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Falta cobertura, especialmente para los estudiantes de secundaria.

Nairoby Hurtado Candelo blog okPor Nairoby Hurtado Candelo, estudiante de Ingeniería Agroindustrial en la Universidad Nacional de Colombia, sede Palmira* Especial para Color de Colombia.

Dentro de la política para evitar la deserción escolar se encuentra el Programa de Alimentación Escolar P.A.E., más conocido en la comunidad como “Restaurantes o Comedores Escolares”, que era dirigido por el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar y ahora lo es por el Ministerio de Educación Nacional, MEN.

En efecto, la Ley 1450 de 2011, del Plan Nacional de Desarrollo del gobierno Santos estableció que: “Con el fin de alcanzar las coberturas universales en el Programa de Alimentación Escolar, el Gobierno Nacional trasladará del ICBF al MEN la orientación, ejecución y articulación del programa, sobre la base de estándares mínimos de obligatorio cumplimiento para su prestación, de manera concurrente con las entidades territoriales.”

Así, el MEN anuncia que para 2014 los aportes de la nación serán 2.695.511 desayunos y 1.635.509 almuerzos, por un valor de $ 832.564 millones.

Este programa presta el servicio a niños, niñas y adolescentes que se encuentren estudiando en los planteles educativos donde el Estado ha otorgado este beneficio dependiendo de las necesidades.

Es así como se distribuyen estos cupos en las zonas más vulnerables y necesitadas del país; teniendo en cuenta que la “pobreza” es uno de los factores críticos que influyen directamente en la selección.  Allí vemos hambre, alto grado de desnutrición, problemas de aprendizaje y de crecimiento, tanto en los infantes como en los adolescentes.

El Programa se ve limitado al no poder cubrir con este beneficio al 100% de la población; puesto que se establece una cantidad de cupos fijos en cada Institución y así como puede que la cobertura sea atendida en su totalidad, también se da el caso en el cual existan estudiantes que no puedan acceder al Programa.

Por esto, se busca que los entes territoriales ayuden a mejorar la calidad del servicio e intervenir en la ampliación de desayunos en las zonas donde no todo el alumnado se beneficie de los restaurantes escolares; que por lo general son los jóvenes de bachillerato, ya que el programa procura dar prioridad a los niños y niñas de grados inferiores.

De hecho, las alcaldías y las gobernaciones, en articulación con el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, han desempeñado un papel muy importante dentro del Programa, contribuyendo a la ampliación de cobertura de las diferentes sedes educativas por medio de la asignación de recursos que impulsan el desarrollo del Programa para toda la población estudiantil.

Sumado a esto, otras entidades como las Secretarías de Salud, aportan su conocimiento y experiencia por medio de capacitaciones al personal manipulador de alimentos de los comedores escolares en donde brindan asesorías en temas de calidad, conservación e higiene de los alimentos; fumigaciones a las cocinas de las Unidades Aplicativas, visitas de inspección en donde verifican si los espacios del restaurante son o no aptos para la prestación del servicio, entre otras acciones.

El Cuerpo de Bomberos también apoya el P.A.E. a través de charlas al personal procesador de alimentos, enfocadas en temas de seguridad industrial con el fin de aminorar los riesgos que puedan poner en peligro la vida o salud de nuestros niños, niñas y adolescentes.

Los restaurantes escolares han sido creados para suplir necesidades básicas de alimentación a los infantes de escasos recursos que de una u otra forma encuentran el espacio ideal para recibir los menús que en muchas ocasiones son el único alimento que ingieren en el día.

Supervisora del contrato de madres comunitarias en Palmira, Valle del Cauca, Cooperativa de Bienestar Social.

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