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LA ATENCIÓN DE SALUD DE VENEZOLANOS EN NORTE DE SANTANDER.

Hablar del vecino país de Venezuela por hoy, es hablar de un país en crisis donde el éxodo de venezolanos durante los últimos años ha sido la puerta para escapar de una dictadura que ha llevado a sus habitantes a afrontar la falta de alimentos, oportunidades, insumos de higiene personal, medicamentos, atenciones en salud, entre otros.

Y ante este triste panorama, un informe del Banco Mundial, la Organización Internacional para las Migraciones y de organizaciones de venezolanos señala que la primera opción para ellos es llegar a Colombia, principal receptor de esta migración, muy por encima de Estados Unidos quien ocupa el segundo lugar y España con el tercero. Para Migración Colombia esto ha significado el ingreso de 329.478 venezolanos en 2015, 378.597 en 2016 y 47.094 en lo corrido de 2017.

Todo un fenómeno social al considerar una alta migración en la historia de Colombia, pero ¿cuál es el impacto de este éxodo en el tema de salud para Cúcuta, la segunda ciudad después de Bogotá donde más llegan venezolanos? Para responder esta pregunta, este blog hizo contacto con el Director del Instituto Departamental de Salud en Norte Santander, el médico y cirujano, abogado Juan Alberto Bitar.

 

Blog: En la red de urgencias hoy día se atiende situaciones de alta y mediana complejidad como infección respiratoria aguda, enfermedad diarreica, malformaciones congénitas, insuficiencia  renal crónica terminal, el cáncer terminal, el VIH – SIDA y los politraumatismos ¿Cómo viene la red de Instituciones Prestadoras de Salud (IPS) garantizando estos servicios de alta y mediana complejidad a la población venezolana?

Juan Alberto Bitar: Lamentablemente nuestros jueces de la república han dado derechos a estos ciudadanos venezolanos en la cobertura de atención en salud en forma integral. Entonces un paciente que llega con una insuficiencia renal por ejemplo a la ciudad de Cúcuta entra por el servicio de urgencias e inmediatamente se ordena diálisis, pero se debe seguir garantizando por la acción de tutela que concede el derecho durante todo el tiempo hasta que el paciente logre regular su estancia en el país.

 

B: Es decir que ya estamos hablando de venezolanos con una acción de tutela buscando un amparo o atención en temas de salud, pero ¿por qué menciona usted que lamentablemente son ciudadanos con un derecho?

J.A.B: La norma establece claro que la atención en salud es para los residentes en Colombia y hay que tener en cuenta que estos pacientes no residen en Colombia, sino que residen en Venezuela, vienen  consultan y se les da una atención. Nuestros recursos financieros del los tenemos enfocados para la población pobre no afiliada en Norte de Santander y esta situación de migrantes ha hecho que se nos sumen números de población que no está reconocida ni siquiera por el Ministerio de la Protección Social, porque hasta hoy no han generado recursos económicos y eso nos lleva a asumir como departamento un gasto grande, alrededor de 3.500.000 millones de pesos adicionales. Esta población debería ingresar con un seguro médico o de lo contrario no debería ingresar.

 

B: A esta situación de migrantes venezolanos, hay que sumarle un departamento con gruesos problemas en temas de salud en su población. Podría decirse que en Cúcuta se acumuló una crisis a su ya crisis, es decir una “al cuadrado”. Cuéntenos que hallazgos tiene el Instituto Departamental de Salud de Norte de Santander identificados frente a limitaciones en el acceso a salud de los nortesantandereanos. 

 J.A.B: Se han hecho unas mesas de trabajo, tenemos declarada alerta por la pésima situación de salud en Norte de Santander, se le ha notificado a la superintendencia nacional de salud y al ministerio de protección social en 6 ocasiones y se ha solicitado obviamente la presencia de ellos para que generen cualquier tipo de alarma, sobre todo lo que tiene que ver con la situación financiera de hospitales, el  NO POS y la no atención en red con Eps contributivas como Cafesalud y Coomeva.

En resumen, limitación en la continuidad de servicios de salud por la mora en pagos de EPS Cafesalud y Coomeva, riesgo financiero de instituciones de salud por esta misma situación, junto con la alerta naranja que se dio en la ESE Hospital Universitario Erasmo Meoz debido a la sobrecarga de atención de pacientes de estas aseguradoras.

 

B: Frente a este panorama en Norte de Santander y la suma de la crisis en Venezuela qué papel ha jugado la vigilancia de entes de control cómo la superintendencia nacional de salud.  

J.A.B: El llamado se ha hecho por 6 ocasiones, de hecho estuvimos con el señor gobernador, el señor procurador, el contralor y el personero en la oficina del superintendente de salud solicitándole su presencia en el departamento de Norte de Santander en una audiencia pública con las EPS, IPS y autoridades para poder hacer un debate y mostrarle a él la situación en el departamento frente a los no pagos de las EPS, porque así como estamos, el sistema no nos esta funcionado y ya está redundando en la atención en salud de nuestra población duramente.

 

B: ¿tantos llamados al Dr. Norman Julio Muñoz, superintendente nacional de salud?, entiendo que en sus reportes indican llamados en los meses de junio, agosto y noviembre de 2016, y 7 de marzo de 2017  ¿ha hecho presencia en la frontera o en el departamento para analizar la situación? 

J.A.B: Lo hemos invitado por 6 ocasiones, lo hemos invitado personalmente con el señor gobernador en su despacho. Como red de controladores la primera vez que lo invitamos, asistió a una reunión en Pamplona con las veedurías, pero no participó con su presencia ante los controladores, y eso teniendo en cuenta que Pamplona es un municipio está a hora y media de la cabecera principal que es Cúcuta y no hubo la posibilidad que asistiera con las autoridades competentes.

 

B: ¿Cuál siente usted que ha sido la respuesta del gobierno nacional, le pregunto del ministerio de salud y de la cancillería frente a esta problemática?

J.A.B: La cancillería no ha tenido los dientes en este caso, no se ha presentado con ningún recurso, sacaron un concepto no obligante y adicionalmente el ministro de salud en una entrevista estableció que iban a llegar unos recursos para atención en la población pobre no afiliada, para atender los venezolanos con alrededor de 3.000.000 millones de pesos para todos los departamentos de frontera y como ya le decía la deuda ya va redondeando los 3.500.000 millones de pesos solo en Norte de Santander.

Pero sobre esta situación, también tuvimos del ministerio hace dos meses promesa con un giro de 1.200.000 millones de pesos para Norte de Santander  y a la fecha no se ha visto ni un peso de esos recursos y si estamos como departamento asumiendo con recursos propios no solo la atención de población pobre no afiliada nortesantandereana, sino también de los venezolanos.

 

B: Director, la Clínica Metropolitana conocemos que cerró sus puertas por la avalancha de pacientes de Venezuela y en varios municipios se rechaza atención de pacientes, porque operadores de salud no tiene contratos con IPS y esto ha llevado a centralizar y colapsar la atención en el Hospital Erasmo Meoz llevándolo a la alerta naranja. Cuéntenos sobre esto. 

J.A.B: Si, el Erasmo Meoz es el hospital de alta complejidad del departamento en la parte pública y se encuentra en alerta naranja, pero aun así junto con la red pública de primer, segundo y tercer nivel vienen atendiendo las urgencias de los venezolanos y de la población colombiana.  La Clínica Metropolitana que usted nombra efectivamente cerró sus puertas, no solo por la avalancha de venezolanos, sino por el no pago también de EPS que ha dificultado la prestación de servicios, llevando a que hospitalizaciones y programación de procedimientos quirúrgicos sea muy complejo.

 

B: ¿Qué conclusión puede quedarle a usted de este panorama de crisis de salud en un departamento a quien se le vino encima la crisis de un país producto de la llamada “revolución del siglo XXI” liderada por el gobierno de Nicolás Maduro? 

J.A.B: Definitivamente, el gobierno nacional, el ministerio de salud y la cancillería tienen que entender que la situación del Norte de Santander, donde tenemos más del 66% de la población afiliada al régimen subsidiado, es decir población donde los pobres no afiliados son la mayoría, diferente a los que pasa en Bogotá o Cundinamarca donde la población subsidiada representa un 10% y el resto son contributivos.

El gobierno tiene que hacer el esfuerzo y direccionar un tipo de recursos económicos para la atención en salud de esta población venezolana, ya sea haciendo un convenio con Venezuela, así como sucedió con Ecuador y Panamá, porque las atenciones en salud no la debemos asumir los departamentos, como inclusive ya se está viendo en ciudades como Bogotá, donde también están llegando venezolanos.

Le pedimos entonces al gobierno nacional que reconozca estas atenciones en salud que no estaban cuantificadas, presupuestadas y que desbordó la atención impactando en situaciones como el NO POS del régimen subsidiado. Lamentablemente en esta crisis solo ha habido gestos y voluntad por parte del gobierno desde agosto del 2015, pero sin recursos adicionales para los que somos departamentos de frontera.

 

Para Colombia, el ministerio de salud iniciando este mes de mayo ha dado a conocer que solo en 2016 en Cúcuta la red de hospitales y clínicas atendieron pacientes venezolanos, cuyas atenciones generaron un costo cercano a los 2.500 millones de pesos, reporte del Hospital público, referente de alta complejidad como lo es el Hospital Erasmo Meoz de Cúcuta, donde hay mayor flujo de migrantes. De seguir así, en proyecciones el ministerio ha manifestado que para diciembre de este año la red de Instituciones Prestadoras de Salud en Cúcuta habría atendido a 4.000 venezolanos aumentando de esta manera en un 50% la atención entre 2016 y 2017. Algo que se ha calificado como preocupante porque el mismo gerente del Hospital Erasmo Meoz porque no reciben pagos ni de los colombianos que tienen una aseguradora (EPS) que supuestamente les responde ni de los venezolanos que no tienen por ahora un doliente.

 

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