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Puerta grande para Rincón y Marín. Con grandeza y emotividad se ha despedido de Europa el Maestro César Rincón, palmas sin cesar y llanto en el rostro del colombiano.

En tarde soleada con lleno hasta las banderas se ha despedido de la afición Española el Maestro César Rincón. El colombiano ha cortado tres orejas, dos en su primero y una en su segundo. José Tomas palmas y vuelta. Marín palmas y dos orejas

Los minutos son eternos mientras José Tomas sale por sus propios medios y César Rincón y Serafín Marín en andas parten por la puerta grande para decirle adios a su vida como matador de toros en Europa.

César Rincón

1º salta al ruedo el toro número 125 de nombre Portugués de 507 kilos de peso, negro bragado, nacido en octubre de 2002, 4 años 11 meses.

El maestro César Rincón saluda por verónicas a su primero de la tarde, son 5 primorosas, rematando con media, muy ceñida a su humanidad. Rincón lleva al toro a la cabalgadura de su piquero de confianza.

El toro que no tiene fuerza repucha sin fuerza, suelto, se lleva nuevamente de Leira piquero de confianza. José Tomas realiza cuatro gaoneras exquisitas y Rincón replica con tres chicuelinas rematando con revolera. Portugués recibe los tres pares de banderillas.

El maestro colombiano solicita permiso y brinda a su hermano Luis Carlos Rincón, su fiel mozo de espadas. Un beso en la mejilla y lágrimas en el rostro de los dos hermanos.

Saluda al toro doblándose para probar la envestida, tres trincherazos muy bajos, luego con la mano izquierda con mucha lentitud, muletazos largos profundos, palmas del público, en el que es el mejor pitón.

Faena de antología por ambas manos, como si necesitara contratos y empezará en el mundo del toro.

Se perfila a matar con mucha parsimonia, cambia de terrenos repetidamente, lleva al toro al centro del ruedo y enfunda recibiendo, una estocada de más de tres cuartos, en todo lo alto del astado. Estocada fulminante.

La presidencia concede dos orejas luego de la fuerte petición de la parroquia.

En su segundo el cuarto del festejo, número 26, de nombre Lírico, con 537 kilos, color melocotón, nacido en julio de 2002.

El Maestro muy templado con la capa lleva al toro a la cabalgadura de Luis Viloria, piquero colombiano, quien pica poco para dejar materia prima a su torero.

César Rincón prueba por verónicas al astado pero este se queda muy corto. El colombiano lleva nuevamente el toro a la pica y le colocan un pequeño refilonazo. El toro es banderilleado por Gustavo García – Jeringa y Saúl Bernal – Pirry.

Rincón Toma la muleta e inicia con mucha parsimonia, muletazos muy lentos por ambos pitones. Deja siempre la muleta en la cara del astado. El toro es lento y el público en un silencio que rompe por momentos con fuertes ovaciones. Las tandas son largas, serias y siempre con la muleta muy planchada.

El toro es menos que la torería del Maestro Rincón y eso se traduce en una faena de gran importancia.

El acero es tomado por el torero bogotano y deja una estocada en todo lo alto del astado. Fuerte aclamación del público que lleno la Monumental de Barcelona y que viste de blanco los tendidos. El palco concede una oreja.

El público obliga al torero colombiano a dar dos vueltas al ruedo y lo despiden con una ovación cerrada y larga.

José Tomas

2º salta al ruedo el toro número 179 de nombre Fundador de 509 kilos de peso, castaño, José Tomas saluda al toro con donosura en el capote. Molesta el viento. El torero español no brinda la lidia y muerte de su ejemplar.

La faena de muleta se adelanta en el centro del ruedo en medio de un silencio profundo. El toro es tardo, escarba repetidamente y no repite en las envestidas.

Las palmas contestan la voluntad del torero de Galapagar, que está por encima de las condiciones del toro.

Al entrar a matar en corto, dos pinchazos, un aviso, estocada, dos descabellos, y otro aviso. Palmas.

Las palmas contestan la voluntad del torero de Galapagar, que está por encima de las condiciones del toro.

Al entrar a matar en corto, dos pinchazos, dos avisos, estocada.

En el quinto de la tarde, segundo de su lote de número 35, de nombre Asesino, con 520 kilos, negro bragado, nacido en agosto de 2002.

José Tomas con mucha quietud inicia su trasteo para llevar el toro al caballo, se luce con el capote y se escuchan los oles en medio del silencio. La vara es corta en dos ocasiones. Con Gaoneras se alternan José Tomas y Serafín Marín.

Con ayudados por alto José Tomas inicia su labor con la muleta, ganando sitio al toro. Muletazos con poder por la izquierda hacen que el público se envélese con lo expuesto en el albero.

Quietud y valor, quedándose en los propios pitones del toro, es lo que los asistentes a Barcelona ven en la faena de José Tomas.

Al entrar a matar pincha sin soltar, en un nuevo intento pincha nuevamente. Dos descabellos y finiquita la vida del astado. Fuerte ovación.

Serafín Marín

3º número 150, de nombre Abroncado, con 517 kilos, negro listón, nacido en diciembre de 2002.

En el capote el ejemplar pasa sin pena ni gloria, en la pica no da la pelea. Durante las banderillas pierde las manos y demuestra ser muy flojo.

Inicia su labor con más emoción que técnica, el toro se cuela en repetidas ocasiones por el pitón izquierdo, existe voluntad en Marín y replica en el público que agradece lo visto.

Serafín intenta torear en redondo pero el astado no permite el lucimiento. El público ve como el torero mete en la muleta al toro y por fin logra que persiga en redondo dejando al final su firma.

Al momento de entrar a matar dejando un pinchazo en lo alto, intenta con el descabello y finiquita la vida del cornúpeta luego de un aviso. Da la vuelta al ruedo por su propia voluntad.

En el último del festejo, número 11, de nombre Lanudo con 522 kilos, castaño, nacido en junio de 2002, Serafín Marín inició con mucha disposición.

Para el ganadero el lidiado en último lugar fue el único que valió en varas.

Al momento de tomar la muleta, Marín hace salir al tercio al Maestro César Rincón para brindarle la lidia y muerte del último del festejo.

Inicia su labor con muletazos por bajo. Luego por el pitón derecho inicia en firme su trasteo dejando ver un toro que persigue con codicia, aunque echa la cara arriba al final del muletazo.

Por el pitón izquierdo las cosas pasan de menos a más, se escucha la música y los oles del público. Marín por momentos equivoca la lidia acosando al astado.

La faena tuvo altibajos, pero Serafín entró en comunión con la parroquia con su derroche de valor. Entra a matar de forma fulminante. El palco concedió las dos orejas.

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