«Quieto Pelo» y «Afro Souvenirs», de Liliana Angulo, hasta el 29 de julio en la Galería Valenzuela Klenner
La artista plástica presenta su trabajo sobre tradición oral y prácticas de peinado afro antes de su viaje a Chicago para una Maestría en Arte como becaria Fulbright.
Por María Angélica Osorio, de la redacción de Color de Colombia
La artista y la galería compaginan bien. Valenzuela Klenner se distingue por
promover prácticas artísticas que, desde un sentido y compromiso
crítico, procuren generar reflexiones y cuestionamientos en el espectador.
Y Liliana Angulo es, sin duda, una artista que indaga en espacios olvidados de la sociedad. Una conciencia en evolución sobre el pasado y el presente de su grupo originario.
«Quieto pelo» es un proyecto de
construcción colectiva que pretende mostrar la experiencia de peinadoras en
diferentes regiones del país, reunidas en torno a un evento público, cuyo
carácter es cultural y no competitivo.
Liliana Angulo trabaja con la población
afro desde 1997, tres años antes de graduarse de la Universidad Nacional de Colombia.
Inicialmente realiza trabajos como
escultora, pero con el paso del tiempo empieza a desarrollar trabajos
audiovisuales y fotográficos.
Su interés de vincularse con este grupo, nace de la connotación que
tiene sobre el cuerpo de las personas afro, todo ese contexto histórico y esas
tradiciones que ellos representan.
En esta exposición, las peinadoras comparten sus saberes y muestran sus
habilidades cuando a la hora de peinar se trata.
A través de cada técnica de
peinado se exaltan las cualidades físicas de la persona a la que peinan; a la
vez, hacen una interpretación de los estilos tradicionales de peinado y de su
contexto.
Esta exposición ya ha sido presentada en Quibdó en el 2008, en
Buenaventura en el 2009, en Medellín y San Andrés en el 2010 y este año en
Cuba.
«Afro-Souvenirs» es una
muestra fotográfica en la que se registran algunos de los
objetos que comparten como referente la relación con la gente afrodescendiente.
Se trata
de una colección personal de la artista, ya que son objetos
que recibió o adquirió como regalos; muchos de ellos elaborados a
mano por artesanos y artistas.
Algunos fueron hechos por amigos y
otros producidos industrialmente, todos provenientes de distintos lugares del
mundo.
Es una colección limitada e incompleta, en la que a través de los íconos
se remite a los asistentes a la exposición, a las luchas de algunos
grupos y organizaciones, a los imaginarios positivos modernos de las
comunidades negras, a lo que fueron sus ancestros, la vida antigua, las
guerras y quizá la historia del lugar de donde son originarios.
Las fotografías están acompañadas de un listado de los lugares, contextos y
situaciones de su origen, permitiendo así a los asistentes evocar las vivencias
y sentimientos presentes, que la artista bogotana pudo experimentar en el momento en que le fueron entregados.
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