Ingresa o regístrate acá para seguir este blog.

Uno de los argumentos más usados para justificar la privatización de empresas de telecomunicaciones es la necesidad de adquirir conocimientos que eleven la capacidad del país en materia tan importante en los procesos contemporáneos.
Nadie discute esa necesidad. Pero ¿La única forma de suplirla es a través de las tales alianzas estratégicas que se dan a través de la venta de activos?
Formar capacidad propia
Hace 15 años, cuando ocurrió la 1ª oleada de fusiones, privatizaciones y alianzas en el sector, algunos países optaron por invertir en investigación y desarrollo en telecomunicaciones.
Muchos estimaron que -para conseguir la autonomía, necesaria por el carácter estratégico del servicio- era indispensable apostar por la capacidad propia y dedicaron importantes esfuerzos a la formación de su talento nacional. Así ocurrió, por ejemplo, en España, con resultados que (a)saltan a la vista.
Polítiqueros trocados en expertos
Los gobiernos latinoamericanos (en su mayoría acostumbrados a disponer de los recursos públicos como si fuesen particulares), mantuvieron los esquemas estatistas.
Por eso siguieron (y siguen, donde no se han completado las privatizaciones), repartiendo con partidistas y burocráticos los cargos de dirección de empresas que deberían tener una conducción técnica, responsable y honesta.
No bien llega a un empresa de telecomunicaciones de propiedad estatal cualquier politiquero se trueca, casi automáticamente, en experto para, a renglón seguido, montar el cuento de la Adquisición de Conocimientos Vía Privatización.
Un endoso habilidoso
A algunos les ha funcionado (¿Cómo no? Si siempre hay, detrás, otros ocultos intereses que les impulsan). Y llegan las multinacionales pero ¿Dónde, cómo y cuándo el conocimiento tan proclamado?
En los cargos directivos de la antigua Telecom (en estos días parece que cambia de marca y logo, pues ya cambió de nacionalidad con la insólita -e incomentada-«adquisición» que de más del 2% de las acciones hizo Telefónica mediante la hábil maniobra de endosarle la empresita de datos que había creado -si no estoy mal- con un obscuro call-backero hace unos años), en tales cargos directivos se mantienen prácticamente todos los designados por el gobierno.
¿Serán ellos los depositarios de la »sabiduría» que tan costosamente se adquirió?
Estupidez y soberbia en paquetes
En caso afirmativo, esa platica se perdió: ellos ya son empleados de la sucursal de Telefónica (del mismo modo que pasó en Bell South y Telefónica Mòviles), y nada juegan en favor de los intereses del país.
En caso negativo, esa platica se perdió: a nadie -distinto de su personal- una multinacional va a transferir conocimiento estratégico sobre el negocio.
En ambos casos, estamos frente a un ejemplo típico de estupidez (mezclada con altas dósis de soberbia), propio de la mentalidad colonizada, poquitelia y mediocre que prefiere invertir en paquetes (en el sentido futbolístico del término), en lugar de impulsar el talento nacional…que todavía, a pesar de todo, podría dar mucho más.
Continuamente los medios exhiben el éxito de algunos compatriotas en el exterior. Pero nunca se plantea una política de retorno, que saldría más gananciosa si -en vez de regalar los activos a algunas multinacionales-, se les da participación para que produzcan y provean al país del conocimiento que necesita. ¡Claro! Como en el fútbol, los dueños del balón prefieren comprar paquetes.

Compartir post