Ya no es tan fácil hablar mal de Paulinho. Sus grandes actuaciones dejan con la boca abierta a cualquier hincha del fútbol.
¿Quién lo diría? José Paulo Bezerra Maciel Júnior, alias Paulinho, va perfilándose como el fichaje estrella del FC Barcelona después de cinco fechas y cinco victorias. Desde que debutó en la tercera fecha, Paulinho se ha adaptado perfectamente al conjunto culé (sin ser un jugador de pases rápidos). Más que eso, ha sido decisivo en los últimos dos encuentros por liga, en los que conectó con Lionel Messi como hace rato nadie lo hace. El fichaje, por 40 millones de euros (pequeña suma en comparación con las grandes compras del verano), fue criticado por la hinchada blaugrana, esa misma que hoy le aplaude en cada carrera y en cada toque. El brasileño puede ser el hombre que buscaba el Barça desde la salida de Seydou Keita.
El mediocampista de Mali, al igual que Yaya Touré antes que él, era el jugador diferente del Barça. En un mundo de toques y pausas, Keita era ese jugador físico y revulsivo que podía estar en todas partes. Como intento de remplazo llegaron Alexandre Song primero y luego André Gomes, pero el ex Arsenal no rindió y el portugués demostró ser demasiado irregular. Con solo tres apariciones en liga (una apenas como titular) parece ser ese jugador de nivel que se presta como una variante al mediocampo clásico del Barcelona. Mientras que Sergi Roberto ofrece esa alternativa ‘made in La Masia’, el jugador de la Selección de Brasil propone un juego más atrevido, de menos pase y más explosión. Tener dos jugadores tan diferentes que funcionen con el equipo es una bendición para Valverde, que desde su llegada ha buscado abrir el abanico de alternativas tácticas blaugranas.
Eso sin mencionar que Paulinho, él solo, propone varias alternativas. Tenerlo en cancha es ahorrarse un cambio. Puede ser el mediapunta, el extremo, el defensa y el recuperador en una sola jugada. Es una chispa, un mosco inquieto que nadie puede zapatear. Sergio Busquets y Andrés Iniesta se acoplaron bien a su ritmo (contrario a lo pensado) frente al Eibar. Paulinho permitió al 5 del Barça intercambiar posición, algo impensado durante mucho tiempo, y unirse más al ataque. Por su lado, el de Fuentealbilla pudo darse el lujo de correr menos y hacer lo que mejor sabe: dar pases. En defensa demostró complementarse con Busquets y le dio luz verde a Valverde para mantener ese 4-4-2 que tanto usa cuando lo atacan. En todos los sentidos, es un aire fresco en el mediocampo del Barça, que había perdido protagonismo con la llegada de Luis Enrique y el tridente MSN. Es irónico, un jugador tan rápido y físico como él ha potenciado a un mediocampo caracterizado por jugar al toque lento. Que Ivan Rakitić no pierda rueda, pues el brasileño pide un puesto en la titular.
Paulinho ya impresiona con todo aquello, pero lo que ha dejado al hincha con la boca abierta es la rápida, inesperada e instintiva conexión que tiene con Messi. La verdad sea dicha: ningún jugador sobrevive en el Barcelona si no conecta bien con el argentino. Es lo primero que analiza la gente cuando alguien llega al equipo culé. Varios jugadores han llegado al Camp Nou y salido de él sin entender al capitán albiceleste. No es el caso del carioca. ¿Qué jugador, en su tercer partido por liga con Messi le había hecho un pase en falso? No hace falta ser hincha del Barcelona para apreciar gestos así. La conexión entre los dos en el gol de Denis Suárez frente al Eibar podría marcar el inicio de una bonita amistad. Se le noto la alegría a Messi, que festejó los goles sonriendo al brasileño y deseando que fuera argentino. El seleccionador albiceleste Jorge Sampaoli, que estaba en el palco y habló con Leo después del partido, de seguro tomó nota de cómo debe movérsele un mediocampista al rosarino y hablará con Ever Banega de eso (o con quién llame a jugar en ese lugar).
Es temprano para decir más que esto. Paulinho debe seguir así para afianzar todas estas impresiones. Sea cómo sea, le ha dado al Barça de este mes una seguridad deportiva, una anestesia institucional y una baraja de opciones que le era esquiva al conjunto de la ciudad Condal desde hace varios años. A eso se le añade la suerte del pequeño bache del Real Madrid. Los blancos no han conseguido la regularidad necesaria y eso ayuda a la luz de Paulinho, pues, si el Barcelona gana La Liga (algo difícil de predecir a estas alturas), los seguidores culés se acordarán de este momento de forma del nuevo fichaje blaugrana. Ya veremos cómo se desenvuelve el futuro de Paulinho en el Barcelona, pero, por ahora, su presente es perfecto y los augurios, los mejores.
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