En los Estados Unidos los
muchachos ven 25 minutos menos de televisión que hace 5 años. Pero leen tanto
como antes. Sólo que lo hacen preferentemente por Internet, al que están
conectados la mayor parte del tiempo bien desde el PC, portátil, smart phone, Ipod
y, principalmente, para actuar en las redes sociales.
contamos con estudios similares (hasta se desconoce la cobertura de banda ancha
y en cuanto a equipos de acceso, ni se diga), hay indicios de que ocurre algo
similar.
Obviamente, ese uso, más que
intensivo, de las tecnologías de la información y la comunicación tienen vastos
efectos en los comportamientos individuales y colectivos: no en vano las TIC
son cada vez más extensiones del hombre, prótesis a través de las cuales se
relaciona con sus congéneres.
Las redes de la red de redes
No es un juego de palabras sino
una realidad contundente: la comunicación se da preferentemente a través de las
tecnologías y todo avance de estas multiplica las interacciones al punto de que
quien no esté adscrito a una «red social», se aísla en la práctica de los
procesos sociales.
Y la conectividad ( y su
correspondiente, el aislamiento), operan para bien y para mal como sucedió en
los casos del fugitivo que se burló
varios meses de las autoridades que lo perseguían a través de mensajes que
publica en facebook.
Las autoridades capturaron y
condenaron a dos jóvenes delincuentes de Medellín que vinieron a la capital con
la intención de robar a una joven universitaria -a la que terminaron por
asesinar-, que habían conocido a través de facebook.
El yerno italiano de una mujer muerta
por su ex – esposo en Barranquilla sospecha que la víctima tenía un romance con
un paisano suyo, por los indicios que éste dejó en facebook.
Para el bien también
Hay también innumerables casos
de utilización de las redes sociales en acciones positivas. ¿Cuántos mensajes
no han servido para salvar vidas, reconfortar, superar situaciones de peligro,
encontrar personas perdidas, consolidar el amor y los afectos familiares? Unos
cuántos han tenido referencia en la prensa, pero la mayoría permanece en el
olvido de las cosas bellas y sencillas.
Entre los apocalípticos e integrados
que define Umberto Eco se ubica un amplio abanico de interpretaciones basadas
en indicios que, por lo general, no se apoyan en estudios (por lo demás
escasos), sobre las tendencias producidas por el uso masivo de las tecnologías
digitales.
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