Es la pobreza, no el racismo (el problema principal de la población negra en Colombia)
Asuntos que aborda:
¿Cuál es el problema principal de los negros en la sociedad?: ¿el racismo o la pobreza?
Es muy difícil pensar en la población afro sin pensar primero en Colombia
¿Cuál es el ‘proyecto afro’ principal?: ser parte activa del proyecto colombiano
¿Cuál sería la ‘identidad principal’ de los ciudadanos negros o afrocolombianos? La de colombianos
Tres principios para articular el sueño colombiano y el sueño afro
Se necesita que progrese Colombia para que progresen sus ciudadanos negros, pero …
Dentro de la gama de instrumentos para buscar la igualdad, se olvida mencionar las acciones afirmativas de mayor alcance
Con tres compromisos grandes del Estado se avanzaría mucho
La población negra debe asumir unos compromisos de corresponsabilidad exigentes
Que la sociedad se comprometa a la «no discriminación» es más importante que buscar la discriminación positiva
El progreso de los colombianos negros depende del progreso de Colombia, pero la relación no es automática
Por Daniel Mera Villamizar (Directivo de la Fundación Color de Colombia; trabaja como director académico de Foros SEMANA y es blogger de semana.com)
Charla dada en el Encuentro de Alcaldes del Pacífico, organizado por la Alcaldía de Cali en el marco del Festival Petronio Álvarez (Cali, 14/ago/2009).
Con esta charla quiero dejarles:
i) Tres «pulgas en el oído» (sobre cuál es el problema principal de la población negra, y dos más)
ii) Una visión reformista con ideas prácticas para alcanzar la igualdad socio-económica,
iii) Un reto, asociarse, para mejorar la gestión municipal, y
iv) Un compromiso frente al Bicentenario.
Esos son mis cuatro objetivos. Ahora, el contenido de lo que diré gira en torno a:
i) El proyecto colombiano
ii) ¿El proyecto afro?
iii) Los principios de integración o articulación entre el proyecto nacional y el proyecto afro;
iv) Los instrumentos y los compromisos para lograrlo.
¿Cuál es el problema principal de los negros en la sociedad?: ¿el racismo o la pobreza?
Esta es la primera «pulga en el oído», y perdón por usar un dicho bogotano:
¿Sí tenemos claro o bien identificado cuál es el problema principal de la población negra en la sociedad colombiana?
Les dejo la inquietud de forma gráfica:
Si Dios nos concediera eliminar de un tajo, por un milagro, uno de estos dos problemas que afectan a la población negra, ¿cuál elegiríamos eliminar?
¿El racismo o la pobreza?
Piénsenlo bien, porque elegir mal «el problema principal» es …un doble problema. No se vale decir que «ambos».
Y elegir un problema principal no quiere decir dejar de enfrentar el segundo problema principal; sólo que tiene implicaciones para la estrategia.
Es muy difícil pensar en la población afro sin pensar primero en Colombia
En el fondo, la controversia sobre el tema ‘afro’ remite a lo que pensamos sobre el pasado, el presente y el futuro de Colombia.
¿Existe un sueño de nación? Hay argumentos tanto para decir Sí como para decir No.
Es un debate sobre el ‘ser colombiano’ y para dónde vamos entre una visión fatalista y una visión esperanzada. Entre la que enfatiza lo malo y la que enfatiza lo bueno de nuestro país.
En cierta medida, también vivimos una tensión entre el ideal de una «sociedad sin distinciones» y el «reconocimiento multiétnico y pluricultural», ambos en la Constitución.
El debate sobre el ‘ser colombiano’ nos incumbe directamente:
¿Somos, «por naturaleza», violentos? ¿Somos insolidarios?
¿Somos proclives al crimen (narcotráfico) y a la corrupción?
¿Tenemos una ética que justifica la desigualdad?
¿Somos capaces de tener un sueño colombiano, un plan de largo plazo y seguirlo? ¿Somos incapaces de tener una voluntad colectiva determinada para resolver nuestros problemas crónicos?
De modo menos intenso nos preguntamos, ¿somos una nación mestiza o una nación diversa? ¿Somos más racistas o más clasistas?
Por si las dudas, las respuestas que yo comparto para estas preguntas son las de la visión esperanzada del proyecto colombiano.
¿Cuál es el ‘proyecto afro’ principal?: ser parte activa del proyecto colombiano
En el nivel intelectual, puede decirse que existen dos proyectos ‘afro’: uno de integración, que privilegia la igualdad, y otro de resistencia, que privilegia la diferencia.
En la experiencia cotidiana de millones de colombianos negros, su proyecto es el de cualquier colombiano: el progreso, el bienestar, la igualdad, no la afirmación de la diferencia (cultural), que no es central para la inmensa mayoría.
Pasa, sin embargo, que el proyecto de integración no tiene tantos voceros intelectuales como el proyecto de ‘resistencia’.
Para el proyecto de (mayor) integración, el punto fundamental es cómo nos vemos en el sueño nacional y cómo logramos esa integración.
Para la visión que comparto, «el sueño afrocolombiano es vencer la desigualdad socio-racial mediante la igualdad socio-económica».
En otras palabras, si construimos una sociedad nacional con dos tercios de clase media y un 10 % de ricos, el sueño de los negros es tener la misma estructura social.
Y, adicionalmente, aportar líderes cosmopolitas a las instituciones, según nuestro peso demográfico, y seguir siendo, todavía más, fuente dinámica de la diversidad de la cultura colombiana.
Creo, entonces, que es tiempo de la segunda «pulga en el oído».
¿Cuál sería la ‘identidad principal’ de los ciudadanos negros o afrocolombianos? La de colombianos.
Un ciudadano de naciones de desarrollo medio, como Colombia, tiene múltiples identidades, que son contextuales: su importancia depende del contexto en el que esté el individuo.
Esas identidades pueden ser: familiar, social (de ‘clase’), local, partidista, religiosa, profesional, de género, deportiva, racial/étnica, regional, ideológica, nacional, sin agotar la lista posible.
Por ejemplo: si se está en el estadio, prima la identidad deportiva de hincha y se celebra o sufre con los demás, en comunión, sin importar diferencias. Esos dos hinchas que se abrazan pueden no querer abrazarse si se ‘ponen’ la identidad partidista, y así.
Un criterio para saber cuál de las múltiples identidades podría ser ‘la principal’ es cuál es la ‘identidad’ que más circula, la que más se usa, la que más atraviesa diferencias.
La cuestión es compleja, y no se puede profundizar acá, pero les dejo la inquietud. ¿Somos colombianos en primer lugar? Creo que sí, la mayoría de las veces. Y eso tiene profundas consecuencias.
Tres principios para articular el sueño colombiano y el sueño afro
Ya lo escribí en El Tiempo. A mi juicio son tres: Corresponsabilidad, ‘Armonía racial’ (no dividir por la raza), y Destino común.
Corresponsabilidad es: Si el Estado y la sociedad hacen un esfuerzo adicional, la población negra también («Todos ponen»).
‘Armonía racial’ es no darle un peso desmedido a la raza hasta el punto de crear un conflicto racial (que no hemos conocido, porque no tuvimos segregación ni Ku Klux Klan).
Es tener muy presente que en Colombia, abolida la esclavitud, nunca hemos discriminado en la ley por el color de la piel o raza.
Destino común es asumir plenamente que hacemos parte de una nación, y estamos atados a su suerte. El punto es el tipo de ‘atadura’.
Es aceptar y gestionar que la población negra no podrá alcanzar una igualdad básica con independencia de lo que pase con el resto de colombianos pobres.
Y aquí viene la tercera «pulga en el oído», con un nombre poco sexy por ahora: ‘la interdependencia para el desarrollo’.
Se necesita que progrese Colombia para que progresen sus ciudadanos negros, pero …
El ‘destino común’ se puede ver a través de ¿Cuál de estas dos afirmaciones es más cercana a la realidad del desarrollo?
• «Progresa Colombia, progresan los negros, si» …(y «si» es la palabra clave)
• «Progresan los negros, progresa Colombia»
Que progrese Colombia es requisito pero no garantía del progreso de los afrocolombianos. No es una relación automática. O mejor, es ‘parcialmente automática’, lo que no basta para cerrar la brecha.
Hay que gestionar el progreso afro, y, con frecuencia, lo primero es apostarle al progreso nacional. Una apuesta no exenta de riesgos, como con el TLC, aun si el apoyo es condicionado.
Exigirles a la sociedad y al Estado que promuevan el progreso afro, sin prestar atención a lo que la sociedad y el Estado tienen para decirle a la población afro, es ignorar que la ‘interdependencia’ obliga al diálogo.
Valga decir que si uno comienza un diálogo con acusaciones generalizadas y con el puño cerrado, difícilmente tendrá un diálogo.
Dentro de la gama de instrumentos para buscar la igualdad, se olvida mencionar las acciones afirmativas de mayor alcance
¿Qué son las acciones afirmativas?, porque algunos creen que son únicamente las cuotas.
Son acciones que privilegian a una población desfavorecida para superar la desigualdad que la afecta.
Un ejemplo de acción afirmativa que no mencionó el Vicepresidente Francisco Santos:
La estrategia JUNTOS contra la pobreza extrema. Más Familias en Acción, más cogestores sociales, más recursos de la Nación para municipios afro. Eso sería una ‘acción afirmativa’ para atacar la pobreza.
Y no requiere de una ley, sino de menos palabras y más capacidad política para incidir en decisiones de presupuesto.
Quiero mostrar cómo dejarse atrapar la voluntad y la imaginación por las cuotas es un ‘mal negocio’ o caer en una ‘trampa’.
Tomemos dos casos: en Educación y creación de empresas.
Enfoquémonos en el objetivo de conseguir mayor acceso a la educación superior para los bachilleres.
Recuerden que estamos por debajo del promedio nacional de cobertura bruta en educación media, que es más o menos el 75%. Y este es otro problema, que no tocaremos en esta ocasión.
¿Qué podemos hacer? Aquí vienen acciones afirmativas que no tienen tanta prensa, son más difíciles, cuestan, pero son más efectivas y de mayor alcance para el propósito de igualdad básica:
1. Intervenir en los colegios de bajo logro en las pruebas Saber e Icfes. Los planes de acompañamiento a esos colegios cuestan. Hay que financiarlos y monitorearlos.
2. Crear una estrategia para que los bachilleres superen las barreras no académicas de acceso a la educación superior.
Piensen en todos los bachilleres aptos de nuestros municipios que no entraron a la universidad por razones económicas, en sentido amplio, y también porque no aspiraron.
Si la solución fuera escribir en una ley un porcentaje!, qué fácil sería hacer el cambio social! La solución implica acciones que nadie puede hacer por nosotros.
Segundo caso: empresarismo, creación de riqueza, participación en los negocios.
El objetivo es tener más empresarios negros, más riqueza en esta población. No hay forma de decirle a la sociedad «vuélvannos ricos», pero necesitamos muchos negros ricos. ¿Entonces?
Las estadísticas dicen que más del 75% de los nuevos emprendimientos de negocios mueren en los primeros 5 años, si no cuentan con servicios de incubación de empresas.
Colombia lleva menos de 10 años ensayando, con timidez, un sistema nacional de incubación de empresas. Y la mayoría de las subregiones de población negra no cuentan con esos servicios.
Les cuento eso a los que creen que unas ‘cuotas en créditos blandos’ son una respuesta. No.
Para comenzar, está en curso una convocatoria de Colciencias y el Sena por $ 700 millones, muy poco, que debería contener un incentivo para que las incubadoras establecidas vayan a nuestras subregiones. Ahí cabe una ‘acción afirmativa’.
Segundo, viene al caso una de las condiciones del apoyo al TLC: la creación de un fondo robusto de búsqueda de mercados y estructuración de negocios, en alianza con Proexport.
Oficinas en Nueva York o Paris buscándoles clientes a los artesanos de Nuquí, Chocó, y una comercializadora en Bogotá encargándose de las exportaciones. Eso me parece, más que otras cosas, una ‘acción afirmativa’.
Y, por último, sin que sea lo último que puede hacerse, hay que promover un acuerdo de negocios inclusivos en las zonas francas con entornos de comunidades negras.
Así que muchas de las propuestas que se oyen son «caramelos», algunos inconvenientes, que no piensan suficientemente en grande, ni en el desarrollo afro ni en el desarrollo del país, ni en la intersección de los dos.
¿Por qué? Porque están un poco presos no de ideas de economistas muertos, sino de ideas adversas al desarrollo y a la integración.
En el sentido de pensar en grande, consideren un ‘nuevo trato entre El Estado, la sociedad y la población negra’, para alcanzar los ideales compartidos.
Con tres compromisos grandes del Estado se avanzaría mucho
Asumamos que hay suficiente poder político para pedirle al Estado un compromiso de gran alcance. Creo que se deberían plantear cosas como estas en cabeza del Estado:
1) Garantizar que las Metas de Desarrollo del Milenio se cumplirán en las regiones y municipios donde habita la mayoría de la población negra (año 2015);
2) Crear un Fondo de Compensación Regional para el «despegue económico de la periferia» (propuesta del CEER-Banco de República-Cartagena y Compromiso Caribe).
3) Apoyo a la transformación de la calidad de vida en las grandes aglomeraciones de población negra: Cali, Cartagena, Buenaventura, Tumaco, Quibdó, Jamundí, Candelaria, Turbo, Apartadó.
Brevemente, sobre el Fondo de Compensación Regional:
Su justificación es que «El sistema de asignaciones del Sistema General de Participaciones y de las regalías no tiene mecanismos explícitos de compensación de los desbalances regionales en Colombia»
Sus fines serían: Inversión en zonas rezagadas para crecimiento económico y reducción de la pobreza: infraestructura para educación, salud, desarrollo urbano y agropecuario.
Y el monto anual sería de: $ 1,6 billones. «Un aumento de un tercio de las transferencias que actualmente recibe en promedio la periferia».
Lo dicen economistas del Banco de la República. En comparación con este tipo de reformas y medidas, palidecen los «caramelos».
La población negra debe asumir unos compromisos de corresponsabilidad exigentes
Ahora, dentro de la lógica de la corresponsabilidad, no es posible gestionar grandes compromisos del Estado sin ‘contrapartidas’ de la población negra que muestren una voluntad propia de cambios notables.
Creo, entonces, que la población afro debería asumir compromisos de este alcance:
1) Elevar los estándares de integridad y de eficiencia en el uso de los recursos públicos de los gobiernos locales, (en lenguaje coloquial, nadie apoyará más recursos si piensan que se los van a robar)
2) Mejorar el desempeño de sus estudiantes de educación básica y media en las pruebas nacionales Saber e Icfes,
3) Incrementar la participación en la creación de empresas, y
4) Aumentar el esfuerzo fiscal propio, así sea un 1%, como contrapartida de inversiones adicionales del gobierno nacional.
En todo esto, las administraciones municipales son fundamentales.
Que la sociedad se comprometa a la «no discriminación» es más importante que buscar la discriminación positiva
En ese eventual ‘nuevo trato’ es indispensable el consenso de la sociedad para sostener y cumplir los compromisos del Estado.
Y que la sociedad asuma cada día más una conciencia de que es inmoral discriminar por el color de la piel.
No creo, sin embargo, que sea parte de la solución amenazar con cárcel a la gente.
Aplicar el «sencillo principio de la no discriminación», como dice Obama, más amplios programas universales focalizados, harán mucho más que la discriminación positiva.
Un reto para los alcaldes: asociarse
Quiero insistir en que la asociación de municipios es indispensable para mejorar el diseño, la gerencia y el impacto de las inversiones en proyectos estratégicos, y para planear el desarrollo.
Por ejemplo, el acompañamiento a los colegios de bajo logro, programas de acceso a la educación superior, planes de educación y desarrollo productivos, todos funcionarían mejor en una escala superior al municipio.
No digo que los municipios deberían fusionarse, sino que deben asociarse, así eso implique que el alcalde tendrá que compartir decisiones con otros alcaldes.
Otro ejemplo de asociatividad necesaria es el área metropolitana de Cali: con Palmira, Yumbo, Jamundí y Candelaria, que les convendría mucho a los municipios más pequeños, desde una óptica más desprendida y visionaria del ejercicio del poder político.
Un compromiso específico de los alcaldes para dejar huella en el Bicentenario
Como algunos saben, este año en el Día de la Afrocolombianidad en Casa de Nariño propusimos dejar un monumento artístico simbólico del aporte de la población negra en la República, en muchos lugares públicos, con motivo del Bicentenario de la Independencia. Desde la plazoleta de la Casa de Nariño hasta cualquier municipio de Colombia.
El compromiso que quiero arrancarles hoy es que cuando los llamemos para organizar la puesta del monumento en su municipio, tendremos toda su disposición y colaboración.
Les agradezco mucho que pongan cara de «cuenten con eso».
Y muchas gracias por la atención.
Cali, 14 de agosto de 2009.
y acaso mantener a una poblacion en la miseria absoluta y alejada de cualquier posibilidad de desarrollo por el aislamiento no es una muestra de racismo mas salvaje que puede haber en este país?
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