Con
ese anhelo que nace del desconsuelo de las 6 de la tarde y los vientos de
agosto en pleno viernes, esperaba algo, una señal minúscula, el leve trino de
140 grafos o, algo más extenso, un mensaje advertido en el móvil.
Por
no dejar, abrió el correo puesto en la bandeja de asuntos varios, entre las que
guardan a la derecha, las cuentas de cobro y los mensajes comerciales y a la
izquierda las noticias y saludos de amigos y familiares.
La
carta se expuso ante sus ojos, con el desenfado de una vieja conocida o, para
no permitir malos entendidos, una carta releída:
Mi
estimado en el señor,
Te saludo en nombre de nuestro
señor Jesús Cristo nuestro señor que soy señora Esther Edward de Angola, yo me
caso con Sr. Paul Edward, para quien trabajó con la embajada de Angola en Ivory
Coast nueve años antes de que él murió en 12/01/2004.
Nos casaron por once años sin un
niño. Él murió después de una breve enfermedad que duró por solamente cuatro
días. Antes de su muerte éramos ambos otra vez nacido cristiano. Puesto que su
muerte que decidía no casar otra vez o no conseguir a un niño fuera de mi hogar
contra el cual la biblia está.
Cuando mi tardío marido estaba
vivo él depositó la suma de $3.500 millón de dólares una de la empresa de
seguridad principal aquí en la Costa de Marfil Abidjan, África Occidental.
Ahora, este dinero es todavía en la seguridad compnay. Recientemente, mi doctor
me dijo que no voy a para durar durante próximos ocho meses debido al problema
del cáncer.
El que me disturba es más mi
enfermedad del movimiento. Sabiendo mi condición decidía donar este fondo a una
organización de la caridad que utilizará este dinero la manera que voy a mandar
adjunto.
Deseo una organización que utilice
este fondo para los orphanages, escuelas, iglesias, viudas, propagando la
palabra del dios y se esfuerce que la casa del dios está mantenida. La biblia
nos hizo para entender que «bendecida es la mano que da».
Tomé esta decisión porque no tengo ningún niño que herede este dinero y mis
parientes del marido no son cristianos y no deseo los esfuerzos de mi marido de
ser utilizado por la gente que no cree en dios.
No deseo una situación donde este
dinero será utilizado en una manera diabólica. Esta es la razón por la cual
estoy tomando esta decisión. No estoy asustado de muerte por lo tanto que sé
adónde voy.
Sé que voy a estar en el pecho del
señor. El éxodo 1 4 CONTRA 14 dice que «el señor luchará mi caso y yo llevará a
cabo mi paz».
No necesito ninguna comunicación
del teléfono en este respeto debido a mi salud por lo tanto la presencia de los
parientes de mi marido alrededor de mí siempre. No quisiera que supieran sobre
este desarrollo. Con el dios todas las cosas son posibles. Tan pronto como
reciba tu contestación te daré el contacto del la empresa de seguridad
principal aquí en la Costa de Marfil Abidjan, África Occidental.
También te publicaré una letra que te pruebe el actual beneficiario de este
fondo del ministerio federal de la justicia, Cote D’Ivoire. Quisiera que tú y
la iglesia rogaran siempre para mí porque el señor es mi pastor. Mi felicidad
es que viví una vida de un cristiano digno.
Quienquiera que desea servir al
señor debe servirlo en verdad. Rogar por favor siempre todos con tu vida.
Entrarme en contacto con en el email arriba, cualquier retrasa en tu
contestación me dará el sitio en sourcing otra iglesia para este mismo
propósito.
Asegurarme por favor que actuarás
por consiguiente como indiqué adjunto. El esperar recibir tu contestación
pronto.
Por favor, no me la respuesta a mi
correo electrónico privet
Abidján, Cote d’Ivoire
África occidental 04 pb mancory 14
Atentamente en Cristo,
La señora Esther Edward
Por cansancio,
escepticismo o lo que fuera, luego de repasar un par de veces el texto con la
intención de desentrañar el sentido escondido detrás de esas palabras mal
hilvanadas, desoyó las advertencias de la razón y las intuiciones indígenas,
publicó una entrada (algo simplona, pensó más tarde), elevó el volumen a la música y se entregó de nuevo a la lectura
de sus entrañables lecturas sobre el
teniente Kostas Jaritos.
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