Después de colgar los guayos como taxista hace ya más de un año, he vuelto a montar en Transmilenio todos los días de lunes a viernes para dirigirme a mi trabajo. Ahora desde la ventana de un articulado veo pasar el trancón al que me tuve que enfrentar durante 10 años y aunque algo incómodo llego más rápido a mi destino. En esa cantidad de viajes que he acumulado como cliente frecuente escucho frases que la gente utiliza para describir situaciones que se repiten a diario y que hacen parte de comportamientos a veces indebidos o causados por el estrés que produce vivir en la capital del país.
He querido reunir algunas de esas situaciones que tal vez también ustedes queridos lectores han tenido que vivir si son usuarios de este sistema de transporte masivo.
1. «UNA SILLITA AZUL PARA LA SEÑORA QUE ESTÁ EMBARAZADA»
Pasajeros que van de pie supremamente cordiales empiezan a vociferar para que otros ciudadanos (a veces conchudos), que se hacen los dormidos, cedan el puesto a una mujer en estado de gestación, con un niño en brazos, una persona de la tercera edad o tal vez con algún quebranto de salud.
2. «ESTAMOS HACIENDO CURSO DE SARDINA ENLATADA»
Cuando el sistema presenta mayor cantidad de usuarios en horas pico, usuarios hacen este tipo de comentarios salidos de la cultura popular como burlándose del infortunio de no haber logrado una silla y tener que ir de pie y apiñuscados. Son personas que se acostumbran, que esperan que el sistema mejore y que tienen una buena actitud ante la situación.
3. «¡MANDEN BUSES!»
Está en cambio el que pierde el control por el afán y el estrés, que necesita llegar rápido a su trabajo, y que empieza a gritar exigiendo una mayor cantidad de frecuencias en las rutas. Los días lunes es cuando más se ve gente desesperada y con menos paciencia para afrontar este tipo de situaciones.
4. «SI VA MUY INCÓMODO, PUES COJA TAXI»
A veces entre la pelotera se presentan discusiones entre los usuarios del servicio y surge esta frase para tratar de desarmar con «contundentes» argumentos la visible molestia de pasajeros que reniegan todo el tiempo.
5. «VENIMOS A TRAERLES ARTE, LO NUESTRO ES EL RAP CONCIENCIA»
Nunca doy una moneda en Transmilenio ni compro nada, porque si lo hago estoy incentivando que cada día veamos más a este tipo de personajes. Pero como en todo, hay gente que piensa distinto y acepta deleitarse con los artistas urbanos, muy variados, pero que mayoritariamente se dedican al rap conciencia. Seguramente ustedes alguna vez se han topado con ellos, quienes se suben a los articulados acompañados de un bafle en donde ponen su música para poder «rapear».
6. «DE ESAS VIEJITAS INDEFENSAS EN TRANSMILENIO, LÍBRANOS SEÑOR»
Le escuché esta frase a un muchacho que fue víctima de la furia de una señora de más o menos 45-50 años que estaba perfectamente de salud y condición física, pero que se victimizaba creyéndose «la pobre viejecita»; le pegó un empujón al señor porque según ella no le daba permiso para entrar al bus. De estas señoras que exigen respeto pero que no lo dan, y que tienen una tremenda fuerza para empujar, dar codazos y carterazos, está lleno el sistema.
7. «EL DÍA QUE MEJOREN EL SERVICIO ME DEJO DE COLAR»
Argumento absurdo que le escuché a uno de los miles de colados que se presentan a diario en Transmilenio. Precisamente son los que no pagan pasaje los que hacen que se deteriore el buen servicio que pueden prestar a los que sí cancelamos religiosamente el valor de una entrada al sistema. Muchas veces no es falta de plata, a veces los muchachos de colegios y universidades se retan entre ellos para colarse y así supuestamente demostrar valentía. Lo que no saben es que están arriesgando su vida pendejamente.
8. «DETECTO GOLPE DE ALA, A ALGUIEN SE LE ACABÓ EL DESODORANTE»
Son muchos los olores que se perciben en Transmilenio; unos agradables y otros no tanto. Está el perfume fino, el pachulí, el olor a comida del empleado que lleva su portacomida para almorzar en el trabajo. Pero el más desagradable de todos es el de esa persona que no tiene un aseo personal óptimo y que tiene que levantar los brazos para cogerse de uno de los tubos en el techo del bus. Si alguna vez le toca un individuo de estos el viaje se le hará largo y mortificante. Mejor que se baje en la siguiente estación y cambie de articulado.
9. «QUÉ PECAO QUE EL SEÑOR CONDUCTOR NO PUEDA HABLAR CON NADIE ¿NO SE ABURRIRÁ?»
Típico comentario de señora de 50 a 70 años promedio, que habla hasta por los codos, que hace amigos en las filas de los bancos cuando va a cobrar la pensión, que teje cositas en crochet para el sanitario del apartamento del hijo, y a la cual le parece terrible la soledad del conductor.
10. «¿Y TODOS ESOS BUSES EN TRÁNSITO QUÉ, O QUÉ?»
Cuando empieza a demorarse la ruta que a uno le sirve y se ven pasar buses vacíos con un letrero que dice «en tránsito» los ánimos se caldean y la gente empieza a vociferar esta frase. Al principio yo también me indignaba y me preguntaba ¿por qué tanto bus fuera de servicio? Después averiguando me di cuenta que van a recoger en estaciones intermedias en hora pico, a cambiar de conductor, a tanquear, o a cumplir otra ruta según la demanda que se presente en el momento.
Y ustedes ¿que otra frase célebre han escuchado por parte de los usuarios de Transmilenio?
*Agradecimiento especial a Andrés González que me ayudó con las ilustraciones
Hugo, debería montarse en una moto y empezar a escribir sobre esa experiencia, es enriquecedora y divertida
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Fui usuario de Transmilenio hasta hace 4 meses que decidí dejar el miedo y montarme en moto, con un poco de temor al princicpio pero fue la mejor decisión, optimizo tiempo de desplazamiento, me relajo y ahorro. Y pa quienes piensan que es peligroso, eso depende de la responsabilidad con la que uno maneje.
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Hasta la alcaldía de Petro no se subían vendedores ni «artistas» a molestar en Transmilenio, y los colados eran mínimos. El golpe que esa alcaldía logró darle al sistema fue brutal.
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Cerca de 10 años sin vendedores ambulantes en transmilenio y fue llegar Petro y eso y más se fue al carajo
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Jajaja jajaja. Que buenas caricaturas. La del mal olor es perfecta. Increíble que la gente prefiera ir con las ventanas cerradas.
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