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Foto tomada de el Tiempo: Juan Pablo Rueda / EL TIEMPO

Foto tomada de el Tiempo: Juan Pablo Rueda / EL TIEMPO

Con la masacre organizada por las Farc en el Cauca y que nos tiene hoy con el corazón arrugado, queda uno estupefacto. Por más que uno crea en el proceso de paz, no deja de hacernos pensar si es que la solución no es, más bien, emprender la ofensiva final: la del exterminio de ese grupo que tanto daño le ha hecho al país.

Quisiera uno unir sus voces a todos aquellos que llaman a la guerra y que denigran de la paz. Pero es el momento de la calma. Cuando se toman decisiones en caliente se cometen los errores. Por eso tenemos que enfriar la cabeza.

Pero no ayuda nada a ello las cínicas declaraciones de las Farc, diciendo que el culpable de lo ocurrido es el Estado. No, señores de las Farc. El Estado puede tener muchas fallas, pero lo que pasó esa fatídica noche y esa madrugada no fue más que la demente acción de un grupo de guerrilleros que masacró a unos jóvenes que lo único que estaban haciendo era descansar un poco en su labor de defender la Patria. No fue un enfrentamiento. Fue una emboscada.

Y tampoco pueden decir ustedes que eso ocurre porque no hay un cese bilateral del fuego. Porque esos militares no estaban en ese momento atacando a nadie. Se estaban refugiando del aguacero, sin saber que acechaba la muerte que siguen sembrando en el país las Farc.

No sé de qué país están hablando ustedes, al no entender que es imposible que haya un cese bilateral del fuego inmediato. Este se dará cuando se hayan firmado los acuerdos. Antes de eso, ningún colombiano cuerdo lo aceptaría.

Lo que ustedes hicieron fue asestarle un golpe certero a la paz. Porque ya se habían sumado muchos más colombianos a la causa de la reconciliación. Y ustedes, con esa masacre, retrocedieron en el tiempo el reloj y ahora va a ser mucho más difícil sumar más apoyos y lograr meterle pueblo a la paz.

Pero no todo está perdido. Pensando con cabeza fría, la salida es el acuerdo de paz y el cese definitivo de acciones de guerra con ese tratado. Pero eso no se logra llenando de luto a la Nación.

La paz está en sus manos, si es que la quieren. Y para ello tienen que avanzar rápido en la mesa de conversaciones, bajarle a la arrogancia y demostrar las acciones a favor de esa paz.

Ustedes saben que esta es la última oportunidad. El mundo entero está apoyando la solución negociada al conflicto. Y se están asegurando los recursos para el postconflicto. Pero si este esfuerzo se trunca, estoy seguro de que esos mismos países estarán de acuerdo con que las Farc se quedaron en la guerra y como tal habrá que combatirlos de manera definitiva.

A los colombianos les pido que le demos otra oportunidad a la paz. Apoyemos las conversaciones, pero exijamos más resultados. Ya casi la podemos abrazar. Este es un momento duro, pero tratemos de que las vidas que dieron esos militares no hayan sido en vano. Luchemos para que podamos vivir en un país en el que nunca más tengamos el temor de que un hecho como estos vuelva a ocurrir.

Twitter: @VargasGalvis

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