Pasan los años y en el tema OVNI, como en las acciones cotidianas de nuestra vida, las instituciones cumplen en alejarse cada vez más de nuestras verdaderas razones de VIDA con mayúscula. Lo que no quiere decir que sabiéndolo nos ocupemos de nuestras responsabilidades como individuos.
Salir de las falsas necesidades que nos han creado comprendemos claramente que hemos de sacudir nuestra mente y que quede nuestro propio sentido común, alejándonos de lo que nos han implantado sin necesidad de un chip.
Quiero en esta semana de septiembre, cuando estamos cumpliendo 34 años de Alternativa Extraterrestre, invitarles a sumarse a nuestros espacios expuestos desde el año de 1986, cuando seguimos un caso fascinante de cerca por encontrarnos en el lugar geográfico de los acontecimientos. El caso al cual me refiero está expuesto en las redes sociales, con el plus para quienes nos leen, que somos quienes más cerca hemos estado de los acontecimientos: La Huella del Pajarillo. Dentro de la casuística O.V.N.I., como pocos que podamos compartir lo más cercano a lo sucedido desde ese enero de 1986 hasta la fecha.
Así es como en nuestra cotidianidad, expresarnos en estos temas nos urge estar informados. Adentrarnos en lo más profundo de las letras que nos han dejado en el pasado testimonios invaluables a la hora de escuchar lo más diáfano de la experiencia, como de las investigaciones de personas que hipotecaron su vida y dedicaron cada hora a explorar en todos los sentidos la vida humana como aporte a la mirada de un cosmos que nos habla constantemente. Ignorara la forma como hemos descartado la posibilidad de pensar por nosotros mismos, dejando en manos de las instituciones nuestro destino, abre una gran brecha en la responsabilidad y compromiso ante la naturaleza misma del planeta que habitamos y los actos demasiados visibles para este tiempo en la desidia de las instituciones de hacerse responsables de sus acciones.
Hablar de O.V.N.I.s en la actualidad desde nuestra mesa de trabajo en días de covid-19, cuando reina la confusión, sigue en firme desde nuestra tarea el hacer una pausa mucho más extensa de la que ha provocado esta prolongada cuarentena desactivando toda posibilidad de ideas implantadas y dando paso a PENSAR POR NOSOTROS MISMOS. Cualquier individuo en el marco de cualquiera que sea su investidura provoca duda a toda la parafernalia dialéctica que pueda estar decorada de datos, conocimientos e inclusive antenas radares con el mas allá, atendiendo un tiempo tan valioso por estos tiempos. Es el planeta que nos ocupa. Son nuestras actitudes y actos de responsabilidad que están en juego. Y en un porcentaje interesante está en el marco de la información que adquirimos en todos estos años alcanzada por personas que surgieron de experiencias propias y dedicaron su vida para contarlo.
Y en este inicio de semana transcribo del libro OVNIS de Leslie Kean. Aquí algunos párrafos que nos ponen a pensar en cuanto a lo que significa la desclasificación y la presentación del tema O.V.N.I. desde lo institucional:
Según el filósofo de la ciencia Thomas S. Kuhn, autor del clásico estudio La estructura de las revoluciones científicas (1962), el proceso que señala un cambio de paradigma empieza cuando se descubre una persistente anomalía que no puede explicarse con los presupuestos vigentes en el contexto científico del momento. El fenómeno inexplicado socava los principios fundacionales de la concepción del mundo dominante. Cuando se manifiesta la anomalía, sus consecuencias y características físicas parecen absolutamente inconcebibles, totalmente fuera de las fronteras de lo que podría ser real y por lo tanto exige ser rechazado por la ciencia oficial. Al principio se niega su presencia calificándola de error y a menudo se ridiculiza, los defensores de su legitimidad se escarnecen y persiguen, su empleo y su reputación se ponen en peligro. Conforme aumentan los indicios y ya no se pueden descartarse, se prueba a incorporarlos y a definirlos dentro de los parámetros del paradigma vigente. Aumenta la amenaza para el saber del momento y la ciencia oficial cierra filas y se aferra cada vez con más fuerza a la realidad que la define y se autodefine, como si se viera en peligro de muerte. Al mismo tiempo, como dice Kuhn, las fronteras del antiguo paradigma empiezan a relajarse y unos cuantos científicos de primera línea se ponen a explorar y estudiar la anomalía, atrayendo paulatinamente a otros investigadores. Por ultimo aparece la nueva realidad, a menudo con brusquedad y rapidez, en ocasiones gracias a esfuerzos de un solo científico que se moviliza en un momento decisivo. La anomalía pasa entonces a ser parte de lo esperado y vemos la naturaleza con otros ojos y el descubrimiento, antaño radical, se convierte en parte de lo desconocido.
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