«Curioso que la gente crea que tender una cama
es exactamente lo mismo que tender una cama»
Cortázar
escribir un poema
es exactamente lo mismo que arrancarse la piel
los poetas son eso:
seres siniestros que se enorgullecen de sus llagas
de sus pústulas / sus laceraciones
seres que se agrietan cuando ríen
seres que se hinchan
se ulceran se encarnizan
y van a los eventos a mirarse
entre sí -envidiosos / asesinos-
y dicen
tengo una llaga en prosa que ganó premio
y sonríen y se agrietan
los poetas mediocres se reconocen
porque tienen la piel casi intacta
con excepción de unos puntos rojos
que son un misterio
para dermatólogos y editores
otros
se convirtieron en mercantes de la gangrena
y exhiben sus llagas en los mostradores
o comercian con la purulencia ajena
pero hay otros:
-y estos son los más simpáticos-
tienen la piel reluciente
tratada con aloe vera y Vitamina E
y aún así aparecen en las primeras planas
en los suplementos culturales de los diarios
y en los festivales de poesía inaudita
se sabe que los grandes poetas murieron
sin un centímetro de piel
de allí la miseria
los alaridos
la locura
todos en carne viva
intentando decir que no sirve de nada desollarse
que es mejor buscar un empleo
y cobrar la quincena tranquilo
sin que nadie moleste
(el cajero automático y yo, más nadie)
pero no
nadie hace caso
¡me dan tanta tristeza los poetas!
escribir un poema es exactamente lo mismo
que morder un anzuelo
II
Debes estar harta de alabanzas
así que he venido a humillarte:
No sé si te das cuenta de que todo lo que tocas se hace apocalipsis. Todo lo demueles, lo destruyes. Eres torpe. Se te quiebran las gotas, dejas caer la luna al mar, tomas la estrella equivocada, siembras fuego en terrenos infértiles o floreces en mitad de un otoño devastado. No sé porqué lo haces. Te aprovechas de tus ojos y los usas como trampas sangrientas. Asesina. Eres espeluznantemente bella y lo sabes; causas ternura y aversión, dulzura y repugnancia; eres miel sobre veneno, mordisco en manzana de acero.
Siempre estás apareciendo en cada espejo, en cada jungla, demoníacamente bella, entrometida. Estás en todos los cauces, las causas, los sauces, las cosas, los saunas, las cunas, las quenas, las comas, las cimas, las cumbres, el hambre, los ejes, las siembras, los ojos, los nombres, las hojas, las almas, las muertes.
No dejas espacio para nadie. Egocéntrica. ¡Quieres serlo todo!, todo lo que tiembla o gime, todo lo que brama o ruge, todo lo que espanta y enternece. Abominablemente bella. Eres el camino y la verdad y la vida; el callejón sin salida y la mentira y la muerte. Eres el grito del grito; la palabra palabra.
Mantienes a los dioses en cautiverio, y vienes aquí a mostrarnos tus manos como prueba de supervivencia. Malvada, asesina, grotesca, frágil, inocente.
En tus ojos las gardenias quiebran el asfalto.
Y el aire que respiras
queda sin aire en tu boca.
III
La poesía está siempre en donde uno menos piensa
por ejemplo
está en el comején y no en el libro
en el piano destartalado y no en beethoven
en la plaga
y no en el árbol
está -por ejemplo- en el pajar y no en la aguja
la poesía puede que esté
en los algodones de azúcar
no en las nubes
en el hambre…
es más fácil hallarla
en el hambre que en el pan
en la sed que en el vino
a menudo está
en los espacios
que hay entre
las líneas
de un verso
y no en el verso
la poesía está siempre en donde uno menos piensa
por ejemplo
en la factura del teléfono y no en la carta del amante
está en el silencio en el ruido en el susurro imperceptible
en el bullicio en el eco sin voz
y no en la voz
la poesía está en el lapso en que los labios
todavía no son beso
y ya han dejado de ser bocas
la poesía puede que esté entre dos letras
nunca en la palabra
está en cualquier zaguán maloliente
no en salones de eventos ni galerías
está por ejemplo
en la basura y no en el amor
la poesía está siempre en donde uno menos piensa
y pasa que
en estos tiempos -lúgubres-
se piensa demasiado
IV
Se me han ido los días
buscando formas menos despiadadas
de mirarte
buscando rutas
buscando zonas de distensión
entre tu rostro y mis manos
-sin violencia-
sin masacres a favor de la ternura
se me han ido los días
intentando caer en uno de los tantos naufragios
que conducen a tu boca
-sin temores-
sin el miedo a quedar sometido
a una estampida de hojas secas
se me han extraviado los días en tu blusa
-más bien en tu escote-
las noches se me han convertido
en tinieblas que crecen
despavoridas sobre tus manos
y yo con lujuria
cayendo ladrillo a ladrillo
-vencido mudo polvoriento-
y tú con malicia
mirándome así
como miran las enredaderas
antes de abrazar o morder
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