio público, en las empresas afiliadoras que deben dar formación a dueños y conductores, en los dueños de los carros que deben tomarse más tiempo para elegir quién va a manejar su vehículo y que no les interese solo recoger el producido diario, y por último; los propios taxistas quienes deben sacar tiempo para capacitarse pero sobre todo cambiar de actitud para volverse amigo de la comunidad y reversar esa mala fama que nos hemos ganado.
Con esa preocupación se formó hace poco la «Fundación Ciudad y Transporte» que tiene ya un programa de educación no formal para taxistas comprometidos con el cuidado de los pasajeros, del gremio y de la ciudad. Esta entidad me ha invitado a hacer parte de las capacitaciones y he aceptado con gusto pues no me puedo quedar solo en la crítica. Es la oportunidad para colaborar y hacer algo para generar el cambio que se necesita.
Termino con una frase de reflexión que me dijo ayer una persona cercana al gremio:
«Al conductor no lo pueden educar para el oficio sus compañeros en el lavadero de carros, o en el sitio donde toman tinto o almuerzan, porque no será un buen taxista».
This is a really good article. I think slime rancher 2 this is one of the best entries I’ve ever read. Your work is outstanding and motivating. I appreciate you.
Califica: