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La vida está llena de oportunidades que por alguna razón creemos que no debemos dejar pasar

Pero ¿está mal rechazar oportunidades? Hago esta pregunta porque para muchas personas hacerlo es cometer una especie de «canallada» con la vida.

Y pues la cosa está muy difícil como para dejar pasar una gran oportunidad y la posibilidad de ganar más o crecer profesionalmente.

Muchos también creerán con seguridad que una persona que deja pasar esos «papayazos» que poquitas veces da la vida está en su derecho, y muchos otros en este momento no quieren enfrentar esas cosas porque simplemente están cómodos como están.

Y eso también está bien.

Lo cierto es que no todas las oportunidades que se nos dan son perfectas para nosotros y a veces desaprovecharlas es lo correcto.

Obviamente todos necesitamos plata, pero créanme, de verdad no lo es todo. Imagínense está situación:

Usted ha aceptado una oportunidad de empleo en una empresa donde el trabajo es duro pero el pago es el doble de lo que ganaba en su trabajo anterior, y aunque no es lo suyo tiene disposición y ganas.

Comienza a trabajar y se da cuenta que el ambiente laboral no es como el que usted solía tener. En la nueva empresa la gente es muy grosera, su jefe grita a diestra y siniestra cada día, haciendo sus horas laborables una tortura… Pero con el doble de sueldo.

Con el correr de los días se preguntará si realmente valió la pena y estará en juego su felicidad y tranquilidad aunque tenga los bolsillos llenos.

Y es que hablando de felicidad y tranquilidad, no hay dinero que las pague. Son los tesoros más grandes de la vida y aunque en el ámbito laboral son más difíciles de encontrar, esa situación es posible.

El truco está en sus decisiones, ser hábil a la hora de evaluar pros y contras, no dejarse influenciar ni por el dinero ni mucho menos por la presión de amigos o familiares, ellos no van a cargar con el peso de su mala decisión pero siempre van a disfrutar de ella.

Evalúe y examínese, maneje las cosas sin dar pasos veloces y sin pensar, tómese su tiempo y verá todo con claridad; no tema por dejar ir una gran suma de dinero y póngalo en la balanza de su tranquilidad, su crecimiento profesional y su felicidad.

Ojo. No estoy diciendo que rechace todo, hay oportunidades que de verdad no se pueden dejar ir. Por ejemplo:

Un amigo mío tenía un cargo ejecutivo de alto nivel, con muy buen dinero y ventajas, sin embargo se le presentó la gran oportunidad de hacer lo mismo con el sueldo un poco más bajo y sin ser ejecutivo pero en la empresa líder del mundo en esa área.

Para su familia la decisión era clara, había que seguir donde estaba y rechazar a la gran multinacional.

Pero para mi amigo no era esa la decisión, por una enorme «simpleza»: era el lugar donde toda su vida había querido trabajar, era el lugar que lo motivó a estudiar en la universidad esa carrera específica.

Y la oportunidad al fin se le había dado, por menos dinero, un cargo más bajo (sin dejar de ser importante) pero en un lugar donde era feliz. Por eso aceptó.

Hablando de felicidad y tranquilidad, no hay dinero que las pague. Son los tesoros más grandes de la vida

Su familia hizo las críticas de rigor pero al final recibió el apoyo necesario y al año mi amigo fue promovido a gerente regional para latinoamérica con el doble de sueldo del que tenía antes, solo por su excelente desempeño.

La ecuación es sencilla, estaba feliz y eso se reflejó en sus resultados.

Esta historia parece que ocurre una vez cada mil años pero no, pasa muy seguido y en todos los niveles.

Esta reflexión la hago para que evalúe lo que está haciendo, evalúe su felicidad y sobretodo su tranquilidad. Después revise el dinero.

Pero le garantizo que si usted es feliz con lo que hace y ama su trabajo los resultados llegarán sin darse cuenta al igual que el dinero.

Y quién sabe, quizás un día deba dejar esa tranquilidad para avanzar una nueva etapa más dura pero más satisfactoria.

Y si, por el contrario, está usted luchando con todas sus fuerzas para aguantar cada día en el trabajo solo por plata… Las cosas están mal.

Se llama trabajo porque cuesta, es difícil y requiere mucha atención, para que aparte usted lo odie. ¡Piénselo!

Las oportunidades están en todas partes, levante la mirada y las verá.

Gracias por leerme

Feliz semana.

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