Foto World Economic Forum (www.weforum.org) / Alexandre Campbell
La propuesta del expresidente César Gaviria, que muy seguramente ya conocía el Gobierno antes de que él la formulara, nos dejó con la idea de que estaba planteando una ‘amnistía general’, un borrón y cuenta nueva, a partir de la firma de los acuerdos de paz.
El presidente Juan Manuel Santos, el martes 17 de febrero, aclaró sin embargo, que si bien la idea del exmandatario es valiosa, no habrá amnistías en Colombia (a todas estas porque está prohibido por la Constitución).
Agregó que la de Gaviria es “una visión ampliada de la cobertura de las soluciones jurídicas” y que debe haber penas alternativas que sean efectivas.
Vayamos por partes. El expresidente Gaviria lo que propone es que como parte de una gran pacto de paz, se aplique una justicia transicional, que no solo cobijaría a los guerrilleros de las Farc, sino también a los militares, a los empresarios, a congresistas, dirigentes políticos, ganaderos y todos aquellos sectores que de una u otra manera hayan estado vinculados con el conflicto como parte actuante.
Es una propuesta audaz, pero muy sensata, porque, como él mismo lo explicó en diálogo con CM&, no se puede esperar que haya una justicia transicional para las Farc, dejando a los demás sectores en la incertidumbre de saber si algún día alguien le abrirá una investigación por hechos ocurridos antes de la firma de los acuerdos de paz.
Gaviria pone un ejemplo: el de los militares del Palacio de Justicia. Si bien los exguerrilleros del M-19 se encuentran haciendo política, hay militares que están siendo juzgados por los hechos del Palacio, explica. Y yo le agregaría que habrá muchas otras personas, de distintos sectores, que no puedan dormir tranquilos de pensar que en cualquier momento golpee a su puerta un agente del CTI.
Santos se volvió a referir al tema el miércoles 18 de febrero, lo que me reafirma la tesis de que el Presidente y sus asesores ya sabían de la propuesta de Gaviria antes de que este la expresara. Y en esta oportunidad, el Jefe del Estado agregó una cifra reveladora: son más de 13.000 los procesos abiertos o que se abrirían a personas distintas de los guerrilleros y los militares. Los llamados no combatientes.
La iniciativa de Gaviria busca, sin lugar a dudas, lograr que opositores al proceso de paz lo piensen un poco más y vean que al final ellos también podrían salir beneficiados.
El problema está es en las víctimas. ¿Cómo así que borrón y cuenta nueva? ¿Y quién las indemniza? ¿Dónde está la reparación del daño que han hecho los actores del conflicto?
Santos explicó entonces, en el mismo discurso en el que habló de los 13.000 procesos, que deberá haber justicia, verdad y reparación. Y puso un ejemplo: un ganadero puede llegar y decir ‘yo hice esto’, estoy dispuesto a decir la verdad y voy a dar dinero para reparar el daño.
¿Cuál sería entonces la justicia transicional que se aplicaría? ¿Cuáles serían las penas alternativas? Ahí es en donde están las fórmulas mágicas que debemos buscar, que les gusten a todos y que garanticen que las víctimas tendrán, realmente, una reparación y conocerán la verdad.
Y aquí es en donde el país debe decidir si está dispuesto a que no haya cárcel para los implicados. Los colombianos tendremos que decidir si ese es uno de los ‘sapos que nos debemos tragar’, como los llama el presidente Santos.
¿Usted se lo tragaría? ¿Qué pena alternativa piensa que se debería dar a todos los implicados en el conflicto, llámense guerrilleros, paramilitares, militares, dirigentes políticos, empresarios, comerciantes, ganaderos, o demás actores del conflicto y no combatientes?
@VargasGalvis
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