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La ineptitud de la que, con el debido sarcasmo, llamaríamos dirigencia nacional, es prodigiosa: le sirve para sumir al país en el atraso y, al tiempo, para mantenerse campante, como Juancho Caminante, pero sin hacer nada grandioso.


Se acomodan facilito

 

La tal dirigencia copa las posiciones claves en empresas, despachos públicos, gobernaciones, fundaciones sin ánimo de lucro, sindicatos, alcaldías, cárceles, gremios, noticieros, clubes, universidades y congregaciones religiosas, guerrilleras, económicas, políticas, deportivas, vecinales, paramilitares, femeninas, juveniles y musicales.

 

Basta, no más, rastrear la procedencia de presidentes, gerentes, directores, secretarios generales, coordinadores, rectores, ministros y comandantes para encontrar una mezcolanza que, al fin de cuentas, se reducen a la tal dirigencia sin distingo de raza, inclinación sexual, credo o ubicación pues ahí están a la derecha lo mismo que en la izquierda, aunque ahora todos buscan acomodo en el centro. Bueno, siempre buscan acomodo donde sea. Y se acomodan facilito.


Bandidos guarnecidos por escoltas

 

Inepta como lo demuestra un categórico y lamentable hecho: el país está peor cada vez. Las riquezas naturales de que hizo gala se han deteriorado a escalas irreversibles, los bosques erosionados, los yacimientos saqueados, las selvas minadas, las llanuras abandonadas y los ríos convertidos en cloacas sin que siquiera se vea fábricas contaminantes que uno pueda decir “¡Ah claro!, el crecimiento de la industria, los recursos indispensables para …”en fin.

Sin posibilidad alguna de subir por las atestadas graderías, la mayoría de la población espera, ingenua, que los bandidos guarnecidos por sus escoltas den vía libre al ascenso social.

 

Al pie de la letra

 

Pero, desprecio hacia los de abajo y servilismo hacia los que considera superiores, la dirigencia nacional cumple al pie de la letra tan execrable precepto al pie de la letra.

 

Mientras unos buscan acomodo y financiación en otros los países para sostener su guerra contra los otros, los otros (la otra cara de la moneda, también es la moneda) hacen lo mismo. Y ¿Nosotros?

 

Similitudes

 

Ahora que las cosas se van a poner incluso más difíciles para los emigrantes a Europa, resalta la nulidad de la dirigencia nacional (común a muchas partes en Latinoamérica), ciega antes el drama de quienes, por pobreza, candidez o malicia, salieron de su país sin cumplir al pie de la letra los requisitos impuestos en el extranjero.

 

La dirigencia, en cambio, sale sin que jamás se le presente inconveniente alguno. Mata o manda matar y se refugia o se asila o, simplemente, se extradita. Alguien, a propósito, señalaba hace poco las extraordinarias similitudes entre Mancuso y Trinidad.

 

Semejanzas físicas, de origen y clase, de educación y políticas: ambos decidieron, en un momento determinado, convertirse en redentores motu propio, para superar el hastío de las tardes en hamaca, enguayabados y sin más aprieto que el de escoger sitio para las vacaciones; mientras la gente del común los envidia…

 

albricias.blog@gmail.com

 

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