Que dos milagros en el fútbol ocurran, en instancias seguidas y a un mismo equipo, es un milagro en sí, y tres milagros es mucho pedir a la suerte. El FC Barcelona empató ayer contra la Juventus de Turín en el partido de vuelta por los cuartos de final de la Champions League y quedó eliminado de la competencia, pues en el partido de ida había caído 3-0. En la estadística quedará la ronda anterior, en la que el equipo de la Ciudad Condal remontó un 4-0 en contra en la ida contra el Paris Saint Germain con un 6-1 en la vuelta. A diferencia de aquella situación contra los franceses, los culés no pudieron quebrar a los italianos ni una sola vez. Al que intenta vivir de milagros no le queda mucho de vida.
El Barcelona parece un viejo que no sabe dónde está hasta que es demasiado tarde. El equipo espera a estar en problemas para jugar bien. Una plantilla de ese nivel debería ser capaz de no meterse en aprietos tan seguido. El día en el que el Real Madrid tropezó al empatar contra el Atlético de Madrid, el Barcelona tuvo la oportunidad de ocupar el liderato. Sin embargo, el conjunto catalán perdió ante un humilde Málaga y quedó a un punto más de distancia de los merengues, obligándose a ganarles el domingo. En cambio, después de salir goleado de París y Turín, los culés dieron buenos espectáculos, dignos de su plantilla, durante los partidos en el Camp Nou.
Estos son signos de un tema del que se viene hablando desde la ida de Pep Guardiola del banquillo del Barcelona. Parece que estamos asistiendo inevitablemente al fin de la era de este equipo que escribió tantas páginas en la historia del fútbol. El mérito de que no haya sucedido antes es de Luis Enrique. Él cogió a Lionel Messi, Andrés Iniesta, Xavi Hernández, Javier Mascherano, Sergio Busquets y compañía cuando estaban a punto de perder su esencia como equipo y los juntó con nuevos compañeros como Iván Rakitić, Luis Suárez y Marc-André ter Stegen. El resultado fue bueno: 8 títulos en dos temporadas y media. Su juego, aunque más vertical, le dio tres años más de vida a una plantilla histórica y a un juego icónico. Al asturiano hay que reconocerle eso, pero hoy, a tres meses de su anunciada marcha, el Fútbol Club Barcelona que hemos visto los último nueve años parece encontrar, sin remedio, su final.
Esta generación de barcelonistas se caracterizó por tener su fortaleza en la mitad de la cancha, en el círculo central y en el pase. Ahora es diferente, pues aquella característica se perdió en el tiempo y la estrategia pasó a apoyarse en los delanteros. Poco a poco y conforme las temporadas con Luis Enrique pasaban, menos decisivo fue el mediocampo y más el tercio final. La estrategia que hizo imbatible a este grupo de jugadores durante tantos años se transformó tanto que el tiempo y los cambios de guión táctico la mandaron a descansar como veterano de guerra.
Volviendo al partido de ayer, el Barcelona no jugó mal. Hubo suficientes ocasiones para anotar los tres goles que necesitaban. Lastimosamente, la suerte en el Camp Nou ya se había agotado después de esa monumental velada contra el Paris Saint Germain. Faltó definición. Pero más allá de eso, la situación en la que vimos a los culés esta Champions demuestra que necesita un botón de reinicio. Muy buenos fueron sus años de servicio a la buena táctica y al buen fútbol, pero este veterano merece retirarse. Ojalá el próximo año venga una nueva idea al Camp Nou, que no renuncie a la esencia de juego que adoptó este club desde los años 90’ con Johan Cruyff, pero que invente un nuevo Barcelona en el que los viejos y los nuevos aporten. Por ahora, que el viejo salga el domingo y, junto al Madrid, ofrezca un buen clásico para el espectador. Ese sería un digno final.
Gran equipo el barca,pero se confió en que sus tres delanteros mágicos y goleadores serian suficientes para sacarlos nuevamente del aprieto en que se metieron de visitantes -recordemos que ante el PSG levantaron un 4-0-, sin embargo, en esta ocasión no tuvieron la misma suerte ante un juventus que llego apretando un cuchillo entre sus dientes y con un estilo pragmático que ajeno a cualquier forma de lucimiento logró vencer a uno de los tres mejores equipo del mundo -barza, real, atlético que por algo han estado en todos los cuartos de final de la Champions-. Felicitaciones y para el barza hasta dentro de dos años dado que en el 2018 el gran LIONEL MESSI estará enfrascado en la aventura de intentar ganar un mundial, por lo que poco cuidado le pondrá a la champions.
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De acuerdo con usted. No sé si llamar a los tres españoles los mejores del mundo, pero definitivamente el fútbol ibérico ha estado en muy buena forma los últimos años. Conociendo al club, yo diría que el Barça apostará por alguien de la casa para asumir la dirección del equipo. De pronto un ex jugador o un entrenador que conozca la liga local.
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No tenemos la misma percepcion del futbol definitivamente. Aunque ayer Barcelona tuvo mas aproximaciones, en realidad salvo un par de ellas, una de Messi y otra de Mascherano, fueron claras opciones de gol. Mientras que la Juve, sin tener mucho el balon, tuvo al menos un par de opciones claras, una de Cuadrado y otra de Higuain, y daba la sensacion en cada contragolpe de poder meter la puntilla. Barcelona lucio erratico, sin ideas para concretar en gol su dominio de balon, tirando centros a la olla que siempre se estrellaron en la BBC bianconera, y recurriendo a su ridicula y predecible formula de enviar a Pique de centrodelantero, misma que jamas le ha arreglado una eliminatoria. El real problema del Barza es que Xavi ya no esta, Iniesta ya anda muy bajo de nivel y Busquets no es tampoco el mismo, entonces solo queda la genialidad del tridente que tampoco anda muy fino ultimamente. En defensa son un completo desastre, Mascherano ya no es sino entrega y temperamento, a Alba se le nota la banca y Pique muestra que por las redes sociales y de farandulero es muy bueno pero en la cancha es normalito normalito como dice don Ivan Mejia. Saludo cordial.
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Cordial saludo a usted también. Creo que no lo vemos tan diferente como usted cree. Cuando digo que el Barça no jugó mal me refiero a que consiguió suficientes situaciones (a las dos que mencionó le añado una pifia de Jordi Alba y un mal control de Suarez) pero falló todas. Jugar mal hubiera sido perder el partido. En fin, creo que su punto de vista también es válido. En lo demás estoy de acuerdo, este equipo perdió su esencia en el medio campo cuando se fue Xavi y tuvo que acudir a un juego más vertical. Ahora que solo Neymar parece estar en forma, el equipo falla al no tener fuerza en su punto pesado (los delanteros). Es necesario un botón de reinicio. Espero seguir recibiendo sus opiniones.
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